Los portugueses toman Ayamonte en busca de gasolina: el precio supera allí los 2 euros

“Ha sido una marabunta, increíble”. “Como si fuese verano”. El fin de semana en Ayamonte (Huelva) ha dejado una imagen más propia de otras fechas, cuando los portugueses, a punto de comenzar sus vacaciones, cruzan a España para llenar los depósitos de gasolina. La razón esta vez ha sido diferente. La subida de precios decretada por el Gobierno luso para este lunes, con un incremento de 14 céntimos y 8 céntimos por litro de gasóleo y gasolina, respectivamente, no sólo ha provocado colas inmensas en las gasolineras del país vecino, también en los establecimientos de este lado de la frontera.

“El sábado no se podía circular por Ayamonte. No se podía entrar al pueblo”, ilustra un empleado de la gasolinera Galp, y aunque este lunes la afluencia de portugueses ha bajado de forma notable, apunta a que sigue siendo superior a otros días laborables. El aumento del precio, motivado por la invasión de Ucrania, provocó que aquellos que viven cerca de la frontera buscaran combustible más barato, a pesar de las constantes subidas que también se han registrado en España.

“Allí ya estaba por encima de los dos euros, por lo tanto hoy está mucho más alta”, explica una empleada de la gasolinera de Cepsa, donde este lunes se vende el litro de gasolina a 1,739 euros. “Tienen esa costumbre. Cuando hay puentes, o tienen vacaciones, suelen venir aquí a repostar. Pero este lunes tenían un motivo más importante. Si por un céntimo de diferencia son capaces de recorrer 20 kilómetros, con una subida de más de 10…”, añade la trabajadora, que zanja: “Tal y como están las cosas es normal que se mire más el dinero”.

Pero no sólo gasolina. Las bombonas de butano también han volado. Aquí, además, la diferencia de precio es mucho mayor, de casi 30 euros en Portugal, a 17 al cruzar la frontera. Lo corrobora el trabajador de Galp, donde este lunes el gasoil y la 95 están a 1,689. “Nos vamos a tener que acabar duchando con agua fría nosotros”, bromea. De hecho, aunque el combustible está más caro en Portugal, las diferencia de precios en uno y otro país cada vez es menor, algo que no impidió, sin embargo, que recalasen este fin de semana en Ayamonte portugueses que habían recorrido varias decenas de kilómetros, según apuntan ambos trabajadores.

Miedo al desabastecimiento

“Algunos venían con miedo y se llevaban aceite, gas, gasoil…”, apunta el trabajador de Galp y confirma su colega de Cepsa: “Hay miedo, las personas tienen miedo. Y ante cualquier chispista, como yo digo, ya hemos explosionado”. En el municipio, estos días, según señalan, uno de los temas de debate más recurrente ha sido la limitación que han impuesto varios supermercados a la compra de aceite de girasol. Algo que sumado a las colas de portugueses ha generado cierta “alarma”.

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EFE

Mientras, en el país vecino, ya se han anunciado las primeras medidas para compensar el incremento de precios. "Ante la escalada súbita, inmediata y sin precedentes del precio de los combustibles, y sobre todo el aumento proyectado para la próxima semana, debemos reaccionar de inmediato", señaló la semana pasada el ministro de Finanzas de Portugal, João Leão, quien anunció un reembolso de hasta 20 euros mensuales del gasto en carburantes, devoluciones fiscales y beneficios para autobuses y taxis, informa Efe.

La Asociación Nacional de Revendedores de Combustibles (Anarec) de Portugal calificó este fin de semana de "insuficientes" las medidas anunciadas por el Ejecutivo y reclamó que "no permiten una solución definitiva del verdadero problema" de los precios de los combustibles, que es "la carga fiscal pesadísima que incide sobre la gasolina y el gasóleo". Alegaron además que algunas de las medidas no incluyen a transportadores ni distribuidores de productos esenciales.