Conducimos el BMW iX: gran apuesta eléctrica y nuevo buque insignia de la marca

El BMW iX, el SUV eléctrico más vanguardista de la firma alemana, ya está aquí, pues su lanzamiento global tuvo lugar en el mes de noviembre. Y en El Confidencial ya nos hemos puesto a su volante para comprobar en primera persona cómo de grande es el salto que quiere dar la marca de Munich con este nuevo modelo.

Y es que la compañía le ha dado al iX el estatus de buque insignia que hasta ahora ocupaba la Serie 7, pues en él se han plasmado las últimas innovaciones en electrificación, conducción autónoma y conectividad, cuando antes siempre solía ser la lujosa Serie 7 la que estrenaba todo. Eso ya debería darnos una pista sobre la importancia que da BMW a su último producto, que no es simplemente un coche más.

El diseño y la tecnología de este SUV eléctrico forman parte de un paquete global que sienta las bases de lo que serán los futuros vehículos de la compañía, plasmando al mismo tiempo el carácter BMW i, pero sin pasar por alto eso que reza su eslogan: "¿te gusta conducir?". Sin embargo, y como expresaba hace poco el predisente del Consejo de Dirección de BMW AG, Oliver Zipse, ''el Grupo BMW se esfuerza constantemente por reinventarse a sí mismo. Ese es un elemento central de nuestra estrategia corporativa''. De ahí que no solo busquen una transición eléctrica que esté a la altura de lo que el fabricante bávaro ha sido hasta ahora, sino que BMW quiere ofrecer una experiencia mejor para este nuevo tipo de conducción.

El camino a seguir

El iX, que se produce en la planta de Dingolfing, en Alemania, reúne los últimos desarrollos de la compañía en los campos de innovación estratégica de diseño, conducción autónoma, conectividad, electrificación y servicios. Además, el concepto entero del vehículo se basa en tres pilares fundamentales: sostenibilidad, digitalización e innovación, reflejándose sobre todo lo primero en un diseño que la marca define como' inteligente', pero también en su aerodinámica optimizada o en el uso extensivo de materiales naturales y reciclados.

Con su nuevo diseño, su aspecto lidera el camino hacia una futura generación de coches con los que la compañía quiere redefinir la sostenibilidad, el placer de conducir y el significado de premium. En la zona exterior vemos cómo el nuevo BMW iX cuenta con unas medidas que en dimensiones lo equiparan al X5 en longitud (4,95 metros) y anchura (1,97 metros), pero más al X6 en términos de altura (casi 1,70 metros), debido a su fluida línea de techo. En cambio, y al contrario de lo que ocurre con sus hermanos más 'tradicionales', el BMW iX cuenta con un diseño mucho más minimalista, liso y nítido, con un uso menos extendido de las líneas de carácter y de las superficies modeladas, predominando las líneas más claras y contornos casi rectangulares alrededor de los pasos de rueda.

En la zona frontal, su distintiva parrilla de gran tamaño es el elemento más llamativo. Estos riñones en disposición vertical presiden el frontal, y aunque el sistema no precisa de tanta refrigeración, al estar cerrados esconden otra utilidad. Tras ellos se encuentran todos los sensores que permiten que el coche tenga esa ‘inteligencia’ primordial para mantenernos sanos y salvos. Además, como curiosidad, esta parrilla cuenta con una tecnología que permite que pequeños arañazos o golpes se reparen de manera autónoma. Es decir, si nos golpea una piedrecita al circular por carretera o rozamos con algún arbusto o rama, a temperatura ambiente se reparará en cuestión de horas (siempre que no exista una retirada de material) sin que tengamos que hacer nada. Y si queremos acelerar el proceso, también podemos aplicar calor sobre el roce; con un secador de pelo, por ejemplo.

Siguiendo con los detalles exteriores, los nuevos faros son los más estrechos jamás montados en un BMW producido en serie. De fábrica vienen equipados con tecnología LED, aunque si el cliente quiere puede pedir de forma opcional los faros láser BMW. En la zona trasera los pilotos también cuentan con un diseño extremadamente estrecho e iluminación LED.

