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¿Hacia una nueva policía en Estados Unidos?
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vuelve el debate de la brutalidad

¿Hacia una nueva policía en Estados Unidos?

En 2014 el crimen en Nueva York descendió un 4,4%, el nivel más bajo desde que se tiene registro. El resto del país se pregunta si no ha llegado el momento de copiar su sistema.

Foto: Agentes dan la espalda a Bill de Blasio durante el funeral de Wenjian Liu, asesinado en Nueva York (Reuters).
Agentes dan la espalda a Bill de Blasio durante el funeral de Wenjian Liu, asesinado en Nueva York (Reuters).

Ferguson ha vuelto a las pantallas de Estados Unidos. Los canales nacionales ya tienen a sus corresponsales apostados en este pequeño suburbio de San Luis, de 21.000 habitantes, para cubrir otro capítulo del drama social que comenzó el pasado verano con la muerte de un adolescente negro desarmado, Michael Brown, a manos de un policía blanco. Esto ocurrió en marzo de 2016 y este 8 de julio de 2016 nos hemos despertado con la noticia de que cinco agentes de policía en Dallas han sido asesinados a manos de un francotirador en una manifestación impulsada por ellos mismos después de que en los últimos días la Policía asesinara a varios ciudadanos afroamericanos.

Las autoridades buscan a los responsables del tiroteo que hirió a dos agentes la medianoche del jueves, cuando estaban apostados frente a la comisaría. El ataque tuvo lugar después de que dimitiese el jefe de policía local, en medio de una purga desatada por las críticas del departamento de Justicia. El Gobierno presentó un informe que denunciaba patrones de racismo en la policía y el sector judicial. También han dimitido el administrador general y el juez municipal.

Ferguson parece condenado a encarnar dos problemas históricos en Estados Unidos: la discriminación racial y la escasa capacidad para limitar la violencia policial.

¿Un modelo en Nueva York?

El debate se da con especial relieve en Nueva York, hogar del mayor cuerpo de policía de Estados Unidos: tres veces más grande que el siguiente en tamaño, la policía de Chicago. Son 35.000 agentes representados por cinco sindicatos díscolos y politizados, con más de un siglo de experiencia en hacerse imponer en la calle y en la alcaldía.

“Los sindicatos de la policía de Nueva York han desarrollado una tradición de acosar a los alcaldes”, dice a El Confidencial Samuel Walker, profesor de la Universidad de Nebraska,experto en responsabilidad policial. “Por ejemplo, la 'ralentización del trabajo' que hicieron en diciembre y enero. En cualquier otra profesión, los empleados hubiesen sido castigados”, añade por teléfono.

Walker se refiere a la última acción organizada, presuntamente, por los sindicatos: una campaña de brazos caídos que nunca llegaron a reconocer. Una huelga secreta para protestar por lo que consideraron una falta de respeto del alcalde, Bill de Blasio, que denunció públicamente el exceso de fuerza policial a raíz de la muerte de Eric Garner. La “ralentización del trabajo” hizo que las multas bajaran un 90% y la detenciones un 56% en la primera semana del año.

Al mismo tiempo, Bill de Blasio y el jefe de Policía, Bill Bratton, presumían de estadísticas. En 2014 el crimen en Nueva York descendió un 4,4%: el nivel más bajo desde que se tiene registro. Los robos cayeron un 14,4%; los asesinatos, un 6,8, y el crimen en la red de transportes casi un 14%. El pasado febrero la ciudad marcó otro récord: 12 días consecutivos sin un sólo homicidio.

Bratton comparó la situación actual con la de su llegada a Nueva York. “En 1990, tenías una probabilidad entre 15 de ser la víctima de un crimen. Hoy, es de una entre 84. Una caída dramática, dramática”.

La razón del descenso, según la alcaldía, se debe en parte a una nueva manera de enfocar la actuación policial. Primero la reducción del stop-and-frisk (parar, preguntar y registrar), una manerarápida de incautar drogas o armas. Y la teoría de las ventanas rotas: combatir la delincuencia menor o pequeños actos de vandalismo para mantener el orden básico, y evitar un efecto dominó criminal.

La policía de Nueva York ha empezado este año a probar las cámaras adosadas al uniforme, una manera de vigilar la actuación policial dejando constancia de su actuaciones.

El expolicía de Nueva York Eugene O'Donnell, actual profesor del John Jay College of Criminal Justice, dice no creerse las razones de la alcaldía. “La razón de que descienda el crimen en Nueva York es simplemente que la ciudad se ha vuelto diferente. Nunca he creido que la policía sea la principal razón de que descienda el crimen. Todo lo que tienes que hacer es darte una vuelta por la ciudad”.

La agendade Washington

“Hay un fuerte debate nacional”, continúa Samuel Walker. El pasado enero, Walker aportó sus recomendaciones a la comisión especial formada por el presidente Barack Obama para reformar los métodos policiales.

El informe propone que los casos de violencia policial sean investigados no por la policía sino por autoridades independientes. Aconseja potenciar el diálogo con las escuelas y los vecindarios, evitar la identificación racial, entrenar a los policías en el uso de técnicas no violentas, y explorar el uso de la tecnología. También pide a los cuerpos policiales que informe al Gobierno federal.

O'Donnell valora las propuestas, pero se muestra poco optimista. Aclara que sólo son recomendaciones que la Casa Blanca no tiene ninguna capacidad de implementar. “En Estados Unidos hay 18.000 cuerpos policiales diferentes, independientes. Son entidades locales gobernadas por ejecutivos locales elegidos en elecciones locales. Es un rasgo distintivo de América”.

Ferguson ha vuelto a las pantallas de Estados Unidos. Los canales nacionales ya tienen a sus corresponsales apostados en este pequeño suburbio de San Luis, de 21.000 habitantes, para cubrir otro capítulo del drama social que comenzó el pasado verano con la muerte de un adolescente negro desarmado, Michael Brown, a manos de un policía blanco. Esto ocurrió en marzo de 2016 y este 8 de julio de 2016 nos hemos despertado con la noticia de que cinco agentes de policía en Dallas han sido asesinados a manos de un francotirador en una manifestación impulsada por ellos mismos después de que en los últimos días la Policía asesinara a varios ciudadanos afroamericanos.

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