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¿Quién será el próximo presidente del Parlamento Europeo?
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TRAS LA RENUNCIA DEL ALEMÁN MARTIN SCHULZ

¿Quién será el próximo presidente del Parlamento Europeo?

Socialistas y conservadores empiezan a promover a sus candidatos: los italianos Gianni Pittella y Antonio Tajani son las opciones más firmes a ambos lados del espectro político

Foto: Gianni Pittella durante un debate sobre migración en el Parlamento Europeo, en junio de 2016 (EFE)
Gianni Pittella durante un debate sobre migración en el Parlamento Europeo, en junio de 2016 (EFE)

Este no está siendo un año tranquilo para la Unión Europea en casi ninguna de las materias más esenciales. Y lo peor es que 2017, con el auge de partidos populistas ganando terreno en las elecciones alemanas y francesas, tampoco resulta mucho más alentador. Una crisis económica y política generalizada que está pasando factura sobre todo a la izquierda socialista europea, que observa impasible cómo se hunde el barco sin poder hacer nada para evitarlo. A los desastrosos resultados en Grecia del PASOK y la caída del PSOE en España, hay que añadir la baja popularidad de François Hollande en los últimos años en Francia, uno de los países llamados a liderar la Unión Europea junto con Alemania. No obstante, esta tarea la ha estado asumiendo en solitario la canciller Ángela Merkel, que no podrá contar con Hollande de aquí en adelante ya que el francés ha anunciado que no será el candidato por su partido para las próximas elecciones.

Por esta razón, para ayudar a acabar con la hegemonía de la canciller, hace tan solo unos días que el socialista Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, anunciaba su dimisión para postularse como candidato regional en las próximas elecciones alemanas. Schulz, militante socialista desde joven, como su padre, fue librero desde 1982 hasta 1994, año en que resultó elegido por primera vez para la Eurocámara. A nadie le extrañó que su nombre fuera el elegido en 2012 para estar a cargo de la Presidencia del Parlamento.

La armonía institucional entre la Comisión, dirigida por el líder popular Jean-Claude Junker y el Parlamento, presidido por Martin Schulz, peligra ahora con la salida del socialista alemán

Un puesto que, aparte de ser el cargo más alto y representativo de la UE, le sirvió a Schulz para mantener el equilibrio de la gran coalición entre socialistas y conservadores. Esa armonía institucional que hasta ahora había entre la Comisión, dirigida actualmente por el líder popular Jean-Claude Junker y el Parlamento, presidido por Martin Schulz, se acaba con la salida del socialista alemán. Son muchas las voces dentro del grupo popular que sugieren postular a un candidato conservador para el cargo. Algo que, por supuesto, no agrada al grupo socialista, al que solo le quedaría la italiana Federica Mogherini como única cara visible del partido dentro de las instituciones europeas. De no conseguir colocar a un candidato socialista, esto supondría otro gran revés para la socialdemocracia europea.

Es por ello que, hace unos días, Gianni Pittella confirmó, junto con su reelección como líder de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo, que sería el candidato del grupo para relevar a Schulz en la Presidencia. Una medida necesaria, dice, si se quiere conservar la estabilidad del Parlamento. “Esta es una candidatura real, para cambiar las cosas”, afirma el socialista italiano. Gianni PIttella fue elegido al Parlamento Europeo en 1999 y desde entonces ha sido miembro del grupo socialdemócrata (S&D). En el año 2006 fue nombrado líder de la delegación italiana y, entre 2009 y 2014, ha sido vicepresidente del Parlamento Europeo. Ese mismo año también fue elegido presidente del grupo socialista, cargo que acaba de revalidar hace tan solo unos días. “No podemos consentir el monopolio de las instituciones europeas por parte de las fuerzas conservadoras”, argumenta el líder italiano ante las voces que, desde el grupo popular, piden un candidato conservador para suplir la vacante que deja Schulz.

placeholder Guy Verhofstadt, líder de los liberales (ALDE) en el Parlamento Europeo, en julio de 2016 (EFE)
Guy Verhofstadt, líder de los liberales (ALDE) en el Parlamento Europeo, en julio de 2016 (EFE)

Pese a que la imagen que proyectan ambos partidos es la de estar jugando al reparto de sillones, Gianni Pittella niega la mayor: “Esta batalla no es una cuestión de puestos, de sillones o de ambiciones personales, sino que este asunto es un punto de inflexión, puesto que existe una necesidad de fijar una nueva agenda para el resto de la legislatura.” Además, el líder del grupo socialista afirma que “hay que cambiar las políticas económicas, implementar un plan de inversión real y una nueva agenda social que se centre en las personas, sobre todo en los más débiles, luchando contra la evasión fiscal y asentar así la base de un futuro sostenible”.

Rivales en su mismo grupo

Sin embargo, el Grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE) no quiere perder la oportunidad para ganar visibilidad en el Parlamento y aspira a participar en el baile de sillones. Junto a Pittella, y a falta de que el grupo popular proponga un candidato el próximo 13 de diciembre, en el grupo liberal hay un nombre que suena con fuerza cada vez que una vacante queda libre: Guy Verhofstadt, ex primer ministro belga (1999-2008) y presidente del grupo de los liberales en el Parlamento Europeo. De hecho, Verhofstadt también fue candidato para la Presidencia de la Comisión Europea por ALDE y, además, desempeñó el cargo de negociador del Brexit de la UE hasta que fue relegado en octubre por el francés Michel Barnier.