Y es que parece que la temática de la sencillez se ha abrazado con gusto en la marca a la hora de diseñar este modelo, porque los tiradores de las puertas (desde dentro se abren pulsando un botón), que van enrasados con la carrocería, también tienen un diseño acorde a los pilotos traseros, finos y simples. Las ventanillas por su parte, carecen de marco, lo que acentúa el carácter moderno y deportivo del iX. Para terminar con el exterior, además de sus grandes llantas aerodinámicas, que pueden ser de 21 o 22 pulgadas, BMW ha camuflado algunos elementos que, salvo que nos informen sobre su existencia, quizás no sepamos ni encontrar, como la tapa del conducto para rellenar el líquido limpiaparabrisas. Y es que se encuentra bajo el logotipo de BMW del capó: basta con apretarlo para que se abra, permitiendo rellenar el depósito. Y también bajo el logotipo, pero en este caso el trasero, se esconden cosas, como la cámara de visión posterior o su correspondiente sistema de autolimpieza, que solo emergen cuando son necesarios.

En cuanto al interior, goza de una gran habitabilidad para los ocupantes, tanto los delanteros como los traseros, cortesía de una distancia entre ejes de 3 metros exactos. Los asientos, que son de nuevo desarrollo y cuentan con reposacabezas integrados, buscan que la comodidad a bordo sea excepcional, a lo que contribuye el gran techo panorámico de cristal, que puede pasar de opaco a transparente con solo pulsar un botón. El habitáculo en sí cuenta con una arquitectura completamente nueva, donde destaca el volante, que es el primero con forma hexagonal de la marca, así como su gran pantalla corrida (en realidad son dos: una de 12,3 pulgadas y otra de 14,9) que integra el último sistema operativo de BMW. El salto aquí es tremendo, pues pasa de ser un sistema lineal y basado en el texto a parecerse mucho a un smartphone, convirtiéndose en algo más familiar para la gran mayoría de usuarios. Además, permite simplificar la estética hacia algo mucho más cómodo e intuitivo, a pesar de tener cientos de opciones que habrá que ir investigando poco a poco.

La consola central está confeccionada a mano y se asemeja a un mueble de alta calidad. En ella se encuentra el selector del cambio, que hace desaparecer la posición 'P', puesto que cuando queramos que esta se active solo deberemos poner el freno de mano electrónico y el coche hará el resto de manera automática. Acompañando a las dos pantallas que presiden el salpicadero, el conductor encontrará un Head-Up Display en la luna delantera que muestra mucha información de manera clara, incluido el mapa del navegador.

En cuanto a sus mecánicas, siempre con tracción a las cuatro ruedas (hay un motor delante y otro detrás), la firma alemana ofrece como versión de acceso el BMW iX xDrive40, que dispone de una potencia total de 326 CV y 630 Nm de par motor. Con eso es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos, mientras que su autonomía media WLTP alcanza los 425 kilómetros (batería de 76,6 kWh brutos, con capacidad útil de 71 kWh). Por otro lado tenemos el BMW iX xDrive50, que eleva la potencia hasta los 523 caballos, reduce el paso de 0 a 100 km/h hasta los 4,6 segundos y alcanza los 631 kilómetros de autonomía (batería de 111,5 kWh brutos, con capacidad útil de 105,2 kWh). Presume de una capacidad de carga de hasta 200 kW (150 kW en la versión inferior), de manera que la batería puede pasar del 10 al 80% en menos de 40 minutos, mientras que con tan solo 10 minutos enchufado se pueden añadir 120 kilómetros extra de autonomía. Si lo cargamos mediante un wallbox de 11 kW, el tiempo que se precisa para pasar del 0 al 100% es de 11 horas.

Primera prueba de conducción

Este último, el iX xDrive50 de 523 caballos, fue el que probamos por Madrid. La ruta, que tenía una duración de hora y media, recorría tramos de autovía, pero se centraba mucho en itinerarios de montaña y sus encuentros con numerosos pueblos de la sierra de la provincia. Nada más subir al coche, lo que más llama la atención es su sistema multimedia, que como hemos mencionado anteriormente es completamente nuevo y da un salto brutal, haciendo que sea muy simple y muy parecido a un teléfono móvil. Es cierto que las opciones son tantísimas que llevará un tiempo aclimatarse a sus posibilidades, pero como sucede cuando compramos cualquier dispositivo tecnológico nuevo, en un primer momento tocará investigar. Lo que no nos gusta tanto es que se hayan eliminado prácticamente todos los botones físicos del habitáculo, pues a veces resulta complejo acceder a la función determinada que queramos cambiar, desde el climatizador hasta los asistentes de conducción, pasando por la función de masaje de los asientos o los distintos cientos de opciones de personalización que esconde el sistema; entre los que se encuentran perfiles de usuario que permitirán que el coche aprenda de cada uno y aplique sus ajustes y preferencias favoritas.

