Un país de luto en el peor momento: el funeral de Isabel II aumenta el riesgo de recesión

• Funeral de la reina Isabel II, en directo

McDonald's ha sido la última compañía en anunciar que cerrará todos sus restaurantes en el Reino Unido el próximo lunes por el funeral de Estado de Isabel II. Desde la medianoche hasta las 17 horas, no se servirá ninguna hamburguesa "para permitir que los trabajadores presenten sus respetos" a la monarca. La mayoría de los supermercados tampoco abrirán sus puertas, como tampoco lo harán las tiendas de Poundland, Argos y John Lewis.

La frágil economía británica ya estaba al borde de la recesión antes de la muerte el pasado jueves de la jefa de Estado de los últimos 70 años. Pero ahora esta perspectiva se cierne mucho más, por un duelo nacional que el 19 de septiembre paralizará al país. Ni se va al colegio, ni se va a trabajar y el servicio de correos también se cancela.

Los economistas advierten que la pérdida de un día laboral completo conducirá a una fuerte caída en la producción en un momento en que el Reino Unido está inmerso en la crisis energética que obligará a muchas familias a tener que elegir este invierno entre calentarse o comer. El precio de las facturas se ha duplicado en los últimos seis meses. El IPC ha dado un respiro en agosto, situándose en el 9,9% frente al 10,1% de julio. Aun así, se mantiene en el nivel más alto en casi 40 años y el Banco de Inglaterra ya ha anticipado que puede llegar al 13% antes de que termine el año.

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La libra está en su cotización mínima anual. El Servicio Nacional de Salud acumula tiempos de espera históricos y la hostelería no encuentra camareros porque el Brexit ha acentuado los problemas de falta de mano de obra. Por lo que, en términos puramente económicos, la muerte de la monarca tiene consecuencias negativas para un país que acumula una deuda neta que supera los 2,34 billones de libras, equivalente al 96,2% del PIB.

Las ventas de café se han disparado y las floristerías están haciendo su agosto, pero, en general, la gente va a consumir menos estos días

Y habrá que esperar para saber qué es lo que hará el nuevo Gobierno de Liz Truss al respecto. En teoría, la nueva primera ministra se había comprometido a presentar de inmediato sus planes para lidiar con la crisis energética. Pero, como pronto, la Cámara de los Comunes no volverá a sentarse hasta el 20 de septiembre. Y está previsto que la actividad vuelva a suspenderse el 22 de septiembre para las conferencias de los partidos, por lo que los parlamentarios no regresarán a Westminster hasta el 17 de octubre.

Economistas como Modupe Adegbembo, de AXA Investment Managers, aseguran que el día festivo por el funeral "aumenta el riesgo de caer en una recesión técnica este trimestre". Aunque la celebración de este día 'libre' para los británicos no es lo que más preocupa a los expertos, sino los comportamientos imprevisibles de millones de consumidores afligidos por la muerte de la reina.

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Andrew Sentance, economista y antiguo miembro del comité de política monetaria del Banco de Inglaterra, recalca que esta combinación de factores podría tener "un impacto bastante significativo en la actividad económica a corto plazo", un fenómeno que ya se observó en el Reino Unido tras la muerte de la princesa Diana en 1997.

Muchos restaurantes, bares y salas de conciertos están notando un drástico aumento de las cancelaciones para los próximos días debido al ambiente sombrío que reina en el país tras la muerte de Isabel II. Las ventas de café se han disparado y las floristerías están haciendo su agosto, pero, en general, la gente va a consumir menos estos días.

Si bien es cierto que el crecimiento de la economía digital ha hecho que el impacto de un día libre adicional en el calendario haya disminuido, sigue teniendo su impacto. El festivo para conmemorar el jubileo de platino de la monarca para marcar sus 70 años de reinado recortó alrededor de 0,5 puntos porcentuales del crecimiento mensual en junio. En este sentido, los expertos vaticinan que una repetición la próxima semana reduciría el producto interior bruto entre 10 y 11 mil millones de libras, dado que el Reino Unido es una economía de 2,2 billones de libras.

Parte del gasto nunca se recuperará, e incluso una pequeña reducción en el PIB en septiembre sería suficiente para inclinar la balanza a favor de un segundo trimestre consecutivo de crecimiento negativo. La economía se contrajo un 0,1% en los tres meses hasta junio. Los economistas consideran que dos trimestres consecutivos de caída del PIB son la definición técnica de una recesión.

Por otra parte, está el gasto directo asociado a los costes del funeral de Estado, el primero que se celebra en el Reino Unido desde Winston Churchill en 1965. El de la Reina Madre, Diana o el propio Duque de Edimburgo —esposo de Isabel II— solo fueron ceremoniales.

Aunque oficialmente no se informará del monto total —que será financiado con fondos públicos—, uno puede hacerse una idea teniendo en cuenta que de la Reina Madre en 2002 costó alrededor de 5,4 millones de libras y el de Lady Di en 1997 entre tres y cinco millones de libras. Algunos medios apuntan que el de Isabel II podría ascender ahora a los seis mil millones de libras. Y a todo ello habrá que sumar luego la factura de la coronación de Carlos III, previsiblemente la próxima primavera.

En cualquier caso, la monarquía sigue siendo una máquina de hacer dinero en el Reino Unido. 'La Firma' —también conocida como 'Monarchy PLC'—, es la cara pública de un imperio, según 'Forbes', valorado en 28 mil millones dólares, que inyecta cientos de millones de libras a la economía del Reino Unido cada año.

El costo anual promedio para los contribuyentes del mantenimiento de la institución ronda los 500 millones de libras, según Brand Finance, frente a los 2.500 millones de libras que genera la 'marca royal' cada año. Solo en entradas para ver las residencias reales se cosecharon unos ingresos de 49,9 millones de libras, según las últimas cifras oficiales del año fiscal 2019-20, frente a los 48,4 millones de libras del año anterior. Y a todo eso hay que sumar, entre otros, la compra de 'souvernirs', porque no hay nada que guste más a un británico y a un turista que tener una taza de cerámica o una cucharilla de plata con la cara de un 'royal'. Las teteras con la imagen de la boda de Carlos y Diana en 1981 siguen siendo a día de hoy uno de los objetos más preciados.