¿Cuánto se queda el Estado de cada litro de carburante tras devolvernos los 20 céntimos?

En el momento de escribir estas líneas, coincidiendo con el primer chupinazo de los encierros de San Fermín, el precio medio de la gasolina de 95 octanos era en España de 2,095 euros por litro, y de 2,048 el de gasóleo A, que sigue siendo con diferencia el combustible más consumido en nuestro país. Si este artículo hubiese sido escrito hace exactamente un año, el 7 de julio de 2021, hablaríamos de precios muchísimo más bajos, de 1,409 euros por litro en el caso de la gasolina y 1,268 en el del gasóleo, lo que da una primera idea de cuánto más nos cuesta repostar el depósito de nuestro vehículo durante estas vacaciones en comparación con el verano pasado: si echamos 40 litros de gasóleo, por ejemplo, de los 50,72 euros de hace un año hemos pasado a los 73,92 euros de hoy mismo, y eso aplicando ya lógicamente los 20 céntimos de ayuda estatal. Es decir, un 45,7% más. Y si no existiera esa ayuda, esos 40 litros de gasóleo para nuestro coche de motor diésel nos estarían costando hoy 81,92 euros, un 61,5% más que hace exactamente un año.

De ahí que esos 20 céntimos de bonificación por litro de combustible sean insuficientes para cubrir la escalada de precios, pues siguiendo con el ejemplo del gaóleo A, el litro ha subido 78 céntimos en estos doce meses, de los que el Estado pone 20 y nuestro bolsillo aporta los 58 restantes. ¿Recauda Hacienda más dinero que nunca pese a darnos esa ayuda? Para saberlo, conviene repasar cuánto es impuesto de cada litro de combustible, y ahí tenemos una primera partida importante que es el IVA, del 21% en todos los carburantes: gasolina, gasóleo, autogás... En eso no ha habido cambios, y mientras el IVA de la electricidad se ha bajado al 5%, el de la 'sopa' para nuestro coche no se toca. Eso significa que de esos 2,095 euros por litro de gasolina de 95 octanos, 0,364 euros corresponden a IVA, mientras que en el gasóleo A, de los 2,048 euros por litro, 0,355 euros son IVA.

El gran impuesto no es el IVA

Pero no es el único impuesto aplicado a los carburantes en nuestro país, y ni siquiera se trata del más importante, porque la parte suculenta para Hacienda es el Impuesto de Hidrocarburos, un fijo de 0,472 euros en el caso de la gasolina y de 0,379 en el del gasóleo más vendido, lo que lleva actualmente la recaudación del Estado en forma de impuestos por cada litro a 0,836 euros si hablamos de gasolina y a 0,734 si nos referimos al gasóleo. O dicho de otro modo: cuando repostamos un litro, de los 83,6 céntimos que se van en forma de impuesto en el caso de la gasolina y los 73,4 céntimos en el del gasóleo, el Estado renuncia a 20 céntimos. Si echamos la vista atrás exactamente un año, cuando los precios eran mucho más bajos y no era necesario bonificar los carburantes con esos 20 céntimos, el Estado se llevaba en forma de impuestos 72 céntimos por litro de gasolina y 60 céntimos por litro de gasóleo, de modo que Hacienda también está ingresando menos; en concreto, 8,4 céntimos menos por cada litro de gasolina y 6,6 céntimos menos por cada litro de gasóleo.

Es decir, los precios disparados hacen que todos perdamos en comparación con la situación de hace un año: consumidores y Estado, aunque los primeros bastante más. Hay un tercer componente en esa ecuación que es la compañía que nos vende el combustible, pero para saber si la situación actual favorece o perjudica a las petroleras toca esperar a la publicación de sus resultados anuales. Una buena pista son los resultados del primer trimestre, en el que Repsol, la empresa que más carburante vende en España, ganó 1.392 millones de euros, un 115% más que los 648 millones de beneficios en el primer trimestre de 2021. No obstante, desde la energética española recuerdan que menos del 5% del resultado neto ajustado, que en dicho periodo fue de 1.056 millones de euros, corresponde a las estaciones de servicio que Repsol tiene en nuestro país, mientras que el área de Exploración y Producción, que desarrolla toda su actividad fuera de España, aportó el 69% de esa cifra, impulsada por la subida de precios de los hidrocarburos.

En relación a los principales países de nuestro entorno, la gasolina a 2,095 euros por litro nos sitúa en el pelotón de los caros, solo superados por los 2,101 euros por litro de Portugal. Pero Francia e Italia son ahora ligeramente más baratos, con 2,087 y 2,074 euros por litro, respectivamente, y Alemania es aún más asequible para repostar gasolina: 1,929 euros por litro. Probablemente porque el Estado alemán se lleva solo 0,667 euros por cada litro de gasolina en forma de impuestos, frente a los citados 0,836 de España, los 0,850 de Portugal, los 0,852 de Italia o los 1,039 euros que recauda Hacienda en Francia.

Si hablamos del gasóleo, el precio en nuestro país no es comparativamente tan alto en relación al de nuestro vecinos, porque los 2,048 euros por litro nos empatan con Alemania y nos dejan por debajo de los 2,066 euros/litro de Portugal y los 2,130 euros/litro de Francia. En cambio, Italia es ligeramente más asequible para repostar un diésel: 2,034 euros por litro. En cuanto a impuestos, los más altos sobre el gasóleo en esos países citados son los de Francia, con 0,964 euros por litro, mientras que Alemania vuelve a tener los mas bajos: 0,657 euros. En Italia serían exactamente iguales que en España, de 0,734 euros por litro, mientras que en Portugal la carga impositiva sobre el gasóleo es algo más baja que en nuestro país: 0,719 euros por litro.