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Mensajes falsos y propagandistas rusos: así se prepara una operación de falsa bandera
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EUROPA EN GUERRA. DÍA 63

Mensajes falsos y propagandistas rusos: así se prepara una operación de falsa bandera

En Transnistria, una región separatista de Moldavia y fronteriza con el sureste de Ucrania, todo apunta a que se está produciendo una operación rusa de falsa bandera relacionada con la guerra en el país vecino

Foto: Tanque soviético T-34, uno de los símbolos de la ciudad de Tiráspol, en Transnistria. (EFE/Ignacio Ortega)
Tanque soviético T-34, uno de los símbolos de la ciudad de Tiráspol, en Transnistria. (EFE/Ignacio Ortega)
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En situaciones como las de la guerra de Ucrania, a veces se corre el riesgo de que lo que uno escribe se quede desactualizado poco después por la velocidad a la que se suceden los acontecimientos. Es lo que está ocurriendo en Transnistria, una región separatista de Moldavia y fronteriza con el sureste de Ucrania, donde todo apunta a que se está produciendo una operación rusa de falsa bandera relacionada con la guerra en el país vecino.

En la última jornada se han producido tres explosiones en edificios relacionados con la inteligencia y propaganda de Rusia, de las que los medios rusos han culpado a Ucrania. Este miércoles por la mañana, el Ministerio de Asuntos Internos de Transnistria ha acusado a Kiev de enviar drones armados que han abierto fuego en el territorio. Esto sucede solo pocas horas después de que cientos de ciudadanos de esta región moldava recibiesen el siguiente mensaje en sus teléfonos móviles: “El Servicio de Seguridad de Ucrania recomienda firmemente la evacuación de civiles a regiones más seguras. Les aseguramos que las Fuerzas Armadas de Ucrania no desean perjudicar a los civiles, pero aquellos que permanezcan en las ciudades serán percibidos como grupos de sabotaje y serán eliminados sin previo aviso. El bombardeo de cohetes y artillería sobre el territorio de la república se llevará a cabo exactamente a las 19:00”.

Foto: Vista del busto de Lenin en frente de la Casa de los Sóviet en Tiráspol, capital de la autoproclamada República de Transnistria, Moldavia. (EFE/Ignacio Ortega)

Los servicios de inteligencia ucranianos se apresuraron a desmentir la autoría del mensaje, asegurando no tener nada que ver con él, y advirtieron sobre un supuesto plan ruso para lanzar un misil sobre el territorio de la región separatista que causase bajas civiles, del que se culparía a Ucrania. Un indicador de que algo serio se está cociendo es la presencia sobre el terreno de algunos propagandistas rusos muy conocidos —como Semion Pegov, alias 'War Gonzo', quien ya ha participado en otros montajes anteriormente—, de los que, gracias a sus contactos con la inteligencia militar rusa, siempre están en el lugar correcto en el momento adecuado.

El principal argumento por el que muchos creemos que se trata de una operación de falsa bandera es que no tiene absolutamente ningún sentido que Ucrania —ni en este momento de la guerra, ni nunca— opte por atacar objetivos en Transnistria (en contraste, por ejemplo, con los ataques y sabotajes contra depósitos de combustible y arsenales en el sur de Rusia, donde la responsabilidad ucraniana es clara). En cambio, hay numerosas razones para que sea Rusia la que está detrás de esto. El porqué nos lo ha explicado muy bien nuestro compañero Argemino Barro, en este artículo de mediados de marzo y, afinando aún más, en este otro de este mismo miércoles.

Del mismo modo, Transnistria ha aparecido una y otra vez en la planificación rusa sobre la guerra, desde el famoso mapa mostrado por el presidente bielorruso Alexander Lukashenko en una reunión con su estado mayor a principios marzo hasta las palabras del comandante Rustam Minnekayev este pasado viernes, quien al explicar la nueva estrategia rusa para dominar toda la franja costera ucraniana afirmó: “El control sobre el sur de Ucrania nos dará otro punto de acceso a Transnistria, donde también se han observado actos de opresión sobre la población rusófona”.

Foto: Un edificio destruido en Mykolaiv, Ucrania. (Reuters/ Ueslei Marcelino)

En cualquier caso, por poco plausible que suene a ojos de un observador externo, hay que tener en cuenta que probablemente Rusia no espera que el público occidental se trague que Ucrania está atacando Transnistria. Para el Kremlin, lo importante es que lo crean los ciudadanos rusos, y ahí los montajes de este tipo sí tienen un terreno abonado.

Además, esto sucede en un contexto en el que Rusia ha acelerado las operaciones de falsa bandera en diversos escenarios: por ejemplo, intentó lanzar varias de ellas en el Donbás en los días previos a la invasión (que fracasaron estrepitosamente, entre otras cosas, porque los montajes pudieron ser verificados y desmentidos prácticamente en tiempo real por analistas digitales, expertos forenses y especialistas en cuestiones militares). Y este lunes, el servicio de seguridad ruso (FSB) anunció el desmantelamiento de una supuesta célula neonazi que pretendía atentar contra los principales periodistas de Rusia, con una puesta en escena tan grandilocuente y burda (incluyendo algunos elementos que solo cabe calificar de absurdos, como una peluca verde) que algunos observadores sospechan que podría ser un intento de dejar en ridículo a Putin por parte de un grupo de espías descontentos.

Foto: Materiales incautados por el FBS. (FBS)

Rusia también lo ha intentado en Malí: la semana pasada, cuentas asociadas al enjambre de 'trolls' rusos en las redes sociales del país empezaron a difundir imágenes de los restos de una masacre supuestamente cometida por las tropas francesas antes de su retirada de la base de Gossi. Pero la operación fue desacreditada después de que el Ejército francés hiciese públicas imágenes de satélite en las que se veía a presuntos miembros del grupo Wagner enterrando y filmando los cadáveres, exponiendo así el montaje. Lo cual no ha sido óbice para que Moscú haya insistido en exigir una “investigación exhaustiva” sobre esta fosa común.

Dicho todo esto, parece improbable que Rusia pueda iniciar una ofensiva militar que incluya a Transnistria, y mucho menos al resto de Moldavia. El Ejército ruso está estancado en el Donbás, donde, gracias a los envíos masivos de armamento occidental, las tropas ucranianas casi han logrado la paridad con las fuerzas invasoras rusas (por no hablar de que cuentan con una moral infinitamente más alta y una mayor motivación, y están menos desgastadas). En estas condiciones, es difícil ver cómo podrían lograr el control de Odesa y Mikolaiv, donde los defensores ya han conseguido frenar el avance ruso, sin las cuales la región de Transnistria es irrelevante en el mapa de frentes.

Paradójicamente, el principal propósito de estas acciones podría ser presionar a los líderes transnistrios, quienes, pese a llevar tiempo abogando por una "unión con Rusia", se han resistido a participar en la invasión de Ucrania. En ese sentido, una operación psicológica puede ser mucho más efectiva que cualquier acción militar. La otra explicación posible es que el liderazgo ruso se haya tragado su propia propaganda y esté tan desconectado de la realidad que considere que ampliar su agresión hacia nuevos territorios es, de algún modo, una buena idea. Con el Kremlin, tan adepto a los juegos de espejos, nunca se sabe.

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