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Las víctimas de Rusia en Siria: más civiles que miembros del Estado Islámico
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uno de cada tres muertos es un no combatiente

Las víctimas de Rusia en Siria: más civiles que miembros del Estado Islámico

La campaña bélica lanzada por Moscú en territorio sirio tiene como supuesto objetivo al ISIS, pero la mayoría de las bombas han caído sobre otros grupos insurgentes o en áreas civiles

Foto: Un hombre inspecciona el cráter dejado por un bombardeo aéreo de la aviación rusa en Karf Naseh, en la provincia de Alepo, el 26 de diciembre de 2015 (Reuters)
Un hombre inspecciona el cráter dejado por un bombardeo aéreo de la aviación rusa en Karf Naseh, en la provincia de Alepo, el 26 de diciembre de 2015 (Reuters)

La campaña de bombardeos lanzada por Rusia en Siria ha matado a al menos 2.371 personas en los últimos tres meses, un tercio de las cuales eran civiles, según ha asegurado hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Esta organización afirma haber documentado las muertes de 496 hombres, 116 mujeres, 180 niños, 655 miembros del Estado Islámico, y 924 miembros de otras milicias rebeldes, incluyendo el Frente Al Nusra, la rama siria de Al Qaeda.

De ser correctas, estas cifras cuestionarían los resultados de una intervención rusa que asegura querer luchar contra el Estado Islámico, y reforzarían a aquellas voces que aseguran que el verdadero objetivo de Moscú son las demás facciones insurgentes, aquellas que suponen un mayor peligro para el régimen de Bashar Al Assad.

Además, los datos del OSDH refuerzan los hallazgos de Amnistía Internacional, que investigó seis ataques rusos realizados entre septiembre y noviembre de 2015 en las provincias de Homs, Idlib y Aleppo, entrevistando a testigos y supervivientes. "Algunos bombardeos aéreos de Rusia parecen haber ido dirigidos directamente contra la población civil o bienes de carácter civil, al haber atacado zonas residenciales sin ningún objetivo militar evidente, e incluso instalaciones médicas, hiriendo y matando a civiles", asegura Philip Luther, director del Programa de AI para Oriente Medio y el Norte de África.

De acuerdo con Amnistía Internacional, la aviación rusa ha alcanzado puntos como viviendas, instalaciones médicas, una mezquita y un mercado. En este último incidente, tres misiles cayeron en un área comercial en el centro de Ariha, en la región de Idlib, matando a 49 civiles el pasado 29 de noviembre. "En un momento la gente comenzó a gritar, olía a quemado y todo era un caos. Los niños de una escuela primaria cercana salieron corriendo despavoridos”, cuenta Mohammed Qurabi al Ghazal, activista local de medios de comunicación. “Había cadáveres por todas partes, decapitados y mutilados".

“Según las investigaciones de la organización, no había objetivos militares ni combatientes en las inmediaciones de las zonas atacadas. Esto sugiere que los ataques pueden haber violado el derecho internacional humanitario y, en algunas circunstancias, podrían constituir crímenes de guerra”, afirma la organización en un comunicado. “Amnistía Internacional también ha recopilado indicios, incluidas fotografías e imágenes de vídeo, de que los rusos han utilizado bombas no guiadas en zonas civiles densamente pobladas, así como las letales municiones de racimo, prohibidas internacionalmente”, indica.

"Solo atacamos a terroristas"

Las autoridades rusas, sin embargo, aseguran que su aviación solo ataca objetivos “terroristas”, y han negado sistemáticamente su responsabilidad en estos sucesos. “Rusia ha basado la retórica alrededor de su intervención militar en Siria en la amenaza doméstica imediata que supone el ISIS, que incluye unos 7.000 combatientes extranjeros provenientes de la antigua URSS y ha declarado su propia provincia en la agitada región del Cáucaso Norte”, afirma Hugo Spaulding, analista del Instituto para el Estudio de la Guerra. “Moscú ve al ISIS como una legítima preocupación para su seguridad, pero la disonancia entre los proclamados objetivos de Rusia y su verdadero comportamiento revela que Rusia usa la retórica anti-ISIS como un pretexto para perseguir objetivos estratégicos de mayor alcance”, asegura.

En un informe publicado a principios de mes, Spaulding sostiene que lo que Rusia quiere es “preservar al régimen sirio y reducir la influencia estadounidense y sus aliados regionales, que apoyan a la oposición siria”. “Putin está haciendo uso de la desinformación para oscurecer sus verdaderos objetivos en Siria y de esta forma manipular a los EEUU y los actores regionales para que ayuden sin darse cuenta a que Rusia consiga sus propósitos”, comenta.

La hostilidad de Moscú hacia todas las fuerzas insurgentes -y no solo el Estado Islámico- quedó de manifiesto el pasado viernes, después de que la aviación rusa matase a los comandantes Zahran Alloush y otros en Damasco, y a Hamdi Abu Zeid y Abu Salmo en Daraya. El primero era el líder del llamado Ejército del Islam, una de las coaliciones rebeldes más poderosas, mientras que los otros dos eran el jefe del consejo militar de Qudsaya y el comandante de la Brigada de los Mártires del Islam.

El secretario de la Oficina Política de la Coalición Nacional Siria, Anas Abdeh, ha declarado que "la eliminación de los dirigentes revolucionarios comprometidos con una salida política a la contienda solo atiende a los intereses de los terroristas y es contraria a lo hablado en [las conversaciones de paz de] Viena, adonde acudió Rusia, y llevará a una mayor escalada de la violencia en Siria". Abdeh cree que "el enemigo está atacando a los líderes militares de la revolución para retrasar cualquier solución política".

La campaña de bombardeos lanzada por Rusia en Siria ha matado a al menos 2.371 personas en los últimos tres meses, un tercio de las cuales eran civiles, según ha asegurado hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Esta organización afirma haber documentado las muertes de 496 hombres, 116 mujeres, 180 niños, 655 miembros del Estado Islámico, y 924 miembros de otras milicias rebeldes, incluyendo el Frente Al Nusra, la rama siria de Al Qaeda.

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