Con motor bicilíndrico de 91 CV de potencia

Probamos la nueva Honda XL750 Transalp, una 'trail' con esencias del pasado

Honda ha recuperado en su gama dos denominaciones míticas que tienen gran significado. Una es la Hornet, que probamos en su momento, y ahora nos subimos a la Honda XL750 Transalp, otro de los modelos de referencia de la marca japonesa

Foto: El motor, que comparte con la Hornet, tiene una notable potencia, y rinde mejor cuando más alto gira. — El motor, que comparte con la Hornet, tiene una notable potencia, y rinde mejor cuando más alto gira.

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01/11/2023 - 05:00

En la segunda mitad de los años ochenta del pasado siglo se vivió el nacimiento y la expansión del fenómeno trail, un nuevo segmento motociclista que daba un nuevo sentido al concepto de las motos polivalentes, aptas para un uso diverso: para el día a día, para la carretera, para el campo, para viajar… Y fue entonces cuando nacieron algunos modelos emblemáticos. Honda puso en el mercado motos inolvidables, como la Africa Twin, la Dominator o la Transalp. Hace ya unos años que el fabricante japonés recuperó la denominación Africa Twin para su nueva trail de gran cilindrada, y este año ha sido el modelo Transalp el que ha regresado al catálogo de Honda.

placeholder — Con su decoración, la nueva Honda XL750 Transalp evoca claramente el modelo nacido hace casi cuarenta años.

Con su decoración, la nueva Honda XL750 Transalp evoca claramente el modelo nacido hace casi cuarenta años.

La nueva Transalp comparte con la nueva Hornet el mismo motor de dos cilindros en línea y 755 centímetros cúbicos, así como un buen número de componentes, pero convenientemente modificados para darle otro uso. El comportamiento del motor se ha modificado y ofrece una potencia más que notable de 91 CV a 9.500 rpm, y un par motor de 75 Nm a 7.250 rpm, lo que lo convierte en uno de los motores más enérgicos de su segmento. El bastidor ha sido reforzado para darle esa proyección off road, y se han modificado las geometrías y las suspensiones.

La llanta delantera de 21 pulgadas define una orientación de lo más campera, aunque es realmente efectiva en carretera.

Su apariencia es absolutamente idéntica a aquella primera Transalp que cautivó a los usuarios hace casi cuarenta años, con las actualizaciones de diseño adecuadas para seguir siendo una moto de vanguardia, pero su composición cromática y el empleo de logotipos y anagramas hacen que resulte inevitable evocar aquel modelo inicial.

La instrumentación ofrece una completa información, y se puede ajustar la configuración del motor en el modo User.

Dispone de control de tracción desconectable, y cuatro modos de conducción predeterminados: Estándar, Sport, Rain y Gravel, así como un quinto modo, User, que es configurable por parte del usuario. A su vez, el modo Gravel, para uso en campo, permite desconectar el ABS de la rueda trasera. Cuenta con llanta delantera de 21 pulgadas para acentuar su orientación aventurera, con neumáticos estrechos y con cámara, y doble disco de freno delantero, con ABS de doble canal. Ambas llantas son de radios para que se adapte más adecuadamente a su uso fuera del asfalto.

El baúl, que es un accesorio, tiene 50 litros de capacidad, y permite guardar dos cascos integrales.

Con el mismo objetivo, se le ha dotado de unas suspensiones de mayor recorrido, 200 milímetros delante y 190 detrás, lo que eleva la altura del asiento hasta los 850 mm, dejando una distancia libre al suelo de 210 mm, más que suficiente para calmadas incursiones por caminos y pistas. El depósito de combustible tiene un tamaño contenido, 16,9 litros, lo que permite, con el consumo medio anunciado por Honda de 4,3 l/100 km, superar los 350 kilómetros de autonomía. Y su peso en orden de marcha es de 208 kilos.

El precio de la nueva XL750 Transalp es de 10.900 euros, y 10.500 la versión para permiso A2.

