Mini John Cooper Works Countryman: probamos la versión con 300 CV y tracción total

La nueva generación del Mini Countryman, desvelada a finales del pasado año, fue presentada como versión eléctrica, lo que suponía una primicia, pero el fabricante británico, perteneciente a BMW Group, anunció que las variantes de combustión seguirían presentes en este modelo de tipo SUV. Y así ha sucedido, pues es el nuevo Countryman ya está disponible en nuestro país no solo con sus dos versiones eléctricas, sino también con varios motores de gasolina y un diésel, todos ellos con hibridación suave. Y no solo eso, pues en la gama también sigue presente la alternativa más prestacional de la marca, el John Cooper Works, que El Confidencial ya ha tenido ocasión de conducir, y que parte de 59.400 euros.

Bajo el capó del John Cooper Works se encuentra un propulsor de gasolina 2.0 turboalimentado de cuatro cilindros, sin electrificación alguna y con la etiqueta medioambiental C de la DGT. Este propulsor rinde 300 CV y 400 Nm de par motor, y siempre está asociado a la tracción total ALL4 de la marca. De este modo, el nuevo JCW Countryman acelera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos, con una velocidad máxima limitada electrónicamente a 250 km/h. En nuestra prueba del coche por los alrededores de Cascais, en Portugal, recorrimos unos 120 kilómetros, casi en su totalidad por autopista y carreteras secundarias. Así pudimos comprobar que los 300 CV mencionados mueven con soltura los 1.735 kilogramos de un conjunto que mide 4.447 milímetros de largo por 1.843 de ancho y 1.645 de alto.

De hecho, y pese a tener unas cifras de aceleración considerables, al volante percibes cómo la potencia aparece de forma lineal, y aunque logra pegarte al asiento, aún acelerando a tope no tiene unas reacciones desmesuradas. Sensaciones que van en línea al rendimiento conjunto que ofrece el JCW Countryman, ya que es un coche rápido, con el que puedes ir muy deprisa, pero a la vez tiene un comportamiento noble y un gran aplomo. Su dirección nos ha gustado, ya que el tacto de conducción es agradable, pero si se exige una mayor precisión, responde de una manera correcta y entra con decisión en las curvas. Un buen trabajo que también encontramos en la suspensión, ya que no se perciben balanceos de la carrocería, y puedes recorrer muchos kilómetros o atravesar zonas de asfalto roto sin que eso suponga un inconveniente para el propio coche ni para nuestra espalda.

Al volante, el nuevo Countryman equipa hasta ocho Mini Modes Experience, denominación que reciben los modos de conducción en Mini. Con cada uno de ellos no solo cambia el rendimiento del coche, también ofrece una experiencia de conducción distinta, ya que varían los colores de la pantalla o entran en acción distintas músicas. Por ejemplo, el modo Go-Kart está enfocado a la deportividad, mientras Green Mode optimiza la eficiencia. En cuanto al consumo, homologa un gasto combinado en ciclo WLTP de 7,8 l/100 km, pero requeriríamos una prueba de mayor duración y en diferentes escenarios, también con recorridos urbanos, para sacar una conclusión clara.

Respecto al diseño exterior, la nueva versión presenta rasgos que asocian su imagen rápidamente a la de un John Cooper Works. Por ejemplo, el logotipo rediseñado con los colores negro, rojo y blanco, la presencia de la tonalidad Chili Red en el pilar C y en el techo, o unas llantas de aleación de 19 o 20 pulgadas, específicas de esta versión JCW. Además hay otros aspectos a destacar, como los elementos aerodinámicos con reflectores verticales en la parte delantera, los faros LED MINI con barras horizontales en JCW Signature o el diseño de parrilla octogonal en negro brillante.

Un interior digital y de calidad

El habitáculo es uno de los puntos más personales del Mini. De hecho, una vez que entras en él percibes que estás en un modelo de la marca inglesa, ya que cuenta con rasgos que solamente encuentras en coches como el Countryman. Por ejemplo, la gran pantalla redonda OLED de la consola central, con la que se controlan casi todas las funciones del vehículo, y que ofrece una gran resolución. Además, en nuestra prueba pudimos acceder a la navegación, el sistema de infoentretenimiento o los ajustes del coche, y el sistema nos resultó intuitivo, con un funcionamiento fluido. Y es que el nuevo Countryman cuenta con la última generación del Mini Operating System 9, y si el usuario desea mayor información al volante, también es posible equipar el Head-up Display.

Estamos ante un interior digital, pero también hay mandos clásicos para acceder rápidamente a las funciones principales del coche. Por ejemplo, desde los botones del volante o desde la barra de configuración con botonería ubicada debajo de la pantalla. Y si el conductor no quiere utilizar ni la pantalla ni los botones, puede recurrir al asistente de voz, con el que se pueden controlar funciones como la navegación, el teléfono o el entretenimiento. El interior presenta rasgos propios de la variante John Cooper Works, como un salpicadero fabricado en tejido bicolor, que combina el color rojo y negro, elaborado a partir de poliéster reciclado. Materiales en el habitáculo que nos han parecido de calidad, tanto a la vista como al tacto.

Y si el habitáculo agrada, el espacio que encontramos en él también. Es fácil ajustar rápidamente el puesto de conducción, y los asientos son amplios y confortables. Un hecho que también se repite en las plazas traseras, pues si ajustamos el asiento a una altura de 1,70 metros, cumple en el espacio resultante para las rodillas o en el hueco para meter los pies bajo la banqueta del asiento delantero. En cuanto al maletero, hay 460 litros de capacidad, ampliables a 1.450 si se abate la fila trasera de asientos.

Un arsenal de asistentes

En la presentación del John Cooper Works Countryman, Mini ha hecho especial énfasis en el completo listado de asistentes a la seguridad que esta nueva generación integra o puede equipar. Y es que el modelo británico cuenta con 12 sensores ultrasónicos y cuatro cámaras de visión envolventes, y si se suma el paquete opcional Driving Assistant Professional, la conducción será parcialmente automatizada, como corresponde a un Nivel 2. De esta forma, el sistema puede detectar espacios en el tráfico para cambiar de carril si, por ejemplo, se dirige hacia una salida y el vehículo lleva la velocidad óptima para efectuar el cambio de carril asistido.

Otra novedad presente en el nuevo Countryman es que los conductores pueden retirar las manos del volante en autopistas y autovías, siempre y cuando no se superen los 60 km/h y el usuario siga vigilando la carretera, de manera que esté preparado para recuperar los mandos en cualquier momento o cuando el coche lo indique.