¿Desaparecerá el español de EEUU como pasó con el italiano, el alemán o el polaco?
El 62% de los hispanos en Estados Unidos ya es bilingüe o habla inglés como primera lengua, frente a un 38% que domina mejor el español
“Mi español ahora no está muy bueno”, dice Beatriz Sepúlveda, estadounidense de origen dominicano. Beatriz ha pasado por varias fases: primero aprendió español, luego adoptó al inglés y con sus amigos habla en Spanglish, ese híbrido dialectal desordenado pero lleno dematices. La tierra de nadie situada entre dos lenguas concretas que libran una competición silenciosa.
Según el Pew Research Center, el 62% de los hispanos en Estados Unidos ya es bilingüe o habla inglés como primera lengua, frente a un 38% que domina mejor el español. Las proporciones cambian según el grupo: el 60% de los latinos nacidos fuera de EEUU hablan sobre todo español. De los nacidos en EEUU, un 8%. Sólo un 1% de la tercera generación lo usa como primera lengua y un 77% no lo habla en absoluto.
“En general, con el tiempo vemos una disminución en el uso del español”, dice Jens Krogstad, editor de Pew Hispanic y coautor del estudio. “Ha sido muy interesante ver que hay muchos hispanos bilingües. Pero cuanto más tiempo pasa una familia en Estados Unidos, más tiende a producir hispanos anglófonos”. Krogstad asegura que la proporción de hispanos que habla inglés en el hogar pasará del 26% actual al 34% en 2020.
Y en medio, el Spanglish, practicado por siete de cada diez latinos de entre 15 y 26 años.
“Yo creo en los idiomas nítidos, que hay que enseñar con altura”, declara Carmen Rojas. “Cuando un niño aprende un buen español y un buen inglés, es excepcional”. Rojas, presidenta de la asociación Padres Abogando por los Niños (PAN), exige al Departamento de Educación que financie el aprendizaje bilingüe y pide a los padres inmigrantes que conozcan las ventajas de hablar bien los dos idiomas.
“Es un error que los padres matriculen a sus hijos sólo en inglés”, continúa. “No es lo mismo aprender un idioma en la escuela que en casa. Y el niño que habla y escribe un buen español, aprende un buen inglés”. Asegura que de la cuarentena de escuelas e institutos de su barrio, de mayoría dominicana, sólo cuatro ofrecen enseñanza en inglés y español.
Carmen Rojas vive en las entrañas del Harlem hispano, la calle 181, donde abundanel corte de pelo milimetrado, la cumbia y los enormes pollos dorados girando lentamente tras el cristal. Lleva casi cuarenta años viviendo en Estados Unidos y asegura que sus hijos son perfectamente bilingües. “No podemos hacerle esto a Miguel de Cervantes Saavedra, que ahora debe de estar triste en su tumba”.
Literatura hispana, en inglés
La comunidad latina es la minoría más grande de Estados Unidos: 54 millones de personas, un 17,1% de la población estadounidense. Suyo es el medio de comunicación con mayor audiencia hispanohablante del mundo, Univisión, un conglomerado de 50 estudios de televisión que también va reflejando poco a poco los cambios lingüísticos entre los latinos.
A finales de 2013, Univisión formó con ABC News el canal Fusion, enfocado a los hispanos de segunda y tercera generación que hablan el inglés como lengua materna. "Esta es gente joven, que nació en Estados Unidos, que fue al colegio en inglés, que sus amigos les hablan en inglés, fueron a la universidad en inglés... Pero eso no significa que no tengan la conexión cultural con el tema latino", declaraba recientemente Isaac Lee, presidente de Univisión Noticias.
En este proceso de aclimatación, incluso la expresión literaria está anclada en la orilla del inglés y suma ya varios hitos. En 1990, el autor cubanoamericano Óscar Hijuelos ganó el premio Pulitzer con su novela Los reyes del mambo cantan canciones de amor, escrita en inglés. En 2008, el premio recayó en La maravillosa vida breve de Oscar Wao, primera novela de Junot Díaz, estadounidense nacido en Santo Domingo. Fue un autor de origen cubano, Richard Blanco, quien leyó un poema durante la segunda toma de posesión del presidente Barack Obama.
El sociolingüista Ilan Stavans, profesor de cultura hispana en Amherst College, reunió a 201 escritores latinos en su Norton Anthology of Latino Literature. “Se ha dicho que en el año 2050 uno de cada tres estadounidenses tendrá raíces latinas”, declaró en 2010 a la revista del museo Smithsonian. “Quizás en 2050 no tendremos que editar otra Norton Anthology de literatura latina porque la literatura latina será literatura americana”.
“Creo que lo que veremos no será muy diferente de la experiencia judeoamericana; la cultura latina estará tan integrada en el ADN de la cultura de masas que será muy difícil distinguir la una de la otra. Cuánto tiempo llevará, no lo sé”.
Alemán, polaco, italiano.... ¿y español?
El fantasma de la inmigración italiana todavía sobrevuela Nueva York. Está en las banderas que decoran Little Italy, el azote de turistas ingenuos que refunfuñan después de pagar veinte dólares por un plato de macarrones. Está en la piel aceitunada y los gestos teatrales de ciertas zonas del Bronx y Nueva Jersey, y en clásicos de cine como El padrino, Toro Salvaje o Uno de los nuestros, donde inmigrantes sicilianos hablan su lengua natal a unos hijos que ya les responden en inglés.
Su idioma casi ha desparecido. Pese a que ha crecido el número de personas con raíces italianas, el uso del italiano en Estados Unidos ha caído un 55% desde 1980. Sólo un 4,4% de los 15,6 millones de italoamericanos lo habla, menos de un 0,4% de la población estadounidense. El alemán y el polaco han sufrido similar destino, cayendo un 32,7% y un 26% respectivamente.
El Pew Research alertaba en 2011 contra las comparaciones. “La historia del idioma español en Estados Unidos sigue en desarrollo –escribía–y puede tomar un camino diferente”.
“Muchos latinos mantienen su lengua”, dice Jens Krogstad. “La razón, creemos, es que lo consideran importante. En 2011 preguntamos a los latinos si creían importante que las futuras generaciones hablasen español. Casi todos dijeron que sí: un 95%”.
“Mi español ahora no está muy bueno”, dice Beatriz Sepúlveda, estadounidense de origen dominicano. Beatriz ha pasado por varias fases: primero aprendió español, luego adoptó al inglés y con sus amigos habla en Spanglish, ese híbrido dialectal desordenado pero lleno dematices. La tierra de nadie situada entre dos lenguas concretas que libran una competición silenciosa.
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