Aparte de sus virtudes y la calidad del producto, destaca su precio: 10.900 euros, que le sitúa como uno de los más bajos de la categoría, precisamente en unos momentos en que la competencia es mayor y más fuerte, debido a la entrada de nuevos y renovados competidores. También está disponible en versión de 35 kW para el permiso A2, en este caso con un PVP de 10.500 euros.

La bolsa sobre el depósito era otra de las opciones que montaba nuestra unidad de prueba.

A este precio del modelo básico se le pueden sumar varios paquetes de accesorios, que cuentan con diferentes elementos. En la unidad que hemos tenido oportunidad de probar, por ejemplo, disfrutamos de equipamiento que no está en el modelo base, como el asistente de cambio, cubremanetas, pantalla elevada, barras de protección, cubrecárter, protector de radiador, reposapiés off road, faros suplementarios, baúl de 50 litros con respaldo y bolsa sobre depósito, y todo ello contribuyó a engordar unos cuantos kilos a nuestra moto.

En marcha

Dejando a un lado los recuerdos que evocan este modelo, la nueva Transalp da buenas sensaciones nada más ponerte a los mandos. Enseguida te sientes cómodo porque su cuidada ergonomía hace que la posición de conducción sea de lo más natural. El asiento es cómodo y su tapizado ayuda a sujetarte bien, sin deslizarte en exceso sobre su superficie. Puede resultar un poco elevada para algunos, pero se accede fácilmente y su bajo centro de gravedad pronto da confianza.

Con tecnología actualizada, pero la estética se inspira claramente la primera Transalp.

La respuesta de su motor es suave y muy progresiva y dosificable, aunque después de haber podido probar con anterioridad la Hornet, que parte de la misma base motriz, me ha sorprendido la respuesta de la Transalp. Es un motor que necesita girar más alto de vueltas, que ofrece un buen sobrerrégimen y unos desarrollos más largos, y que se mueve con especial eficacia a partir de 5.000 revoluciones por minuto. Por debajo de ese régimen responde de forma lineal, pero sin ese cierto vigor que se espera de un motor tan potente. Esto obliga a circular en marchas cortas, con una velocidad por debajo de lo habitual, y en uso off road no es totalmente efectiva.

Detalle del disco trasero de freno y el escape.

Por eso sorprende esa especial predilección por una parte ciclo tan campera, con llanta delantera de 21 pulgadas y trasera de 18, aunque hay que reconocer que el recorrido de la suspensión es más corto que el de sus competidoras y eso le otorga una especial eficacia en carretera, que es donde se va a usar con mayor frecuencia.

Desde la piña izquierda podemos gestionar varias funciones o seleccionar modos.

Aunque las suspensiones resultan un poco blandas, son muy efectivas en asfalto y responden bien incluso en frenadas fuertes, ofreciendo una respuesta confortable a su uso en carretera. Los frenos tiene tacto y ofrecen una buena potencia de frenada, y el hecho de poder desconectar el ABS trasero en el modo Gravel es una buena ayuda a la hora de rodar por caminos.

Aunque es una trail con aptitudes fuera del asfalto, es en carretera donde más nos ha gustado.

El asistente de cambio no es equipamiento de serie, pero merecería la pena que sí lo fuera, porque se ha convertido en una herramienta eficaz y funciona muy bien, y, teniendo en cuenta el competitivo precio de venta de la Transalp, incluirlo como equipo base no iba a suponer un excesivo incremento en el PVP.

La falta de vigor del motor en ciertos momentos obliga a circular siempre en una marcha menos.

En conclusión, la nueva Transalp es una moto que cumple con creces el objetivo marcado: una moto cómoda y agradable de usar, muy efectiva en viajes y en su uso por carretera, y que aunque por su aspecto y su diseño hace un guiño al off road, no es en la tierra donde se muestra más efectiva. Aunque si alguien duda, puede que su competitivo precio ayude a convencerlo.