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El ingenioso 'hackeo' mexicano a un museo vienés para exigir el penacho de Moctezuma
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"Todavía no saben lo que hemos hecho"

El ingenioso 'hackeo' mexicano a un museo vienés para exigir el penacho de Moctezuma

El Confidencial entrevista a un grupo de activistas que dio un ingenioso cambiazo de las audioguías del Museo Etnográfico de Austria para recuperar su patrimonio histórico

Foto: El Penacho de Moctezuma en el museo etnológico de Viena. (Reuters/Leonhard)
El Penacho de Moctezuma en el museo etnológico de Viena. (Reuters/Leonhard)

Mucho más mexicano que el espectacular penacho de Moctezuma, la corona de 175 centímetros de ancho y 116 de alto hecha de plumas de quetzal que se exhibe en el Museo Etnográfico de Viena, ha sido el plan ideado para exigir la devolución a su país de origen. Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pisaba el enésimo charco diplomático con un ataque público al Gobierno de Austria que complica las negociaciones para el regreso de la pieza, dos mexicanos, Sebastián Arrechedera y Yosu Arangüena —un documentalista y un publicista— se confabulaban con una idea que se podría resumir así: si Moctezuma no viene a México, México va a Moctezuma.

Toda la intervención se ha llevado con tanto sigilo que "el propio museo podría enterarse con este artículo que las audioguías que escuchan los visitantes no son las originales”, comentan a El Confidencial en una entrevista el 14 de febrero.

¿De qué hablan Sebastián y Yosu? De un ingenioso plan 'made in México' para que los visitantes del museo vienés estén escuchando un mensaje de reclamación histórica grabado por ellos sin que nadie se haya dado cuenta. “Como no podíamos robar las audioguías, porque ahí nos metíamos en un problema con la policía, metimos audioguías nuestras. Las compramos y se las hemos 'regalado' al museo”, explica con ironía Yosu Arangüena, quien participa en el proyecto documental “Audioguías de la Verdad. Cuando nos escuchamos la historia cambia”. “Lo pueden considerar una donación”, añade entre bromas Sebastián Arrechedera.

Foto: Manuel López Obrador. (Getty/Manuel Velásquez)

Así se ejecutó el plan: “Lo que hemos hecho es comprar el mismo modelo de audioguía y cambiarlas por las nuestras. El mensaje que escuchan los visitantes en todo el museo es el mismo salvo cuando se plantan delante de la Corona de Moctezuma donde escuchan nuestro audio sobre su origen y pertenencia en inglés, alemán y español”, explica Yosu.

placeholder Cambiazo de audioguías en los baños del Museo. (Cedida)
Cambiazo de audioguías en los baños del Museo. (Cedida)

El golpe se organizó sin implicar a nadie del personal interno del museo. “Nadie sabía nada. El museo deja entrar gratis a los mexicanos como cortesía por tener ellos la corona. Nosotros tomábamos una audioguía, dábamos la vuelta como turistas, nos íbamos al baño, sacábamos la nuestra y al devolverla dejábamos dos. El primer día estábamos muertos de miedo, pero lo que nos dimos cuentas es que era muy simple meterlas. Las audioguías no las tienen contadas, las echan en un cubículo, recargan y las toman de nuevo los visitantes. Es muy simple, al menos hasta que lean este artículo, que no se hayan dado aún cuenta del cambio”, señala Sebastián. ¿Aún están funcionando? “Por lo que sabemos, sí”, responde Yosu.

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Sebastián y Yosu. (Cedida)

En total han metido unos 50 aparatos modificados. “Como hubiera sido sospechoso que cada día entráramos nosotros al museo, nos han ayudado a dar el cambiazo jóvenes de diversas nacionalidades que viven en Viena y que decidieron apoyarnos”, explican ellos.

Un audio contra la Conquista

Lo que han escuchado ahora muchos visitantes en esas audioguías modificadas es la voz de un personaje singular, Xokonoschtletl Gómora, un descendiente de aztecas que lleva toda su vida luchando para que la que él llama la 'Corona de su emperador' regrese a casa.

Gómora es el líder de la Asocación Civil Yankuik Anahuak. Habla varios idiomas, ha intervenido varias veces en la ONU para explicar sobre el patrimonio cultural de su pueblo y ha organizado marchas de más de 3.000 kilómetros por 13 países europeos con 120 mexicanos de 13 diversas etnias para denunciar el expolio. También ha realizado acampadas de protesta por toda Austria. “Ha sido detenido por la Policía por esos hechos”, recuerdan Yosu y Sebastián.

