Tres coches muy deportivos (y muy distintos) para celebrar los 50 años de BMW M

La división M de BMW ha cumplido en 2022 medio siglo de vida, y probablemente por eso la firma alemana ha vivido una de sus etapas más activas, protagonizada en las últimas semanas por tres modelos que encarnan el espíritu y el ADN de M, traducido en éxitos durante estas cinco décadas tanto en los modelos de calle como en los circuitos, escenario del que se han nutrido todos y cada uno de los vehículos de producción presentados a lo largo de su historia.

Así, BMW M ha mostrado su futuro con el XM híbrido enchufable, su presente con el nuevo M2 y su pasado con el nuevo 3.0 CSL, ahora desvelado. Y decimos pasado porque este último es un claro homenaje al 3.0 CSL de los años 70, pero aplicando lo aprendido en este medio siglo. Un modelo, el de 1972, desarrollado para la competición en el año de fundación de BMW Motorsport GmbH y hoy convertido en auténtica leyenda del automóvil.

Empezando por el XM, el nuevo SUV de BMW M supone la punta de lanza en la ofensiva de futuros modelos deportivos de la marca, además de ser el primer modelo independiente de BMW M desde el M1 de 1978. Es decir, no deriva de ningún BMW convencional, sino que ha nacido directamente como M. Su diseño, muy similar al del prototipo que lo anticipaba, presenta faros delanteros divididos en dos secciones, una parrilla con los riñones de BMW con los bordes dorados y el contorno iluminado, y grandes tomas de aire. Su vista lateral revela un vehículo gigantesco, concretamente de 5.110 milímetros de largo, 2.005 de ancho y 1.755 de alto, y dotado de llantas de serie de 21 pulgadas, aunque como opción pueden solicitarse unas de 23. Como curiosidad, el logotipo de BMW ubicado en el centro de las ruedas se mantiene inmóvil cuando estas giran, al más puro estilo Rolls-Royce. Por su parte, la zona trasera cuenta con cuatro salidas de escape, dos a cada lado y situadas una encima de la otra, por primera vez en un BMW M. Y un último detalle, que homenajea al M1, son los logotipos de BMW grabados en las zonas superiores laterales de la luna trasera, aunque el mítico M1 los lucía en los laterales de la zaga, justo por encima de los pilotos traseros.

El interior del BMW XM incluye de serie asientos multifunción M, almohadillas para las rodillas y un volante de cuero M específico para este modelo, así como la pantalla BMW Curved Display y el sistema Head-up Display de proyección de información. En la segunda fila cuenta con el exclusivo M Lounge, donde los respaldos calefactados se extienden hacia los laterales y los cojines especialmente diseñados ofrecen a los ocupantes un superior nivel de confort. Además, se puede elegir entre cuatro tapizados diferentes, así como un nuevo cuero Vintage para las secciones superiores del panel de instrumentos y los paneles de las puertas. Y el revestimiento del techo es uno de sus elementos interiores más destacados, con un diseño a modo de estructura prismática tridimensional.

En lo que respecta a su mecánica, el BMW XM dispone de un sistema de propulsión híbrido enchufable M Hybrid con una potencia total de 653 CV y un par máximo de 800 Nm. Porque su sistema de propulsión eléctrica está respaldado por un V8 4.4 de gasolina de nuevo desarrollo que se acopla a una caja de cambios M Steptronic de ocho velocidades y a un sistema de tracción a las cuatro ruedas M xDrive que prioriza la propulsión trasera. Así, este hercúleo SUV con mecánica PHEV es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos, pero también permite cubrir en modo 100% eléctrico, según la homologación WLTP, distancias de hasta 88 kilómetros, cortesía de su batería con 25,7 kWh de capacidad. De ahí que el XM, cuyas entregas comenzarán en la próxima primavera, disfrute de la etiqueta 0 emisiones de la DGT.

Más adelante, en otoño de 2023, la firma germana incorporará a la gama el XM Label Red, que se convertirá en el coche de serie más enérgico en la historia de BMW M con sus 748 CV de potencia y sus 1.000 Nm de par máximo.

Nuevo BMW M2

También en esta recta final del 2022 ha nacido el nuevo M2, que será comercializado a partir de abril y luce un aspecto evolucionado y más radical. Y es que tanto en la zona delantera como en la zaga, BMW M ha apostado por unas formas mucho más cuadradas de lo que suele ser habitual en sus modelos, mientras que sus pasos de rueda se han ensanchado en ambos ejes. Se trata de un coche de 4.580 milímetros de longitud con una anchura de 1.887 milímetros y una altura de 1.403. En la vista lateral se aprecian unas llantas que son de 19 pulgadas delante y de 20 detrás, lo que supone un aumento de una pulgada de diámetro en comparación con sus hermanos M3 y M4.

