Es noticia
¿Por qué nadie piensa en los 'superyates'? El castigo a Rusia azota la industria holandesa
  1. Mundo
Oligarcas al borde de un ataque de nervios

¿Por qué nadie piensa en los 'superyates'? El castigo a Rusia azota la industria holandesa

La industria holandesa de los yates es ejemplar entre los billonarios, pero su negocio empieza a reducirse a medida que los oligarcas rusos inflan la lista de sanciones

Foto: El yate Lady Anastasia. (Yacht Harbour)
El yate Lady Anastasia. (Yacht Harbour)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Los fabricantes holandeses están entre los mayores proveedores de yates de lujo en el mundo y les deben a los clientes rusos su crecimiento explosivo en los últimos años. En la última década, los astilleros holandeses han entregado 19 barcos con un valor de 2.000 millones de euros. Cuando la pandemia dio un golpe a la industria marítima, los constructores de los superyates siguieron haciendo negocios, subiendo sus pedidos hasta más de 2.150 millones de euros en 2020, el doble que en 2019. Ahora, la guerra en Ucrania amenaza lo conseguido.

Heesen Yachts, Damen Yachting y Oceanco son nombres de conocidas compañías holandesas entre los aficionados a estos palacios flotantes inaccesibles al resto de los mortales. Damen, por ejemplo, entregó casi uno de cada cinco barcos a clientes rusos, según un inventario de la radio holandesa BNR. Un porcentaje representativo en el sector holandés en general. Pero, a medida que los oligarcas rusos van agregándose a la lista de sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania, el impacto puede apreciarse en los pedidos que tienen los constructores del país. Los oligarcas rusos suponen cerca del 10% de las ventas de yates de lujo, que, a su vez, representan el 13,2% de los barcos de más de 40 metros.

Foto: El Koningshavenbrug De Hef, en Róterdam. (EFE/Remko de Waal)

Uno de los habituales de la industria holandesa es Andrei Skoch, confidente de Vladímir Putin y uno de los hombres más ricos de Rusia. Compró en la Frisia holandesa el Madame Gu, un yate de 99 metros valorado hoy en 150 millones de dólares, según la organización Follow The Money. Y la revista especializada 'SuperYachtFan' asegura que Skoch es el comprador de otra embarcación de 65 millones de dólares, construida por la compañía holandesa Damen Schipyards. También está a la espera de otro barco nuevo, este de 70 millones de dólares. Este magnate del acero despistó a las autoridades y llevó su Madame Gu frente a las aguas de Dubái para evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos. Lo hizo después de votar en la Duma a favor de la invasión ucraniana, lo que le garantizó un puesto en la lista de sanciones.

El banquero ruso Andrei Kostin es otro cliente que pierden los holandeses a causa de las sanciones. Y la industria no solo se queda sin importantes y futuros clientes rusos, sino que ya no puede cumplir con sus obligaciones de mantenimiento de los barcos, puesto que la relación comercial entre comprador y constructor no termina después de que el yate abandone el astillero. De no cumplir, los clientes pueden presentar reclamaciones. Pero, según dijo la empresa Feadship a BNR, la compañía "hará cumplir las leyes y regulaciones nacionales e internacionales" en todo momento y aplica "un sistema de aceptación de clientes muy estricto". Kostin planea llevar su barco aún en construcción en Holanda a las Maldivas, antes de ser sancionado, según la agencia Bloomberg.

Otros también se encuentran entre la espada y la pared ante las reclamaciones de los rusos por yates ya pagados, pero que aún están por entregar. Esto último depende de si la lista de sanciones se amplía. Cuantos más sancionados, menos clientes disponibles o posibilidades de cumplir contratos. Un astillero holandés está construyendo el 1010, un yate de 110 metros valorado en 180 millones de dólares, previsiblemente para el oligarca ruso Vladímir Potanin. Todavía no está sancionado, pero Potanin construyó su patrimonio a base del controvertido sistema de préstamos por acciones entre principios y mediados de la década de 1990 en Rusia. Ahora, en previsión de las sanciones, ha trasladado su otro yate a las Maldivas.

Foto: El yate Lady Anastasia, cuya propiedad se atribuye al fabricante de armas ruso Alexander Mijeev. (EFE/Cati Cladera)

Durante décadas, los constructores de yates han podido hacer negocios sin cuestionar el estatus o la nacionalidad de sus clientes, pero a partir de ahora tendrán que andarse con ojo. Este negocio exige discreción y los clientes suelen usar sociedades de responsabilidad limitada en puntos como las Islas Caimán, Malta o Chipre para hacer el pago y pasar desapercibidos, tanto ante las autoridades fiscales como ante el resto de la humanidad. Ahora trabajan con un ojo puesto en la lista de sanciones. El oligarca petrolero ruso Vagit Alekperov espera recoger cuanto antes el Galactica Cosmos, un yate de 80 metros lleno de artilugios futuristas como una cascada, ascensor de cristal, plataforma para helicópteros y una piscina con fondo transparente. Lo previsible es que lo traslade rápido allá donde no lleguen las sanciones de la Unión Europea, por si acaso se le añade a la lista.

