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Una peluca verde y tres juegos de los Sims: el bizarro complot neonazi que denuncia Rusia
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¿Falsas banderas?

Una peluca verde y tres juegos de los Sims: el bizarro complot neonazi que denuncia Rusia

Los detalles de las imágenes de la desarticulación de un comando neonazi con presuntos vínculos con el SBU ucraniano han desatado las dudas sobre la veracidad de la operación

Foto: Materiales incautados por el FBS. (FBS)
Materiales incautados por el FBS. (FBS)

Este lunes, el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, el antiguo KGB) anunció la detención en Moscú de un grupo de seis neonazis con vínculos con los servicios de Inteligencia ucranianos (SBU). Según Rusia, la célula pretendía asesinar al presentador de televisión y polemista Vladímir Soloviov, una de las voces más nacionalistas del escenario mediático ruso y firme defensor de la invasión “sin piedad” de Ucrania.

La detención de la presunta célula terrorista —identificada como National Socialism/White Power— no solo encaja en la narrativa rusa de 'desnazificación' de Ucrania, sino que coincide también con una serie de explosiones e incendios en varios puntos estratégicos de Rusia, en un patrón que algunas voces han comenzado a apuntar como la posibilidad de sabotajes. Según el FSB, citado por la agencia gubernamental TASS, el “grupo terrorista” pretendía asesinar a otros propagandistas claves del Kremlin como Olga Skabeeva, Oleg Popov, Margarita Simonyan (directora de RT) y Dmitry Kiselyov.

En la redada, los agentes del FSB se incautaron de “un artefacto explosivo improvisado, ocho cócteles Molotov, seis pistolas PM, una escopeta recortada, una granada RGD-5, más de mil balas de diverso calibre, drogas y pasaportes ucranianos [falsos]”. Todo esto entre varios ejemplos de literatura y parafernalia neonazi. El complot, según detalló la agencia de Inteligencia, pretendía utilizar un coche bomba para acabar con las vidas de los periodistas.

Pero, en cuanto se publicaron las imágenes de la operación y los materiales incautados, algo empezó a oler a chamusquina.

Colocadas sobre la cama, además de —efectivamente— parafernalia de inspiración nazi, ocupaban una posición predominante tres cajas del popular juego de ordenador 'Los Sims': 'Los Sims 3: Suite de ensueño', 'Los Sims 3: Patios y jardines - Accesorios' y 'Los Sims 3: Y las cuatro estaciones'. El detalle ha atraído la atención —y la hilaridad— de numerosas voces de analistas. ¿Es que acaso los agentes del FSB habían fabricado el escenario del presunto grupo terrorista neonazi y habían confundido la instrucción “tres [tarjetas] SIM” de teléfonos móviles con “tres [juegos de los] Sims 3”?

“Realmente creo que esto es de un funcionario atontado del FSB al que se le dice que obtenga tres SIM”, comentó en su cuenta de Twitter Eliot Higgins, fundador del grupo de investigación Bellingcat, medio de referencia en investigaciones de Inteligencia de fuentes abiertas. El hecho de que a las cajas de los juegos se les añadiera una peluca de mujer de color verde —de las que se utilizarían en una fiesta, no en una sofisticada operación para infiltrarse en Rusia—, además de otras discrepancias en el diseño de los pasaportes falsos ucranianos que aparecen en el vídeo del FSB, no ha hecho más que desatar primero la incredulidad sobre la veracidad de la operación y, más tarde, la hilaridad. Unas dudas que incluso quizás han llegado al propio FSB, que más tarde ha publicado una nueva versión del vídeo, esta vez con las cajas del juego de los Sims pixeladas.

Inicialmente, también fue objeto de burlas otro detalle que aparecía en los vídeos publicados por el FSB: un libro con una nota escrita a bolígrafo en la que se podía leer, debajo de unas consignas, “firma poco clara”. Algunas voces apuntaron a un posible error en la fabricación de pruebas en el que el encargado de colocarlas habría escrito “firma poco clara” en lugar de dibujar una firma poco clara en la hoja de dedicatorias del libro. Sin embargo, este aspecto fue poco después refutado. “Firma poco clara” (подпись неразборчива, en ruso), es de hecho una construcción utilizada por el grupo National Socialism/White Power en sus canales de Telegram y VK (la popular red social rusa).

En el confuso baile de propaganda y contrainteligencia, ataques de falsa bandera y guerra híbrida, detalles como los de esta operación están en el menú. El FSB tiene historial de anunciar a bombo y platillo sus éxitos contra presuntos entramados terroristas de extrema derecha en nombre de Ucrania, sin proporcionar nunca muchas pruebas para respaldar sus acusaciones. En esta ocasión, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) rápidamente ha negado las acusaciones rusas y respondió en un comunicado que “no tiene planes de asesinar a V. Solovyev”. Días antes de la invasión de Ucrania, los servicios de seguridad de Rusia también acusaron a Kiev de una serie de ataques en territorio ruso y en el Donbás, controlado por los separatistas, afirmaciones que luego fueron desacreditadas por numerosas fuentes.

Falsas banderas

Ucrania teme, de hecho, que Rusia esté organizando otras operaciones similares de falsa bandera en la región separatista prorrusa de Transnistria (Moldavia), en el flanco oeste de Ucrania. En las últimas 24 horas, la autoproclamada república de Transnistria ha denunciado tres atentados terroristas contra dos antenas de radiotelevisión (que reproducían programas en ruso) en Griporiopol, un ataque contra una unidad militar en Parcani (cerca de la capital de la región, Tiráspol) y explosiones con granadas de mano contra el edificio del Ministerio de Seguridad del Estado en Pridnestrovie. En el contexto de las aspiraciones rusas de creación de una ‘Novorossiya’ (región que una el sur de Ucrania desde Transnistria al Donbás), Moldavia también se siente amenazada. La presidenta del país, Maia Sandu, ha convocado al Consejo de Seguridad este martes. Especialmente cuando, hace apenas unos días, el vicecomandante del Distrito Militar Central ruso, Rustam Minnekayev, hizo referencia explícita a Moldavia y Transnistria, "donde hay hechos de opresión de la población de habla rusa", según el militar.

Foto: Vista del busto de Lenin en frente de la Casa de los Sóviet en Tiráspol, capital de la autoproclamada República de Transnistria. (EFE/Ignacio Ortega)

No es la primera vez que se acusa a Rusia de este tipo de operaciones de falsa bandera para justificar movimientos militares en el contexto de la invasión de Ucrania. Ya en enero, la Inteligencia de Estados Unidos aseguró, con todo lujo de detalles, que Rusia preparaba un supuesto vídeo que incluiría cruentas imágenes de cuerpos y edificios destrozados tras una explosión, supervivientes lamentándose en lengua rusa y, entre las ruinas, restos de equipos militares occidentales, que se utilizaría como justificación para el inicio de la guerra.

En este caso, el propio Vladímir Putin se ha adelantado. Cuando anunció el desbaratamiento del presunto complot, ya lo advertía: "Ahora lo negarán, pero las pruebas que tenemos son irrefutables". Pruebas quizá, pero bizarras un rato.

Este lunes, el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, el antiguo KGB) anunció la detención en Moscú de un grupo de seis neonazis con vínculos con los servicios de Inteligencia ucranianos (SBU). Según Rusia, la célula pretendía asesinar al presentador de televisión y polemista Vladímir Soloviov, una de las voces más nacionalistas del escenario mediático ruso y firme defensor de la invasión “sin piedad” de Ucrania.

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