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La batalla de las narrativas: el riesgo que corre la UE tras las sanciones contra Rusia
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La batalla de las narrativas: el riesgo que corre la UE tras las sanciones contra Rusia

Los líderes europeos deben tomar el control de la narrativa en torno a las sanciones y contener el hartazgo en casa por las consecuencias económicas de la guerra

Foto: La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (Reuters/Johanna Geron)
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (Reuters/Johanna Geron)

Después de meses de debate, la Unión Europea finalmente acordó un sexto paquete de sanciones contra Rusia. Este eliminará gradualmente el petróleo ruso importado por mar para finales de año —aunque con algunas excepciones para Hungría, Eslovaquia y la República Checa—, excluye tres bancos del sistema de mensajería financiera Swift, incluyendo el de consumo más grande de Rusia, Sberbank, y castiga a tres emisoras controladas por el Kremlin.

A pesar de los compromisos del acuerdo final, los europeos pueden sentir que están más cerca que nunca de sus objetivos de castigar a Rusia por su agresión en Ucrania y de actuar como un actor verdaderamente "geopolítico", como la Comisión Europea desearía. Sin embargo, es posible que los efectos del paquete no se sientan de inmediato o, incluso, que no tengan el impacto deseado en algunos aspectos.

En primer lugar, el 'embargo' petrolero de la UE busca eliminar gradualmente el petróleo ruso, pero los ingresos de su venta seguirán fluyendo a las arcas rusas durante los próximos meses —e incluso años, dadas las exenciones acordadas—. Dado que cuentan con una fecha límite determinada, estas medidas podrían estimular una mayor agresión rusa en Ucrania o propiciar un aumento de los precios del petróleo que permita a Rusia compensar algunas de sus pérdidas potenciales. Actualmente, el crudo ruso, aunque considerablemente por debajo del barril de Brent, sigue cotizando cómodamente por encima de lo que el Kremlin necesita para cumplir con sus requisitos presupuestarios. Por otra parte, aunque las sanciones que ha impuesto la UE a las aseguradoras del comercio marítimo dificultarán considerablemente las exportaciones en el futuro, tampoco las imposibilitarán del todo.

Foto: El presidente francés Emmanuel Macron charla con el presidente del Consejo Europeo y el primer ministro italiano. (EFE)

Las consecuencias inmediatas también pueden ser negativas para Occidente. Estados Unidos, en particular, ha advertido sobre las consecuencias globales de un embargo petrolero europeo en un contexto de alta inflación (que tiene lugar, crucialmente, en la antesala de las elecciones intermedias de noviembre). Es posible que la UE tenga que aceptar que otros Estados no renunciarán a la energía rusa más barata y también asumir las consecuencias a largo plazo de las sanciones, que complican los cálculos para otros países aliados. Parte de abordar estos efectos secundarios podría ser la búsqueda de un aumento las exportaciones marítimas, colaborando con otras naciones productoras de petróleo para aumentar su suministro y reducir así los precios internacionales del combustible no sancionado.

En segundo lugar, sancionar a Sberbank probablemente solo tendrá un impacto modesto, ya que el propio banco ha tenido que reorientarse a raíz de las sanciones de EEUU y ahora atiende a clientes nacionales. Las circunstancias han consolidado la división entre el sector bancario y financiero occidental y el de Rusia, lo que hace que los pagos transfronterizos sean muy costosos (puesto que Moscú debe utilizar alternativas a Swift). Los tratos con entidades rusas se volverán mucho más difíciles, ya que los bancos fuera del gigante euroasiático temen ser atrapados por las sanciones europeas y estadounidenses. Por otro lado, Gazprombank está exento de sanciones y probablemente consolidará su posición a medida que disminuya la competencia por los principales pagos transfronterizos. Los activos en rublos mantenidos con bancos rusos también seguirán solidificándose, con un aumento del tipo de cambio en medio de enormes superávits en su cuenta corriente. Dicho esto, la empresa china UnionPay se ha retractado de un acuerdo para expandir su presencia en Rusia por temor a ser sancionada, frustrando las esperanzas de los bancos rusos.

