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¿Enfadar a Argelia o a Marruecos? Dónde se juega más la economía española
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¿Enfadar a Argelia o a Marruecos? Dónde se juega más la economía española

España ha dejado de lado el tradicional equilibrio entre Marruecos y Argelia para acercarse al primero, un país con el que hay una relación más intensa, aunque no por ello más relevante

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El viraje diplomático realizado por España en torno a la cuestión del Sáhara, que ha motivado la reacción de Argelia, representa una maniobra de difícil comprensión con los datos sobre la mesa. En medio de la mayor crisis energética en medio siglo, España ha llevado al límite sus relaciones con un proveedor clave de gas natural, a cambio de una mejor sintonía con Marruecos, de beneficios aún por probar.

La situación ha llegado a unos niveles que desde Bruselas han calificado como “extremadamente preocupante”, tras la ruptura por parte de Argelia del tratado de amistad con España, que pone en jaque las relaciones comerciales entre ambos países.

Foto: El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune. (Reuters/Ministerio de Exteriores ruso)

No puede ignorarse, en cualquier caso, que esta crisis parte de una situación perversa para la diplomacia española, obligada desde hace años a mantener un delicado equilibrio entre los intereses de dos naciones, Argelia y Marruecos, que mantienen abiertas unas tensiones que no han hecho sino intensificarse recientemente.

En esa disyuntiva, España parece haber optado por priorizar las buenas relaciones con Marruecos, algo que, con los números en la mano, podría llegar a entenderse si se asume que es imposible mantener un trato equilibrado con ambos, como había sido la norma hasta ahora. Los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo reflejan que, durante 2021, Marruecos fue el origen de importaciones españolas por valor de más de 7.300 millones de euros. Fuera de Europa, solo Estados Unidos y China suministraron una cantidad mayor de bienes a España. En el caso de Argelia, esta cifra, aunque significativa, se reduce hasta los 4.768 millones de euros.

España realizó exportaciones a Marruecos por valor cinco veces superior a las de Argelia en 2021

Y aún mayor es la diferencia en el lado de las exportaciones de productos españoles, con Marruecos realizando adquisiciones por valor de casi 9.500 millones de euros, cinco veces más que Argelia. De esto resulta un saldo comercial positivo con Marruecos, de casi 2.200 millones de euros, y un déficit comercial con Argelia, que ronda los 2.880 millones. Esta disparidad ha sido constante a lo largo de los últimos años.

Marruecos es, por cercanía geográfica, un socio natural para España y ello ha generado un gran incremento del comercio de proximidad en muy diversos sectores y entre empresas de tamaño y características muy dispares. Desde hace varios años, España es el primer proveedor y el primer cliente de Marruecos. Marruecos es nuestro primer socio comercial en África. Sobre el total de las exportaciones españolas a África, Marruecos supuso el 45,5% en 2019, el 47,3% en 2020 y el 50,53% para el primer semestre de 2021”, observa el ICEX en su informe sobre las relaciones bilaterales entre España y Marruecos. Productos industriales y tecnológicos (con alto peso de los componentes de automoción), bienes de consumo y alimentos componen el grueso de las importaciones españolas desde el reino alauí.

Foto: Abdelmadjid Tebboune, presidente de Argelia. (EFE/Etorre Ferrari)
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El mayor peso económico de Marruecos frente a Argelia para la economía nacional también queda reflejado en los datos de inversión española en el extranjero, donde Marruecos ha concentrado en el último lustro 9,4 de cada 10 euros invertidos desde España en cualquiera de los dos países.

Sin embargo, los fríos números quedan lejos de reflejar la relevancia de cada mercado para la economía española. Y los flujos de gas que el país obtiene desde Argelia representan un factor determinante —especialmente, en la coyuntura actual— por su importancia y su dificultad de sustitución (no solo es difícil suplirlo, sino que la búsqueda de alternativas conllevaría inevitablemente mayores costes de suministro).

En este sentido, España puede observar con cierto alivio que el paso anunciado este miércoles por Argelia no supone, de momento, un impedimento para que se mantengan con normalidad los flujos de gas por el gasoducto Medgaz. De hecho, desde el Ejecutivo español se ha defendido desde que se iniciaron las tensiones con Argelia, el pasado marzo, que el Estado norteafricano respetaría los contratos de suministro de gas, una visión que comparten gran parte de los expertos, que apuntan que para la economía argelina los ingresos que genera este comercio son vitales y su capacidad para reconducir ese gas hacia otros clientes es limitada a corto plazo.

Argelia no tiene muchas alternativas a corto plazo para vender el gas que le compra España

Pero, como observa Enrique Feás, investigador principal del Real Instituto Elcano, aunque las circunstancias actuales no lleven a prever un corte del suministro, el deterioro de las relaciones con Argelia sí puede conllevar —como ya se ha dejado entrever desde Argelia— una serie de cambios de postura negativos para los intereses españoles, en forma de incrementos de precios y trato preferente a otros clientes, como podría ser Italia.

Una de las bazas más fuertes con las que cuenta España para reconducir sus relaciones comerciales con Argelia es la posible presión desde Europa, que al fin y al cabo representa en su conjunto un cliente esencial para el país norteafricano. En este sentido, Feás considera que es “positivo” que Bruselas haya instado este jueves a Argelia a revertir su decisión y reactivar el comercio con España, advirtiendo de que lo contrario supone una violación de los acuerdos que mantiene con la Unión en su conjunto. Sin embargo, el experto de Elcano recuerda que esta no es la primera ocasión en que Europa eleva la voz ante la interpretación por parte de Argelia de las cláusulas del acuerdo, sin que hasta la fecha haya resultado en un entendimiento. “Si entonces no dio resultado, no hay por qué pensar que esta vez será más efectivo”, advierte.

Foto: La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (EFE/EPA/Julien Warnand)

De todo esto resulta difícil sacar una conclusión tajante sobre lo que conviene a España. Quizá la respuesta más obvia es que, en las circunstancias actuales, el país no está en la posición de poder permitirse un conflicto comercial con uno ni con otro (como con ninguno de sus socios comerciales más relevantes). Y, sin embargo, el escasamente explicado viraje en torno a la crisis del Sáhara ha alimentado cierta sensación de que el Gobierno español es vulnerable a supuestos chantajes y presiones (por ejemplo, en cuestiones como la inmigración ilegal), de lo que sin duda habrán tomado buena nota el resto de vecinos.

En cualquier caso, lo que parece claro es que las relaciones comerciales tampoco parecen esconder la clave de por qué el Gobierno de Pedro Sánchez ha optado en el conflicto entre Marruecos y Argelia por buscar la proximidad con el uno en detrimento del otro.

El viraje diplomático realizado por España en torno a la cuestión del Sáhara, que ha motivado la reacción de Argelia, representa una maniobra de difícil comprensión con los datos sobre la mesa. En medio de la mayor crisis energética en medio siglo, España ha llevado al límite sus relaciones con un proveedor clave de gas natural, a cambio de una mejor sintonía con Marruecos, de beneficios aún por probar.

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