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La erupción que asustaba Europa y que no ocurrió: el 'fraude' del volcán de Islandia

Se ha hecho esperar más de un mes, entre temblores y evacuaciones. Tenía que ser una de las erupciones más espectaculares de Islandia y así ha sido. Pero ¿por qué el volcán de Grindavik ha tardado tanto en entrar en actividad?  A mitad de noviembre, el suelo de la ciudad de Grindavik, en Islandia, empezó a agrietarse. El asfalto se sublevó, rompiéndose en numerosos puntos y dejando al descubierto profundos socavones en el terreno. Desde el interior de estas fosas empezaron a desprenderse nubes de gas de dióxido de azufre. La señal de una inminente erupción. La población, unas 4.000 personas, fue evacuada con urgencia mientras se producían cientos de terremotos, otros síntomas de una probable actividad volcánica. Una situación muy parecida a la que se vivió en la isla de La Palma en los días anteriores a la erupción de 2021. Sin embargo, después de días de intensa actividad, la erupción no se ha producido. ¿Por qué?

La serie de terremotos que ha atravesado Islandia ha fracturado el subsuelo, permitiendo al magma subir. Pero estas fracturas internas han creado cámaras donde el magma ha fluido y ha encontrado suficiente sitio, por lo que ha dejado de acercarse a la superficie. Así que, a medida que pasaban los días, disminuía la probabilidad de una erupción inminente, mientras que los geólogos desplazaban más al norte el probable lugar de una erupción, alejándola de la ciudad de Grindavik. En este vídeo explicamos cómo funciona la geología de Islandia y por qué ha tardado tanto en entrar en erupción.