Conforme comienza la conducción, la ruta marcada en el navegador ya empieza a destacar como algo distinto al resto de vehículos a los que estamos habituados. Y es que cuando se aproxima una intersección, salida, rotonda, cruce o cualquier otro elemento que pueda ocasionar alguna duda, la pantalla central muestra automáticamente la imagen, en una calidad asombrosamente alta, de una cámara delantera, y sobre la misma proyecta flechas y señalizaciones que coinciden de manera precisa con lo que tenemos frente a nosotros, por lo que es prácticamente imposible equivocarse de salida o confundir dos calles, por muy pegadas que estén. Bendita realidad aumentada.

La conducción es muy buena, con esos 523 CV bajo el pie derecho que hacen que adelantar o salir de un cruce sea prácticamente cuestión de un pestañeo. Aunque el iX es pesado, y eso se hace notar en los tramos más revirados del trayecto, el nuevo eléctrico de BMW se mueve con bastante soltura y frena de forma muy adecuada, pues no da la sensación de ir por encima de sus posibilidades, cosa que a veces sucede en coches grandes, pesados y con una potencia tan descomunal. El BMW iX, sin embargo, se conduce con agilidad a pesar de sus muchos kilos, que sí se notan, pero que se camuflan muy bien por la dinámica de conducción y la potencia.

Además, dependiendo del modo de conducción que seleccionemos, el coche emite distintos sonidos, que han sido creados por el famoso y oscarizado compositor Hans Zimmer (autor de las bandas sonoras de Gladiator, Interestellar, El Rey León, Origen, 007: No Time to Die, Piratas del Caribe y muchas otras). Y en este apartado, el del sonido, haremos especial hincapié, pues el sistema que montaba la unidad probada es un opcional... pero vaya opcional. Porque el equipo Bowers & Wilkins que montaba cuenta con nada menos que 30 altavoces, entre los que encontramos dos en cada respaldo de los asientos delanteros, así como otros dos en los reposacabezas. Eso hace que la música suene de una forma y con una calidad y unas sensaciones que se transmiten por el cuerpo, algo que es digno de experimentar para entender lo eficaz que es y lo bien que suena. Tanto es así que, tras la prueba del iX, me costó volver a acostumbrarme a la 'normalidad' cuando subí a otro coche; y eso que tenía un equipo de sonido bastante bueno,

Por lo demás, la comodidad general está a la altura de lo que quiere hacer BMW con este modelo, con unos asientos que no fatigan en ningún momento y que permiten un ajuste muy completo. Además, el espacio trasero es realmente generoso y el maletero, que alcanza los 500 litros (parecido al de un X3) y que pueden ser 1.750 si abatimos los asientos traseros, goza de una apertura muy amplia, pues el portón se lleva consigo las luces y deja una entrada cómoda para la carga.

Otro de los extras que montaba el modelo probado era la suspensión neumática, que permite ajustar la altura de la carrocería. Una vez en marcha, se ajustará de manera automática en función de la velocidad a la que circulemos. Opción que en un coche de estas características, tan pesado por ser eléctrico y tan grande, quizá sí interese pedir, pues lidia con los baches, badenes, resaltos e imperfecciones de una forma muy cómoda. Toda una cualidad tratándose de un coche eléctrico, pues estos suelen tener ahí una 'espinita clavada', ya que para compensar su mayor peso a veces tienden a suspensiones duras y de reacciones más secas.

Es por tanto este BMW iX un gran salto para la firma germana, con un diseño nuevo, un papel de buque insignia, miras al futuro, lo último en tecnología y una nueva filosofía de sostenibilidad que lo posicionan como un coche para iniciar una nueva era. Sin embargo, con todo y con esto, no se ha dejado de lado a quienes están buscando sensaciones a la hora de conducir, pues el coche no 'te lleva' ni su conducción resulta 'artificial. De hecho, BMW ya nos ha confirmado que el año próximo habrá una versión 'M' de este iX, que tendrá más de 600 CV de potencia y promete dar sensaciones únicas a quienes no quieran renunciar a la adrenalina, pero sí a las emisiones.

Eso sí, a cambio de todo esto el precio a pagar no es poco, porque el BMW iX xDrive40 de 326 CV arranca en 87.150 euros en nuestro país, mientras que el más potente iX xDrive50 de 523 caballos empieza en 104.150 euros.