Probamos el nuevo Mini Countryman en su versión 100% eléctrica, con 313 CV de potencia

La nueva generación del Mini Countryman, ya a la venta en nuestro país desde 39.400 euros, cuenta con diferentes opciones mecánicas. Desde motores de gasolina y diésel, todos ellos con hibridación suave, hasta el deportivo John Cooper Works, con 300 CV y tracción total, que tuvimos ocasión de probar recientemente. Y como gran novedad, ahora el Countryman también está disponible como 100% eléctrico, en dos versiones distintas: el Countryman E, con 204 CV y autonomía de 462 kilómetros; y el Countryman SE ALL4 con tracción total, 230 kW (313 CV) y un alcance de 433 kilómetros. Este último arranca en 50.800 euros, y es la versión que hemos conducido.

Una variante eléctrica que es la más potente de la gama, pero no la más rápida, ya que el Countryman SE ALL4 acelera de cero a 100 km/h en 5,6 segundos, pero el John Cooper Works lo consigue en 5,4 segundos. En cuanto al resto de características de esta versión cero emisiones, el eléctrico cuenta con un par máximo de 494 Nm y alcanza una velocidad máxima limitada a 180 km/h. Ambas versiones eléctricas montan una batería con una capacidad de 66,45 kWh. Y respecto a la recarga, la capacidad máxima en corriente alterna es de 22 kW, mientras en corriente continua es posible recargar hasta 130 kW de potencia. Esto quiere decir que si se dan las condiciones óptimas es posible cargar la batería del 10% al 80% en poco menos de 30 minutos.

El nuevo Countryman es más largo (+130 milímetros), más ancho (+20) y más alto (+10) que su predecesor. Como resultado, esta generación ahora mide 4.433 milímetros de longitud, 1.843 de anchura y 1.656 m de altura. Una tendencia que también se da en la distancia entre ejes, ya que el nuevo modelo cuenta con 2.692 milímetros, cuando en el anterior modelo era de 2.670 (+22). Como resultado, el modelo inglés ofrece un mayor espacio interior, ya que cuenta con 30 milímetros más de anchura en la zona de los hombros y los codos, la anchura de los hombros en los asientos traseros ha aumentado en otros 25 milímetros y la posición de la fila trasera de asientos puede ajustarse en longitud hasta 130 milímetros. Además, incluye múltiples espacios de almacenamiento en el habitáculo y los portavasos han sido ampliados.

Respecto a su diseño, esta generación cuenta un aspecto más moderno y líneas más cuadradas que las redondeadas de su predecesor. Además, presenta una aerodinámica mejorada, ya que logra un valor Cx de 0,26, frente al 0,31 que tenía el modelo anterior. Y entre sus rasgos observamos faros delanteros con tecnología LED, que ya no están enmarcados en los elementos cromados, el capó y el techo están ligeramente curvados y una gama de llantas de nuevo diseño va desde las 17 hasta las 20 pulgadas. En el caso de los eléctricos, son de 17 pulgadas y están optimizadas aerodinámicamente.

Un interior con la esencia de Mini

El nuevo Countryman también mantiene en el interior los rasgos característicos de la marca. Seguramente su punto más representativo y particular. Y es que toda la atención se la lleva la pantalla redonda OLED que preside en la consola central y con la que se controlan casi todas las funciones del vehículo. Además esta se caracteriza por ofrecer una gran resolución, funcionar con fluidez y no disponer de marco. Además, el modelo cuenta con el sistema Mini Operating System 9, la última generación del sistema operativo de la marca, pero si se desea es posible recurrir a distintas funciones por control táctil o por voz.

Antes de ponernos al volante del eléctrico, en un vistazo al interior, llama la atención el alto grado de calidad percibida en él. Y es que los materiales presentes agradan tanto al tacto como a la vista. No hay plásticos duros y se han cuidado todo tipo de detalles. El habitáculo es minimalista, pues nos encontramos con un volante de nuevo diseño, la pantalla redonda OLED mencionada y un Head-up Display opcional para que el conductor disponga de la información más relevante en el parabrisas. Es decir, no hay instrumentación, ya que la pantalla central recoge todos los elementos más importantes. Es cierto que debajo del salpicadero hay una serie de botones físicos que Mini ha mantenido para acceder a distintas funciones de forma rápida. Con ellos es posible accionar comandos relevantes como el freno de estacionamiento, el selector de marcha o el botón del Start/Stop. Para controlar la climatización hay que recurrir a la pantalla OLED.

Y si el interior convence por su diseño, calidad y tecnología presente, también saca buena nota en espacio, como ya explicamos en la prueba del John Cooper Works Countryman. Es sencillo ajustarse el puesto de conducción, y los asientos destacan por ser amplios y cómodos. Un escenario que se repite en las plazas traseras, pues al ajustar el asiento del piloto a una altura de 1,70 metros, atrás el espacio resultante para las rodillas cumple satisfactoriamente, así como el espacio de la cabeza al techo o el hueco para meter los pies bajo la banqueta del asiento delantero.

Agrada por su confort y respuesta

Nuestra prueba del Countryman eléctrico tuvo lugar por Cascais (Portugal) y sus alrededores. Un trayecto que combinó ciudad, autopista y carreteras secundarias, en una distancia de unos 100 kilómetros donde pudimos comprobar que este eléctrico con carrocería de tipo SUV agrada y convence. La combinación de disponer de una potencia de 230 kW (313 CV) y contar con tracción total permitía al modelo moverse con mucha soltura en cualquier situación. De hecho, logra transmitir la sensación de moverse de forma viva, ya que en cualquier incorporación a la carretera o adelantamiento rápido cumple correctamente, pese a superar las dos toneladas de peso, en concreto, 2.075 kilogramos en báscula.

Una vez que salimos de la ciudad y comenzamos a movernos por carreteras secundarias lusas, con subidas, bajadas y zonas reviradas, comprobamos como se comporta el Countryman SE ALL4 ante una conducción más dinámica. Y el resultado es positivo, e incluso, me atrevería a definirlo como un coche divertido. Por ejemplo, la dirección nos ha gustado, pese a no ser la más directa, ni la que más transmite, pero es equilibrada y permite al coche entrar con decisión en las curvas. La suspensión trabaja bien aunque peca de ser algo blanda, y en ciertas situaciones sí podemos notar ciertos balanceos, si se requiere de una conducción más deportiva. Pero en líneas generales saca buena nota, especialmente, en el uso cotidiano o a la hora de atravesar un badén o un asfalto con imperfecciones.

Además, al igual que el John Cooper Works, el Countryman eléctrico equipa hasta ocho Mini Modes Experience, los conocidos como modos de conducción dentro de la marca. En cada uno de ellos es posible cambiar el rendimiento del coche, que va a acompañado de más sensaciones, como diferentes colores en la pantalla o la entrada de distintas músicas. Sin lugar a dudas, destacamos el modo Go-Kart, que está enfocado a la deportividad y donde entra en escena el color rojo por la pantalla y por todo el habitáculo; o Green Mode, encargado de optimizar la eficiencia y autonomía.

Esta variante eléctrica SE ALL4 homologa un gasto medio WLTP de 16,8 kWh en el mejor de los casos. Para sacar conclusiones claras requeriríamos una prueba de mayor duración, pero en todo momento nuestra unidad se movió en torno a los 20 kWh. Un resultado que no se aleja de las cifras oficiales dadas por Mini, y que nos hacen pensar que con una conducción más relajada es posible acercarse a los datos homologados.