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Holanda, un “supermercado” para fabricantes de armas de destrucción masiva
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"han usado la tecnología y los materiales"

Holanda, un “supermercado” para fabricantes de armas de destrucción masiva

Países como Irán, Corea del Norte, Pakistán y Libia han utilizado la tecnología, los materiales y los conocimientos holandeses para fabricar armas de destrucción masiva y misiles de largo alcance

Foto: El líder norcoreano Kim Jong-un junto al nuevo misil intercontinental Hwasong-15, en una imagen distribuida por la Korean Central News Agency. (Reuters)
El líder norcoreano Kim Jong-un junto al nuevo misil intercontinental Hwasong-15, en una imagen distribuida por la Korean Central News Agency. (Reuters)

Holanda es “una especie de supermercado para los países que desean desarrollar armas de destrucción masiva”. Estas fueron las palabras de advertencia, claras y sin pelos en la lengua, del jefe de los servicios de inteligencia militar holandesa (MIVD), Onno Eichelsheim en una entrevista reciente. Países como Irán, Corea del Norte, Pakistán y Libia han utilizado en los últimos años la tecnología, los materiales (metales y químicos) y los conocimientos holandeses para fabricar armas de destrucción masiva y misiles de largo alcance. Las autoridades lo tienen claro pero las empresas e instituciones holandesas involucradas no son “suficientemente conscientes” del hecho de que sus productos y sus conocimientos están contribuyendo a la producción de armamento prohibido que tiene el único objetivo de provoca muertes multitudinarias e inmediatas, así como daños físicos irreversibles.

"Ni siquiera buscan el producto más caro o de mejor calidad, porque entonces nos daríamos cuenta más fácilmente. Estos países compran materiales que a simple vista son baratos y sin importancia, pero que en realidad son por ejemplo resistentes al calor, como los rodamientos rígidos de bolas. Estos materiales se han visto en las partes de un misil balístico de Irán", reconoció Eichelsheim. Los servicios de inteligencia holandeses intervinieron en los últimos años “un número sustancioso” de intentos de recopilar información y de compra de materiales destinados a fines sospechosos. Los Países Bajos tienen “un valor tecnológico incomparable”, que no se da en cualquier país. Los materiales se encuentran en cualquier pequeña compañía. Los conocimientos provienen, por ejemplo, de universidades o instituciones como la Organización para la Investigación Científica Aplicada (TNO), situada en La Haya.

Para el holandés Sico van der Meer, experto del Instituto Clingendael en proliferación y programas nucleares, Holanda “no es un caso especial” porque cualquier país industrializado y con tecnología de alta calidad puede estar ser víctima de estos estados sin ser consciente de ello. El objetivo del MIVD es “alertar y concienciar” a las empresas holandesas sobre esta “práctica existente” en los Países Bajos. “Como empresas, es necesario vigilar y estar alerta de esta cuestión porque no debemos ser cómplices en la fabricación de armamento prohibido. Nuestros servicios secretos están siguiendo de cerca los movimientos de estos países y saben que su presencia está aumentando en Holanda, de diferentes maneras”, explica Van der Meer a El Confidencial.

Sí Eichelsheim reconoció abiertamente esta problemática es “porque es alarmante y real”, dice este experto. Según el director, a pesar de los esfuerzos de estos países para no ser descubiertos, hay señales que pueden revelar información sobre el usuario final de un producto comprado en los Países Bajos, como pueden ser los metales resistentes, pequeñas piezas o instrumentos. "Si tiene un cliente quiere pagar, por ejemplo, un millón de euros por productos químicos que en realidad solo valen 500.000 en el mercado europeo, entonces hay algo raro", añade. Para el jefe del MIVD, el riesgo de proliferación en estos países está “creciendo” a través de la globalización, la apertura de las fronteras y la digitalización, y porque “algunos países quieren” armas de destrucción masiva y misiles balísticos, y los van a intentar conseguir a cualquier precio.

Foto: Un asistente a la feria de armamento Defence Security Equipment International (DSEI) frente a un mural decorativo, en Londres, en septiembre de 2013. (Reuters)

Las pymes, en particular, son las más vulnerables, según el MIVD, porque son menos conscientes del problema y controlan menos el destino de sus productos. Van der Meer explica que “en la mayoría de las ocasiones estamos hablando de piezas muy simples, baratas pero de muy buena calidad, que no pueden encontrar en su país”. También hay interés en aprender a desarrollar aviones no tripulados, no solo en adquirirlos. Eichelsheim pidió a las empresas que estén atentas y comuniquen a las autoridades sobre las situaciones más sospechosas, como una dirección de entrega inusual o un contacto telefónica extraño porque -advierten- podrían incluso acabar en manos de terroristas. En este caso, se incluyen químicos para la fabricación de armas nucleares, de gases tóxico y de armas biológicas (veneno natural y patológico, o estilo bacteria del ántrax).