En la parte trasera, su aspecto compacto y deportivo se acentúa con un llamativo labio que da forma al alerón instalado en la tapa del maletero, y con su difusor rematado por cuatro salidas de escape. Como opción se ofrece un techo de fibra de carbono M que reduce el peso del vehículo en unos seis kilogramos, y la carrocería del nuevo M2 estrena también dos tonos exclusivos para este modelo: el Zandvoort Blue sólido y el Toronto Red metalizado.

En el interior cuenta de serie con asientos deportivos de diseño específico, con superficies en Sensatec/Alcantara. Como alternativa están disponibles los asientos deportivos M con reposacabezas integrados y superficies perforadas en cuero Vernasca/Sensatec. Los asientos tipo baquet M de fibra de carbono son también otro opcional, reduciendo el peso del vehículo en 10,8 kilos. También incorpora distintos elementos de confort de serie, como el climatizador automático de tres zonas, el BMW Live Cockpit Plus con sistema de navegación BMW Maps, la iluminación ambiental o el sistema de altavoces Hi-Fi. El Driving Assistant, el control de crucero activo con función Stop&Go y el asistente de aparcamiento, que incluye el asistente de marcha atrás, son algunas de las opciones disponibles.

A nivel mecánico, BMW M recurre a un motor 3.0 de gasolina que difiere sólo en un pequeño número de detalles respecto al propulsor empleado en los M3 y M4. Entrega una potencia total de 460 CV, de manera que supera en 90 caballos al propulsor utilizado por su predecesor. Además, el nuevo motor es capaz de estirarse hasta las 7.200 revoluciones por minuto, y su sonido se canaliza al exterior a través de un escape M específico con válvulas controladas electrónicamente.

De serie cuenta con una caja de cambios automática M Steptronic de ocho velocidades con Drivelogic, pero como opción está disponible una transmisión manual de seis marchas con asistente de cambio de marcha, aunque esa función se puede desactivar en el menú de configuración M. Gracias a todo eso, el nuevo M2 de BMW completa el paso de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos con la caja automática, mientras que la versión de caja manual lo hace en 4,3. Su velocidad máxima autolimitada es de 250 km/h, aunque puede aumentarse a 285 km/h con el paquete opcional M Driver’s Package.

Y con independencia de la caja de cambios elegida por el cliente, el M2 tiene propulsión trasera, y equipa el diferencial M activo en el eje posterior. También se incluyen de serie elementos como la suspensión adaptativa M con amortiguadores controlados electrónicamente, la dirección M Servotronic con asistencia variable, el sistema DSC con modo M Dynamic y los potentes frenos M Compound. Asimismo, el control de tracción M se incluye en el M Drive Professional, que viene de serie y que cuenta también con M Drift Analyser y M Laptimer.

Del 3.0 CSL sólo habrá 50

Y para completar su 50 cumpleaños, BMW M cierra el 2022 con el modelo especial más exclusivo que jamás haya producido la compañía. Se trata del nuevo 3.0 CSL, desarrollado con la intención de combinar lo mejor de cinco décadas de experiencia con un diseño único de cupé biplaza y una tirada de tan sólo 50 ejemplares, cada uno de ellos creado con absoluta dedicación y excelencia artesanal. Así, los exclusivos componentes interiores de plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP) se fabrican a mano, mientras que su proceso de pintura específico dura seis días. De hecho, cada BMW 3.0 CSL pasa por ocho ciclos de montaje en otras tantas estaciones de producción, un procedimiento que se extiende hasta los 10 días en total por cada unidad.

En términos de diseño, este nuevo 3.0 CSL supone una reinterpretación moderna del clásico BMW 3.0 CSL de los años 70, que fue desarrollado para competiciones de turismos en circuito. Su versión de carreras ganó el Campeonato Europeo de Turismos durante su temporada inaugural de 1973, título que logró cinco veces más de forma consecutiva de 1975 a 1979. Y entre los pilotos que lo condujeron aparecen nombres como Toine Hezemans, Chris Amon o Niki Lauda. La versión de carretera, que se desarrolló únicamente con fines de homologación, se convirtió en un verdadero símbolo e hizo famosas sus letras CSL, de 'Coupé Sport Leichbau' (cupé deportivo ligero). Por ejemplo, recibió un llamativo paquete aerodinámico que incluía un alerón delantero, barras de aire en los paneles delanteros y un alerón de techo. El alerón trasero, que optimizaba el agarre, no estaba homologado para su uso en carretera y, por lo tanto, reposaba en el maletero al entregarse el vehículo. Con todo esto, pronto captó la atención del público, que lo acabó apodando 'el batmóvil'.