Les guste o no a los europeos, el impacto colectivo de su política exterior en Rusia ha llevado a la UE a una batalla de narrativas

Finalmente, está el factor de la crisis alimentaria mundial desatada a raíz de la invasión. El bloqueo de los puertos ucranianos por parte de Rusia está teniendo consecuencias en todos los eslabones de la cadena de suministro, como la decisión de India de prohibir las exportaciones de trigo o las cuotas de exportación de Argentina. Las intervenciones diplomáticas han llevado a que los países ya rechacen los barcos rusos que transportan granos desde Rusia o la Ucrania ocupada. A las naciones importadoras les preocupa que las sanciones compliquen gravemente el pago de productos no sancionados y buscarán productores alternativos. Pero a medida que los precios suban aún más, las existencias bajen y los principales intereses de los gobiernos se vean presionados, también podrían decidir que no tienen otra alternativa más allá de comprarle a Rusia. Les guste o no a los europeos, el impacto colectivo de su política exterior en Rusia ha llevado a la UE a una batalla de narrativas.

Para compensar esto y mantener el potencial de su acción exterior, incluido el uso de sanciones, los europeos deberían buscar formas de ayudar a los países afectados, como la oferta de asistencia financiera para ayudar con el aumento de los precios de los alimentos. En el mediano plazo, también pueden buscar medidas para aumentar la producción nacional. Además, la UE debería trabajar para garantizar que los países socios vean este esfuerzo en acción, combatiendo así la narrativa rusa de que Occidente es un obstáculo para abordar el aumento de los precios en lugar de ser parte de la solución.

Foto: Ciudadanos caminan frente a la sede de Sberbank en Moscú. (EFE/Yuri Kochetkov)

Pero deben comenzar a brindar ayuda a mayor escala ahora, y no dentro de varios meses. A muchos Estados no les importa quién tiene la culpa de la crisis, como demostró recientemente el presidente de Senegal y presidente de la Unión Africana, Macky Sall, cuando se reunió con Vladímir Putin y repitió las palabras de Rusia sobre el levantamiento de las sanciones occidentales. Occidente debe ayudar y ser visto como tal. Los europeos también deben evitar imponer restricciones a la exportación, lo que solidificaría la narrativa de un Occidente indiferente, a menos que puedan brindar alivio al desbloquear las exportaciones ucranianas atrapadas al mismo tiempo.

El sexto paquete de sanciones de la UE refuerza la presión económica sobre Rusia. Aborda las importaciones de petróleo por primera vez y excluye a uno de los últimos grandes bancos rusos del sistema Swift. Las consecuencias económicas de las medidas aún no se han desarrollado por completo, pero debilitarán estructuralmente la economía rusa al romper aún más sus lazos con Europa y el mundo occidental. También harán que a Rusia le resulte más difícil hacer negocios con otras partes del mundo. Si esto cambiará el cálculo del Kremlin y las decisiones militares que toma, es otra cuestión. Para la economía de Rusia, el futuro parece sombrío con respecto a su exposición internacional, pero en el frente interno está mostrando más resistencia por el momento. Las consecuencias económicas pesan diferente en la estrategia rusa que si le pasara lo mismo a un país europeo.

*Análisis publicado en el European Council on Foreign Relations por Filip Medunic y titulado "The EU’s sixth sanctions package: A battle of narratives".

Después de meses de debate, la Unión Europea finalmente acordó un sexto paquete de sanciones contra Rusia. Este eliminará gradualmente el petróleo ruso importado por mar para finales de año —aunque con algunas excepciones para Hungría, Eslovaquia y la República Checa—, excluye tres bancos del sistema de mensajería financiera Swift, incluyendo el de consumo más grande de Rusia, Sberbank, y castiga a tres emisoras controladas por el Kremlin.

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