Los países y organizaciones que adquieren materiales desde Holanda, o cualquier otro país europeo, suelen utilizar rutas de transporte complejas con muchos intermediarios, nombres de empresas como falsa fachada, destinatarios finales inventados o fraude en los documentos de transporte, entre otras vías para pasar desapercibidos, según el Servicio General de Inteligencia y Seguridad (AIVD). También operan a través de internet, tanto para la compra como solicitar el transporte en agencias especializadas. “Prefiero pensar que la mayoría de las empresas tienen buenas intenciones y no venderán sus bienes sabiendo que van a ser utilizados para fines tan peligroso, pero con la oferta de un dinero extra, hay quien no pueda resistirse y simplemente vende porque no considera que lo otro sea su responsabilidad. Y eso es muy difícil de controlar”, lamenta Van der Meer.

placeholder El misil Shaheen-III durante un desfile el día de la fiesta nacional de Pakistán, en Islamabad. (Reuters)
El misil Shaheen-III durante un desfile el día de la fiesta nacional de Pakistán, en Islamabad. (Reuters)

Cada año, los servicios secretos solicitan al Ministerio de Seguridad la detención de decenas de licencias de exportaciones de individuos y empresas por sospechas sobre el destinatario de los bienes que adquieren en los Países Bajos. Los países, en especial Irán y Corea del Norte, así como los grupos terroristas “casi siempre están escondidos detrás de un intermediario o agente”, dice el MIVD. Esto podría ser una compañía de cobertura farmacéutica que trata de obtener productos químicos, o un intermediario que ordena aviones no tripulados para Emiratos, pero que en realidad están destinados a la organización terrorista Estado Islámico en Irak o Siria. “Los esfuerzos para controlar este comercio deben estar centrados en exigir garantías de que esos materiales no van a convertirse en armas de destrucción masiva, en un mayor control de la exportación y también en multas para las empresas que venden a destinatarios sospechosos”, dice el experto. Aunque el 90% del comercio con estos países tiene objetivos pacíficos, señala, es necesario mantener una lista de control.

En cuanto al “robo” de conocimientos, los científicos y estudiantes de los países interesados visitan regularmente universidades e institutos de investigación holandeses, una práctica frecuente e inofensiva a simple vista, pero que en algunas ocasiones permite a sus enviados aprenden las últimas técnicas desarrolladas por científicos holandeses para cooperar en la proliferación de este armamento en su país de origen. “El conocimiento es otra pieza del puzle. No puedes comprar conocimientos pero si infiltrarte en universidad y en compañías de alta tecnología, pero tampoco es posible prohibir a los estudiantes de esos países que vengan simplemente porque sospechas de ellos”, advierte Van der Meer. La única vía es “estar alerta” a los estudiantes y empleados que muestren “especial interés” por una cuestión determinada.

Holanda ha firmado todos los tratados internacionales para la prevención de la proliferación de este tipo de armamento, lo que le obliga a centrar sus esfuerzos en evitar que otros países los fabriquen. Por ello, el AIVD explicó hace unos meses que se están realizando investigaciones constantes para reconocer los intentos de adquisición de material holandeses con fines prohibidos por los Países Bajos en “defensa de la seguridad internacional”, pero también para la “protección de la reputación de la comunidad empresarial” neerlandesa y sus instituciones científicas. Reconocen que Irán, Irak, Libia y Pakistán en particular son los más activos en territorio holandés en busca de materiales y conocimiento, lo que no quita que también lo estén en otros países industrializados. “Este asunto es importante para muchos países del mundo que tiene una alta tecnología. Deben estar muy atentos para no ser parte de los intentos ilícitos de fabricar armas de destrucción masiva. Es responsabilidad de todos”, concluye Van der Meer.

Holanda es “una especie de supermercado para los países que desean desarrollar armas de destrucción masiva”. Estas fueron las palabras de advertencia, claras y sin pelos en la lengua, del jefe de los servicios de inteligencia militar holandesa (MIVD), Onno Eichelsheim en una entrevista reciente. Países como Irán, Corea del Norte, Pakistán y Libia han utilizado en los últimos años la tecnología, los materiales (metales y químicos) y los conocimientos holandeses para fabricar armas de destrucción masiva y misiles de largo alcance. Las autoridades lo tienen claro pero las empresas e instituciones holandesas involucradas no son “suficientemente conscientes” del hecho de que sus productos y sus conocimientos están contribuyendo a la producción de armamento prohibido que tiene el único objetivo de provoca muertes multitudinarias e inmediatas, así como daños físicos irreversibles.

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