Medio siglo después, el 3.0 CSL ahora desvelado nace como otro nuevo modelo independiente de BMW M y luce unas proporciones de cupé clásico, combinando el motor delantero con una transmisión manual y una tracción derivada al eje posterior. Los elementos inconfundibles como la canalización del aire, los pasos de rueda ensanchados con formas nuevas, el llamativo alerón trasero y muchos otros detalles se basan en el diseño de su antecesor. Y BMW ha dedicado unas 200 horas únicamente a optimizar el flujo de aire sobre su carrocería y el equilibrio aerodinámico.

La zona delantera luce una parrilla totalmente nueva y distinta a la de los M3 o M4, con un inserción en forma de rejilla de diamante, un marco de los riñones en aluminio satinado y dos generosos huecos redondos en la zona inferior de los faldones en homenaje al original. Por su parte, los faros BMW Laser Light brillan en color amarillo, en referencia a los coches de carreras GT de la marca, como el actual M4 GT3, cuya unidad de potencia se basa en el mismo motor de seis cilindros que monta el BMW 3.0 CSL. Sus musculosos pasos de rueda dan una idea de la gran anchura de sus vías, mientras que sus enormes llantas forjadas de aleación son de 20 pulgadas delante y 21 detrás, con acabado dorado y cierre central. En cuanto a la vista trasera, tiene como elemento principal el enorme alerón posterior, que se une a otro spoiler situado al final del techo y a sus cuatro salidas de escape, fabricadas en titanio.

El acabado de pintura en color Alpine White, así como una elaborada decoración de franjas con los clásicos colores de BMW M, le convierten en un modelo diferente. En total se pintan 22 piezas individuales, con el Alpine White generalmente aplicado a componentes de carbono, que son pintados a mano por especialistas. Para colocar con precisión las franjas de esta librea con los colores de BMW M (azul, morado y rojo sobre fondo blanco), los pintores utilizan el enmascaramiento mediante proyección láser. Y acompañando a estos colores encontramos unos dorsales de carreras, siendo el número 50 una referencia al aniversario de BMW M.

En el habitáculo del nuevo 3.0 CSL, el uso del carbono y otras medidas de construcción ligera acentúan las características puristas de un coche deportivo. Por ejemplo, en lugar de asientos traseros hay un compartimento de almacenamiento con dos huecos para sendos cascos integrales. Asimismo, el conductor y el acompañante se sientan en asientos M de fibra de carbono, cuya altura e inclinación solo pueden ajustarse mediante una conexión de tornillo de tres etapas en un taller. La superficie de los mismos está terminada en Alcantara negra, igual que el volante M. Por su parte, las molduras interiores mate en acabado de fibra de carbono presentan una numeración secuencial para cada una de las 50 unidades disponibles, quedando documentada la serie desde el #01/50 hasta el #50/50.

Bajo su alargado capó encontramos el motor de seis cilindros en línea más potente jamás utilizado en un automóvil de BMW M homologado para carretera. El 3.0 CSL de los años 70 contaba con un motor de 206 CV que marcó un récord de potencia para los vehículos de producción de BMW fabricados hasta ese momento. Ahora, el seis cilindros del nuevo 3.0 CSL rinde una potencia de 560 CV y desarrolla un par máximo de 550 Nm. Y se le acopla una caja de cambios manual de seis velocidades con un pomo diseñado exclusivamente para el BMW 3.0 CSL: con superficie en color blanco, el diagrama del recorrido de marchas grabado, el número 50 en el centro y los colores de BMW M adornándolo. Por supuesto, la fuerza del motor se transmite a la carretera exclusivamente a través de las ruedas traseras, mientras que el diferencial M activo en la transmisión del eje posterior debe garantizar una dinámica a la altura. También dispone de un tren de rodaje M adaptativo con amortiguadores controlados electrónicamente, dirección electromecánica M Servotronic y frenos M carbocerámicos.