La UE acuerda ofrecer protección especial a los ucranianos que huyen de la guerra

La guerra en Ucrania ha obligado a cientos de miles de ucranianos a cruzar las fronteras de sus países vecinos huyendo de la invasión iniciada por Rusia el pasado jueves de madrugada. Algunos de ellos se dirigen a Moldavia, pero la mayoría cruzan la frontera de la Unión Europea, sobre todo la de Polonia. Aunque por ahora se calcula que son casi un millón de personas las que han llegado a las fronteras de la Unión, se espera que esa cifra aumente mucho más, pudiendo llegar hasta 7 millones, según Janez Lenarcic, comisario de Gestión de Crisis. Ahora los Veintisiete han alcanzado un acuerdo político para activar la directiva de Protección Temporal, que existe desde 2001, pero que nunca se había activado y que les otorgará permiso de residencia y derecho a la seguridad social y el mercado laboral durante un año, extensible a tres.

El domingo los ministros del Interior lo discutieron en una reunión extraordinaria, centrada precisamente en la gestión de la llegada de cientos de miles de refugiados de la guerra ucraniana, y el miércoles la Comisión hizo su propuesta. En solamente unas horas, los ministros, reunidos de nuevo en Bruselas este jueves, han alcanzado un acuerdo. En virtud del acuerdo de asociación entre la Unión y Ucrania hay una liberalización de visados. Eso quiere decir que los ciudadanos del país vecino pueden visitar el club comunitario durante 90 días. Pero después de ese período estarían ya de manera ilegal en el territorio europeo. Este pacto les dará la cobertura legal necesaria para poder permanecer en la Unión Europea durante un tiempo limitado.

“Acuerdo histórico con motivo de la reunión de ministros del Interior: la Unión Europea otorgará protección temporal a quienes huyen de la guerra en Ucrania”, ha explicado Gérald Darmanin, ministro francés. No era necesaria la unanimidad, pero las fuentes consultadas antes del encuentro explicaban que se buscaba que hubiera un amplio consenso para que la cuestión no se convirtiera en una tormenta política en los próximos meses. No se querían fisuras: se quería que todo el mundo estuviera en el carro y lo apoyara de manera activa. Y eso es lo que ha ocurrido. “Unánime. Histórico”, ha asegurado Sammy Mahdi, secretario de Estado de Asilo y Migraciones de Bélgica.

Pero esa unidad no ha salido gratis y el texto que la Comisión Europea puso sobre la mesa este miércoles ha sufrido modificaciones. Ylva Johansson, comisaria de Interior, asegura que los cambios no son importantes, y que el Ejecutivo comunitario daba por hecho que su propuesta sufriría cambios porque por la velocidad a la que se había tenido que presentar no había habido tiempo de afinar los detalles con las capitales.

La propuesta original tenía un enfoque muy amplio, y cubría también de manera clara a “los ciudadanos no ucranianos y los apátridas que residen legalmente en Ucrania y no pueden regresar a su país o región de origen”, mientras que el acuerdo final no les cubre de manera automática. Serán los Estados miembros los que decidan si les aplican este estatus de protección especial o si les encuentran un estatus adecuado en su legislación nacional, aunque no se han aportado detalles al respecto.

La rapidez y la contundencia con la que los Estados miembros han actuado en esta ocasión contrasta con otras crisis anteriores: solamente algunos mostraron solidaridad con los millones de refugiados que huían de Siria, y cuando Afganistán empezó a derrumbarse este verano muchas capitales presionaron a Bruselas con el objetivo de que se evitara a toda costa una crisis migratoria. Esa era su prioridad. En ninguno de esos casos se acordó la activación de esta norma de 2001. En 2020 Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sentenció que Polonia -ahora la principal receptora de refugiados ucranianos y la líder de opinión en esta apertura a los huidos de la guerra-, así como República Checa y Hungría, habían violado el derecho de la Unión al negarse a acoger a los refugiados que les correspondían en el programa europeo para repartirlos desde Grecia e Italia.