Las medicinas y las flores

Hay miles de empresas holandesas dedicadas al comercio y la industria que hicieron negocios con Rusia a lo largo del año pasado. La agencia nacional de estadísticas CBS cifra en 3.000 las compañías nacionales que han exportado bienes a Rusia y 2.000 las que han importado productos. Este comercio es hoy mucho más complicado a causa de las sanciones, y eso lo está notando ya el sindicato de empresas holandés RVO. No dejan de recibir preguntas sobre el impacto de las sanciones en sus operaciones comerciales.

La pregunta del millón: ¿puedo seguir exportando productos y haciendo negocios con Rusia? La respuesta depende de lo que producen y de la importancia de lo que comercializan para sus negocios, porque hay productos que están directamente vinculados con las sanciones y otros que no. La CBS explica que casi el 5% de las empresas que hacen negocios con Rusia depende de ella para más de la mitad de su valor comercial. "Exportar a Rusia es cada vez más difícil, también porque los pagos fallan y, por lo tanto, los empresarios no reciben el dinero", según Rinske van den Brink, del sindicato.

Foto: Carteles contra la violencia sexual en Ámsterdam. (Reuters/Piroschka van de Wouw)

La mayor parte del comercio proviene de empresas con más de 250 trabajadores, esto también incluye las filiales holandesas de empresas extranjeras. En la exportación, las medicinas y las flores son productos importantes. Lo que más traen de Rusia, para no variar, son materias primas: petróleo, carbón, acero y hierro.

Pero lo que más teme Holanda es un boicot energético a Rusia, porque recibiría el golpe más duro de entre los países de Europa occidental a través de las cadenas comerciales internacionales. Ningún sector puede escapar a la contracción económica en caso de que se boicoteen el gas y petróleo rusos, según la agencia de planificación central CPB. Se ha utilizado el "modelo del desastre", es decir, un cálculo basado en el peor escenario, con una paralización total del suministro físico de petróleo y gas, sin alternativas inmediatas. Esto significará que las cadenas productivas se paralizarán de forma parcial.

El 15% del gas usado en Holanda procede de Moscú, pero los holandeses están muy vinculados a otros países europeos a través de todo tipo de cadenas de producción que dependen mucho más de los productos energéticos rusos, como el sector automovilístico y la industria de la confección. Esto quiere decir que Holanda podría verse gravemente afectada si el suministro de energía ruso a Europa se detiene, no solo a través de precios más altos para las importaciones de energía, sino también para otros bienes.

Más de 400 millones de euros congelados

Se creía que solo iban a ser seis millones de euros, en cálculos de la ministra de Hacienda, Sigrid Kaag, pero al final los bancos holandeses, las oficinas fiduciarias y las instituciones de inversión en Holanda han congelado hasta ahora más de 400 millones de euros de empresas y personas rusas que estaban en la lista de sancionados. Del total, 145 millones de euros están en bancos y el resto en oficinas fiduciarias, según Kaag. El cálculo se había hecho a la baja porque se estimaba que, aunque las oficinas fiduciarias están en Holanda y es aquí donde se hacen la declaración de impuestos y la contabilidad, había poco dinero que congelar porque los activos no se encuentran en el país.

Foto: Vista del distrito financiero de 'la city' de Londres. (EFE/Neil Hall)

El dato lo recoge el banco central holandés DNB, después de consultar con las instituciones financieras sobre la aplicación de estas reglas de sanciones relacionadas con la guerra en curso en Ucrania. Los medios holandeses calculan que podrían congelarse miles de millones de euros, puesto que hay más de 80.000 millones en activos rusos con sede en Holanda. La lista del Ministerio de Finanzas solo incluye informes de instituciones financieras, pero las sanciones también se aplican a las empresas cuyos propietarios están en la lista y si los bancos no tienen acceso a los activos de esas empresas, no podrán tomar medidas.

La orden del Ministerio Público ha sido clara, "quien tenga acceso a bienes o fondos de los sancionados los debe congelar", y el que no cumpla con la norma será procesado por delitos económicos al desobedecer una orden fiscal. Aunque el Gobierno vigila el cumplimiento de las sanciones, las empresas que congelan los activos no tienen la obligación de notificar la actividad, los montos no computan, no hay forma de contabilizarlo de forma general. Así que la cantidad congelada real es seguramente mucho mayor de la contabilizada.

Los fabricantes holandeses están entre los mayores proveedores de yates de lujo en el mundo y les deben a los clientes rusos su crecimiento explosivo en los últimos años. En la última década, los astilleros holandeses han entregado 19 barcos con un valor de 2.000 millones de euros. Cuando la pandemia dio un golpe a la industria marítima, los constructores de los superyates siguieron haciendo negocios, subiendo sus pedidos hasta más de 2.150 millones de euros en 2020, el doble que en 2019. Ahora, la guerra en Ucrania amenaza lo conseguido.

Ucrania Lujo Millonarios Vladimir Putin
El redactor recomienda