“Hola, te doy la bienvenida a esta audioguía de la verdad. Una versión de la historia contada por los herederos de los que sufrimos la invasión europea. Mi nombre es Xokonoschetlet Gómora, soy un descendiente azteca, y he dedicado mi vida a que la sagrada corona de nuestro emperador Moctezuma vuelva a nuestra tierra. Hoy es 13 de agosto del año 2021, un día de luto para México porque se cumplen 500 años de la destrucción de Tenochticlán a manos del invasor español Hernán Cortés”, es el inicio del audio “hackeado” que escuchan los visitantes ahora en inglés, español y alemán.

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Gómora grabando el audio. (Cedida)

Luego, en un audio que dura ocho minutos, Gómora dice que la pieza “llegó a Viena como consecuencia del saqueo europeo del patrimonio histórico que se exhibe en varios museos de ese continente como Austria, Francia, España, Inglaterra y Alemania”, y añade que “Kopilli Ketzalli (nombre de la pieza en azteca) es una corona real preciosa, no un penacho. Significa poder espiritual. Es como la mitra del Papa (…) La historia escrita por Hernán Cortés habla de un emperador que se postró a sus pies, pero la verdad es que fue una invasión que exterminó una civilización completa”.

Finalmente, el visitante escucha que “no creemos en la versión, ni en las supuestas verdades y hechos de tantos años”. Se refiere Gómora a que el Gobierno austriaco denegó la devolución o préstamo de la simbólica pieza porque sus investigadores aseguran que el delicado penacho no soportaría las vibraciones del traslado del viaje y se destruiría. Según él, eso son excusas para no devolver la corona.

placeholder Fotografía del Penacho de Moctezuma facilitada por el Museo de Etnología de Viena (Austria).
Fotografía del Penacho de Moctezuma facilitada por el Museo de Etnología de Viena (Austria).

No hay constancia de que sea de Moctezuma

El problema es que en realidad, pese a lo que diga Gómora, no hay ninguna evidencia histórica de que el penacho sea una corona que haya pertenecido a Moctezuma, ni siquiera se sabe cómo apareció en Viena. “Hay muchas versiones y verdades sobre esta pieza. En el mismo museo ellos mismos asumen que hay una nebulosa sobre su origen. Nosotros decidimos contar la verdad de Xokonoschetlet y de todos esos activistas que creen que es la corona de su emperador. Lo que sí está claro es que salió de México”, explica Sebastián. “En el propio museo hablan de que quizá no sea un penacho, y sea una corona o incluso un arreglo que se llevaba en la espalda”, dice Yosu.

Un artículo del investigador mexicano Daniel Salinas, titulado 'El Penacho de Moctezuma, suspendido entre Austria y México por cinco siglos', asegura que su aparición en Viena fue casi casual y que su origen es incierto. Hasta ahora se ha contado que Moctezuma le regaló el penacho a Hernán Cortés, pero no hay ninguna constancia de eso y su rastro es difuso. “La primera posible mención del penacho lo ubica ya en el centro de Europa, listado en el inventario de la colección del Conde de Suabia Ulrich von Montfort de 1577”, dice Salinas.

placeholder La audioguía junto al penacho.
La audioguía junto al penacho.

Cómo llegó a Centroeuropa no se sabe, pudo ser parte de los objetos que Cortes mandaba al emperador Carlos V y de ahí pasar a manos del noble germano, pero no hay ninguna prueba escrita. Desde entonces, asegura Salinas, hay diversas referencias a la pieza que va cambiando de manos y acabó en el Palacio del Belvedere de los Habsburgo. “En 1878, el penacho fue sacado a la luz, cuando el geólogo Ferdinand von Hochstetter, director del recién creado Museo de Historia Natural de Viena, lo encontró olvidado en el Belvedere mientras recorría colecciones imperiales en busca de objetos para que formaran parte de la colección etnográfica del nuevo museo. A pesar de hallarlo doblado y algo apolillado, Hochstetter reconoció su singularidad e importancia y lo transfirió al museo, donde fue restaurado”, señala Salinas. ¿Dónde debe estar el patrimonio sacado por las colonias?

