El Polestar 4 no llega hasta agosto a España, pero ya nos hemos subido en él

Después del Polestar 2 y el Polestar 3, el Polestar 4, que se ha convertido en el tercero modelo de la firma sueca, a la espera de más modelos ya anunciados. Este crossover cupé eléctrico ya está a la venta en nuestro país desde el pasado mes de febrero, pero hasta agosto no comenzarán a llegar las primeras unidades a los clientes españoles. Sin embargo, meses antes de su llegada oficial, en El Confidencial ya hemos tenido ocasión de subirnos a una unidad estática en el concesionario que Polestar tiene en la Calle Velázquez en Madrid.

En las versiones o precios anunciados hace unos meses no ha habido cambios. El Polestar 4 parte desde 65.900 euros en España, una factura que se corresponde a la versión Long Range Single Motor de 272 CV y 343 Nm de par máximo. Transmite toda su fuerza al eje posterior y acelera de cero a 100 km/h en 7,1 segundos. Por encima, se posiciona la variante Long Range Dual motor, que se sitúa como el vehículo de serie más rápido de la firma, gracias a la presencia de dos motores, uno en cada eje, que rinden 544 CV de potencia y 686 Nm de par motor. Dotado de suspensión semiactiva y tracción a las ruedas, puede acelerar de cero a 100 km/h en solo 3,8 segundos. Y en este caso, parte desde 72.900 euros.

Ambas versiones están equipadas con una batería de 100 kWh, pero con diferentes autonomías, ya que la variante con doble motor homologa un alcance medio en ciclo WLTP de 580 kilómetros, mientras la versión de un motor único aumenta la autonomía media hasta 610 kilómetros. También comparten potencia de carga, ya que el cupé eléctrico admite hasta 200 kW en corriente continua; 22 kW si es alterna. Trae de serie bomba de calor, que permite usar el calor ambiental para acondicionar el habitáculo y la batería. Y, además, incluye el hardware de carga bidireccional, ya que está previsto incorporar en el futuro la tecnología de carga desde el vehículo (V2L), para que el Polestar 4 pueda alimentar dispositivos externos.

En nuestro primer contacto con el coche, observamos como el Polestar 4 cuenta con rasgos ya presentes en sus hermanos de gama, Polestar 2 y Polestar 3, pero presenta detalles estéticos ya vistos en el prototipo Precept, la separación de los faros delanteros Dual Blade mediante una óptica exclusiva de Polestar, el emblema de la marca iluminado desde abajo o la eliminación de la luneta trasera, sin duda, uno de los puntos más llamativos en el diseño del eléctrico. También llama nuestra atención el morro bajo que presenta el coche, manillas de puertas retráctiles o las distintas cámaras que vemos en los retrovisores o en el lateral. Y es que incluye el sistema avanzado de asistencia al conductor SuperVision de Mobileye, que cuenta de serie con un total de 12 cámaras, un radar y 12 sensores de ultrasonidos.

Nos subimos en el Polestar 4

Visto el exterior y después de hacer un recorrido de 360 grados por el coche, es hora de subirnos en su interior. Nos acomodamos en sus amplios asientos, cómodos y con materiales agradables al tacto, y ponemos las manos en el volante. A la hora de ajustar la altura o profundidad del maletero buscamos los mandos clásicos bajo el mismo, o eléctricos, pero no los encontramos. Y es que para llevar a cabo esta acción es necesario recurrir a la gran pantalla panorámica central de 15,4 pulgadas, que logra llamar la atención del usuario desde un primer momento. Esta integra Google, incluyendo Google Assistant, Google Maps y Google Play, y destacamos su alta resolución. Tuvimos ocasión de intercambiar pantallas o entrar en diferentes menús durante varios minutos y nos resultó fluida, pero necesitaríamos más tiempo con ella para sacar conclusiones claras.

Esta gran pantalla central se complementa con la instrumentación digital, que cuenta con una pantalla de 10,2 pulgadas, y muestra información como la autonomía, la carga de la batería, la velocidad, las indicaciones de la navegación o datos relativos a los asistentes de conducción. Sobre el parabrisas se proyecta un Head-Up Display de 14,7 pulgadas, que permite que el conductor no aparte la vista de la carretera. Como decíamos en los asientos, los materiales que vemos en el habitáculo nos resultan de calidad, con muy buenos ajustes y agradables. Materiales que son sostenibles, ya que el Polestar 4 cuenta en su interior con pieles obtenidas de subproductos de la industria alimentaria y procedentes de granjas escocesas que también tienen certificado de protección animal, cuero Bridge of Weir con certificado de protección animal, o un tejido a medida con un 100% de PET reciclado, novedad en la industria del automóvil, que está hecho con un 100% de poliéster reciclado, entre otros.

Al no disponer de luneta trasera, el espejo tradicional ha sido sustituido por una pantalla de alta definición, que muestra la imagen enviada por una cámara exterior montada en el techo. No obstante, si el conductor lo desea puede desactivar la conexión digital para ver a los ocupantes de las plazas traseras, es decir, como si de un espejo habitual se tratara. Se incluye conexión inalámbrica a Apple CarPlay, y actualizaciones OTA (Over­ the­ Air), con el fin de instalar nuevas funciones y mejoras de software sin necesidad de tener que acudir a un taller. Opcionalmente, es posible equipar en el Polestar 4 un sistema de sonido Harman Kardon con 12 altavoces y un amplificador híbrido de 1.400 W. Y si se añade el paquete Nappa Opcional, se añaden otros dos altavoces en el reposacabezas de cada asiento delantero, que eleva el total a 16 altavoces.

En cuanto a las plazas traseras, estas se benefician de una distancia entre ejes muy buena: 2.999 milímetros, es decir, casi tres metros. Al sentarse en ella, notamos como el cuerpo va un poco más retrasado de lo habitual, según Polestar, para maximizar el confort. En un primer término, la posición del cuerpo es algo extraña, ya que tenemos la percepción de ir ligeramente tumbados, o mejor dicho, no tan rectos como en un coche tradicional. Además, las rodillas van más altas de lo normal, quizá por la presencia de las baterías en el suelo del vehículo. Para cerciorarnos de sí esta solución de Polestar es confortable, sería necesario hacer un desplazamiento largo y pasar tiempo en esta segunda fila. Eso sí, nuevamente, los asientos son muy confortables, hay un espacio generoso de las piernas al asiento delantero, al igual que de la cabeza al techo.

Destaca que debido a la eliminación de la luna trasera es curioso ver como el techo solar panorámico se prolonga más allá de las cabezas de los ocupantes de la segunda fila, un elemento difícil de encontrar en otro coche. Entre los respaldos delanteros se encuentra una pantalla secundaria para controlar desde atrás los equipos multimedia y el climatizador. Y también hay una luz ambiental regulable, que permite personalizar el habitáculo, y que según Polestar, se inspira en el sistema solar.