Desde el grupo liberal consideran que es la hora de ocupar la presidencia y acabar con el bipartidismo de socialdemócratas y populares

El líder de los liberales no ha hablado abiertamente de su candidatura, aunque sus colegas del grupo parlamentario lo consideran como una figura “top” dentro del partido, así como un “peso pesado” de la política europea de los últimos años. Verhofstadt expresó en el último congreso de ALDE su voluntad de romper con un “pacto impío” entre los dos “viejos partidos” del continente. Por ello, desde el grupo liberal consideran que los conservadores ya cuentan con Donald Tusk y Jean-Claude Juncker en dos altos cargos y que es la hora de los liberales de ocupar la presidencia y acabar con el bipartidismo de socialdemócratas y populares. Aunque, eso sí, el perfil de Verhofstadt es mucho más bajo y polémico que el de Pittella, quizás debido a su federalismo radical, que se contrapone con los valores de unión que se quieren transmitir desde las instituciones europeas.

Desde el propio grupo, los liberales reconocen que “hay mucha gente que le admira, pero también hay mucha gente que le odia”. A pesar de ello, estos presumen de una posible alianza con los verdes que podría facilitarles su apoyo en la candidatura liberal, para evitar así el monopolio de los dos grandes partidos en las instituciones. Aunque estos, por su parte, reconocen que aún tienen que deliberar internamente a quién podrían apoyar en la investidura. Gabriele Zimmer, líder del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea, también se suma a esta corriente anti-bipartidista y afirma que “es hora de parar la alianza entre socialistas y conservadores y dar visibilidad a los grupos más pequeños y acabar con su marginalidad en el Parlamento”.

placeholder Antonio Tajani, del Grupo del Partido Popular Europeo (PPE), será el candidato conservador a la Presidencia del Parlamento (EFE)
Antonio Tajani, del Grupo del Partido Popular Europeo (PPE), será el candidato conservador a la Presidencia del Parlamento (EFE)

Por su parte, el líder de los populares, Manfred Weber, admite que “el nombramiento de Martin Schulz fue un gran acuerdo que ayudó a construir una coalición fuerte y estable entre socialistas, que también incluye la buena cooperación con los liberales. Gracias a ello, podemos estar seguros que el Parlamento Europeo es capaz de decidir”. Además, el líder del grupo conservador hizo un llamamiento a los grupos parlamentarios para “salvaguardar la estabilidad”, algo crucial si “queremos estar seguros que el rol de los diputados más extremistas y radicales queda limitado y no llegan a influenciar en la política europea.”

Pese a la oposición de la mayoría de grupos a votar a un candidato popular, los conservadores eligieron en el día de ayer al italiano Antonio Tajani. Eso sí, de conseguir la presidencia del Parlamento, para contentar a los socialistas el grupo popular podría ofrecerles la presidencia del Consejo Europeo una vez se acabe el mandato de Donald Tusk, para mantener la tónica de acuerdos que hasta ahora han dado estabilidad al Parlamento durante esta primera parte de la legislatura. El Partido Popular Europeo quiere acudir a la cumbre que se celebra en los días 15 y 16 en Estrasburgo con un candidato claro que pueda conseguir los apoyos para consolidar la posición de los conservadores en los puestos clave de las instituciones europeas.

En lo que sí concuerdan todos los grupos es que el perfil del nuevo presidente debería ser alguien que busque la conciliación interna entre los partidos y que, además, sepa proyectar una imagen de la UE diferente a la que estamos viendo hasta ahora, más debilitada y dividida que nunca. La decisión final recaerá sobre los tres grupos que siguen a los conservadores y socialistas: los liberales, la izquierda y los verdes, cuya deliberación será imprescindible para investir a uno de los candidatos. La votación para investir al próximo presidente del Parlamento tendrá lugar en la sesión plenaria de enero y su mandato sería de 2 años y medio, lo que queda de legislatura. Habrá cuatro rondas de votación. Para la primera, se precisa de mayoría absoluta. Pero a medida que avanzan las votaciones solo quedan los candidatos con más votos. Si llegan a la última votación, al final los grupos tendrán que decidirse, por seguro, entre un candidato conservador o uno socialista.

Este no está siendo un año tranquilo para la Unión Europea en casi ninguna de las materias más esenciales. Y lo peor es que 2017, con el auge de partidos populistas ganando terreno en las elecciones alemanas y francesas, tampoco resulta mucho más alentador. Una crisis económica y política generalizada que está pasando factura sobre todo a la izquierda socialista europea, que observa impasible cómo se hunde el barco sin poder hacer nada para evitarlo. A los desastrosos resultados en Grecia del PASOK y la caída del PSOE en España, hay que añadir la baja popularidad de François Hollande en los últimos años en Francia, uno de los países llamados a liderar la Unión Europea junto con Alemania. No obstante, esta tarea la ha estado asumiendo en solitario la canciller Ángela Merkel, que no podrá contar con Hollande de aquí en adelante ya que el francés ha anunciado que no será el candidato por su partido para las próximas elecciones.

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