PREGUNTA. El audio es bastante crítico con la dominación española y vuestra acción coincide, aunque haya sido una coincidencia, con un momento muy convulso político sobre este periodo histórico. ¿Juntar el aspecto político a algo que se estaba tratando desde un punto de vista histórico artístico le quita o le da fuerza a vuestra petición?

SEBASTIÁN. Definitivamente le quita.

YOSU. Desde 2009 tengo en la cabeza esta idea de la Corona. Fue el expresidente Calderón el primero que empezó a pedir el penacho y el expresidente Fox estuvo a punto de traerlo. Yo esta historia la conocí por Calderón no por AMLO. Lo malo es que se asocia tanto a AMLO que parece que estamos trabajando para él.

placeholder Las audioguías del museo.
Las audioguías del museo.

Sobre el contenido del audio de Xokonoschetlet, su visión es que “decidimos intervenir el museo y encontramos la historia de Xoko y decidimos que alguien tenía que ponerle voz a la reclamación. Puede que nosotros no estemos de acuerdo al 100% con cosas que él dice en el audio, pero queríamos darle una voz a alguien que no tiene voz. Todos los mexicanos tenemos algo de españoles, esa es una gran mentira de los mexicanos, y sí nos molesta un poco que se politice este tema”, comenta Yosu.

Los charcos de AMLO

Esa politización tuvo su punto álgido el pasado 7 de febrero, cuando el presidente AMLO soltaba en rueda de prensa que “los que tienen el penacho, de manera ilegal, argumentan que no lo pueden mover, que han hecho estudios y que se dañaría. No se lo quisieron prestar ni a Maximiliano (emperador austriaco de México entre 1864 y 1867). Entonces Austria tiene ahí una política, también diría yo anticultural o egoísta porque ahora se hicieron los trámites. Le envié una carta al presidente. No era que nos devolverían el penacho sino que se buscara la forma de traerlo para exponerlo. Se negó completamente”.

Más allá de alguna incorrección histórica de AMLO, como la cita a Maximiliano que es una ficción de una fabulosa novela de Fernando del Paso y no un hecho histórico, el ataque ha levantado ampollas. En diplomacia, cuando se negocia una devolución de patrimonio no parece buena estrategia insultar a la otra parte.

Foto: El presidente mexicano, Andres Manuel López Obrador, durante la celebración de la independencia de México, el pasado 15 de septiembre de 2021. (Reuters)

Sebastián y Yosu, con la intermediación de Gómora, consiguieron que una parlamentaria socialista austriaca, Petra Bayr, se pusiera de su lado y pidiera en la Cámara un nuevo análisis científico sobre la posibilidad o no de realizar con la nueva tecnología existente el traslado del penacho a México sin que sufra daños. Un importante avance que puede haber quedado comprometido por el uso político. “Acabo de recibir un email de la parlamentaria Petra Bayr en el que me dice que le han comentado que el penacho puede ser usado en México con tintes políticos y electorales. Nosotros somos un grupo ciudadano de artistas y comunicadores y no tenemos más intención que darle voz a Xoko, un señor de 70 años que vive en la absoluta pobreza en Tabasco tras haber dedicado 40 años de su vida a la causa de él y su gente”, comenta Sebastián. “Lo que da miedo es que ahora Austria diga pues ahora no. Nosotros queremos entablar una conversación y ojalá no se vaya al lado oscuro de la política”, añade Yosu.

Un penacho local, un debate global

El Penacho de Moctezuma abre un debate internacional muy actual. Los países colonizados, especialmente por las potencias europeas, están reclamando la devolución de su patrimonio. La histórica reclamación griega al Museo Británico de los famosos frisos del Partenón tiene hoy replicas por todas partes de países como China, India, Egipto… y en este caso México.

¿Hay riesgo real si se traslada el penacho? “La pieza está exhibida en una caja gigante que dice la audioguía original que puede soportar fuertes temblores de tierra. Pero en 10 años han cambiado muchas cosas. La pieza no es siquiera original, se cambiaron cosas como ponerle latón y quitarle el oro. Ni siquiera podemos asegurar que sean plumas originales. 500 años para una pluma es complicado mantenerlas. Pero en todo caso, es pluma y metal, y nuestra sensación es que puede moverse. Podemos mandar satélites a miles de kilómetros, podemos hacer ese traslado”, opina Yosu.

