De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, alrededor de 200 pueblos viven ajenos a la civilización en países latinoamericanos como Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela, además de Papúa Guinea y la isla india de Sentinel. Las cifras son aproximadas, pues no hay ningún censo real y la mayoría de las poblaciones se ocultan en lugares tan remotos y boscosos que ninguna avioneta podría avistarlos. Los Mashco Piro constituirían uno de los once pueblos que habitan la selva peruana y su territorio abarcaría enormes extensiones de bosque, desde las cabeceras del Alto Purus hasta los confines del Parque de Manú.
Antes de aparecer en Madre de Dios, las únicas evidencias de su existencia consistían en avistamientos fugaces y pruebas circunstanciales, como las brasas frías de una fogata, un tapir flechado o las chozas abandonadas en mitad del bosque. Si detectaban que un foráneo había entrado en su territorio, dejaban dos flechas clavadas en el suelo en forma de X, una advertencia anónima que llevaba implícita la amenaza de muerte.
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