Foto: Mármoles del Partenón. (Efe)

“En Change.org hemos pedido que sea una comisión independiente de expertos la que determine si se puede o no transportar”, comenta Sebastián.

El problema para Austria, como para la mayor parte de museos importantes del mundo, es abrir una espita que afecte a muchas piezas y muchos países. En ese mismo museo hay obras de otros muchos lugares que podrían reclamarse tras una primera devolución. “Hay muchas más piezas de muchos países. Yo creo que lo de la tecnología es una excusa porque tras el primer museo que ceda se viene la oleada. Hay que devolver la piedra Rosetta, sarcófagos… Esto está pasando en el British, Louvre… Es un problema que afecta a empresas millonarias, que son los museos, y que pueden caer”, opina Yosu. “El penacho es la pieza que más 'merchandising' tiene en el museo y hay siempre un discurso como para proteger que no se puede mover”, asegura Sebastián.

¿Aztecas mejor que españoles?

Tras el debate sobre el derecho sobre el patrimonio y su simbolismo, hay en este caso también un debate de revisionismo histórico. Enjuiciar el pasado y aplicar criterios éticos actuales a hechos ocurridos hace siglos son parte de la estrategia política de AMLO al que sus críticos acusan de azuzar el pasado cada vez que tiene problemas internos. El reciente ataque primero a Austria y después a España coincidió con un escándalo sobre una casa de lujo en la que vive su hijo en Houston.

En todo caso, es un debate legítimo que lejos de maniqueísmos deja algunas dudas desde un punto de vista puramente ético. Los aztecas, tribu originaria del actual norte de México y sur de EEUU, son un pueblo invasor no originario del Valle de México que sometió y esclavizó con dureza a muchas tribus locales en dos siglos. 200 españoles no hubieran nunca conquistado el hoy actual México si no hubieran contado con el apoyo de otras tribus.

Foto: Monolito en el Paso de Cortés, México, tiroteado. (Javier Brandoli) Opinión
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P. Desde un punto de vista ético, ¿se tiene más derecho de conquista y se es más originario si se viene a pie desde 3.000 kilómetros que en barco desde 9.000? ¿Los abusos de unos eran mejores que los abusos de otros? ¿Hay una diferencia ética entre ambas conquistas?

Y. Es la gran pregunta que ha tratado de resolver México mucho tiempo. En mi caso, yo no puedo hablar de hace 500 años. Mi papá era español. Era un vasco que salió de España por la Guerra Civil y se nacionalizó mexicano. Lo que sí puedo decir es que los indígenas en México, independientemente de los españoles o no, siempre han sido vistos como gente de segunda. Hasta ahora ocurre ese trato despectivo que es muy cabrón. Yo no soy Yosu Cortés, y si lo fuera sería algo que hizo un antepasado mío y no yo. En todo caso, no creo en esa figura malvada de Cortés. Hay muchos grises. Lo que sí creo es que hay un enorme racismo oculto en México, entre los mexicanos, olvídate de España. Para qué queremos la pendejada de ese penacho es algo que dicen muchos mexicanos.

S. Por eso hay que entender el audio de Xoko en ese contexto. Es el punto de vista de un tipo que ha sido vejado, que no ha sido tomado en cuenta por el Gobierno tras hacer un activismo fuerte. Hay que entender sus palabras agresivas, esa revancha histórica, entendiendo el contexto en el presente y cómo construir un mejor futuro. Lo que pasó ya pasó, la invasión es un periodo histórico de la humanidad, pero el racismo en México hoy existe, el clasismo es muy fuerte, y creo que estas conversaciones hacen que la sociedad dialogué sobre cómo seguir adelante.

Mucho más mexicano que el espectacular penacho de Moctezuma, la corona de 175 centímetros de ancho y 116 de alto hecha de plumas de quetzal que se exhibe en el Museo Etnográfico de Viena, ha sido el plan ideado para exigir la devolución a su país de origen. Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pisaba el enésimo charco diplomático con un ataque público al Gobierno de Austria que complica las negociaciones para el regreso de la pieza, dos mexicanos, Sebastián Arrechedera y Yosu Arangüena —un documentalista y un publicista— se confabulaban con una idea que se podría resumir así: si Moctezuma no viene a México, México va a Moctezuma.

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