La maquinaria del petróleo ruso pierde una pieza clave
Rusia depende de exportadores como la discreta empresa suiza Trafigura para vender su suministro de crudo, pero la invasión de Ucrania también ha puesto a prueba la legendaria tolerancia al riesgo de estas empresas
Rusia construyó lo que ha calificado de fortaleza en torno a su economía en el período previo a la guerra, pero se les escapó una grieta. Moscú depende de intermediarios extranjeros para transportar al resto del mundo su exportación más estratégica y lucrativa: el petróleo.
Ahora, el intermediario más importante, el Grupo Trafigura, se ha unido a varios competidores para cortar el acceso del gigante ruso Rosneft Oil Co. a los mercados mundiales de petróleo. En un movimiento de alto riesgo que va más allá de las sanciones oficiales de Occidente, el comerciante suizo de materias primas planea dejar de exportar el crudo de Rosneft por completo. Según indica una portavoz, la empresa reducirá sus negocios con el productor estatal a una mínima parte de los niveles previos al conflicto y se limitará a suministrar algunos productos refinados, como el gasóleo, a Europa.
Trafigura, junto con otros operadores, ya estaba preparada para perder una gran parte de su negocio en Rusia el 15 de mayo, fecha en que entran en vigor las sanciones que les prohíben vender petróleo de Rosneft a países fuera de la Unión Europea y Suiza. Al decidir también reducir las exportaciones a Europa, que es desde hace tiempo el mayor comprador de petróleo ruso, se adelantan a los países de la UE que están debatiendo una prohibición total.
Vitol, el mayor competidor de Trafigura en el sector del petróleo, también tiene previsto retirarse del mercado ruso, según personas familiarizadas con la decisión. Una fuente similar ha indicado que Glencore PLC, un gigante de la minería y el comercio con una larga historia en Rusia, suspendió su contrato de exportación de petróleo de Rosneft en marzo.
Esto supone un cambio para los operadores, que llevan mucho tiempo haciendo negocios donde pocas empresas occidentales se atrevían a hacerlos, dado que muchas de las valiosas materias primas del mundo se encuentran en lugares que se han tenido que enfrentar a la corrupción, la inestabilidad y la guerra.
Aunque los comerciantes siguieron enviando petróleo ruso tras el estallido de la guerra, se enfrentaron a las crecientes presiones de los gobiernos occidentales, las instituciones financieras y las autoridades ucranianas. La enorme caída de la demanda europea ante el estigma de enviar petrodólares a Moscú facilitó la decisión.
"El mundo ha cambiado", afirma Jean-François Lambert, consultor de la industria de las materias primas y antiguo director de Financiación del Comercio de Materias Primas en HSBC. "No estamos en una situación ambigua. Estamos en una situación en blanco y negro".
La retirada de estas empresas está obligando a Rusia a rehacer apresuradamente su negocio de exportación de materias primas, la base de la riqueza económica del país y la materia prima de la maquinaria bélica de Vladímir Putin. Rosneft representa aproximadamente un tercio de la producción total de petróleo de Rusia y una quinta parte de los ingresos del gobierno.
La empresa genera casi el doble de ingresos que Meta Platforms, la propietaria de Facebook
Es probable que la retirada también conlleve pérdidas sustanciales ligadas a las inversiones que los operadores hicieron en el país cuando trataron de echar raíces más profundas, como un gigantesco proyecto de perforación en el Círculo Polar Ártico, propiedad en parte de Trafigura y Vitol. En cuanto al negocio principal de la comercialización, los comerciantes se enfrentan a riesgos a medida que se retiran, ya que una retirada desordenada de Rusia podría dejarles con millones de barriles de petróleo invendibles si no son hábiles.
Trafigura, al igual que muchos otros comerciantes, es una empresa privada y ofrece menos información sobre sus operaciones y resultados financieros que las empresas públicas. Propiedad de sus 1.000 socios, compite con empresas como Vitol y Gunvor Group, con sede en Ginebra, así como con los brazos comerciales de productoras de petróleo como BP PLC y Shell PLC.
La empresa, presidida por el director general australiano Jeremy Weir, tiene su sede legal en Singapur, aunque sus principales directivos trabajan en un anodino edificio de oficinas de siete plantas, con una farmacia en la planta baja, ubicado en Ginebra.
La empresa genera casi el doble de ingresos que Meta Platforms, la empresa propietaria de Facebook. En el último año, hasta el pasado mes de septiembre, obtuvo un beneficio de 3.100 millones de dólares.
El mes pasado, Trafigura anunció que había duplicado el tamaño de una línea de crédito con los bancos, hasta superar los 2.000 millones de dólares, para hacer frente a los movimientos extremos de los precios provocados por la guerra en Ucrania. Un conjunto de bonos de Trafigura emitidos a finales del año pasado ha caído casi un 10% desde justo antes del comienzo de la guerra. Los bonos de otros operadores de materias primas también bajaron de precio.
La historia de Trafigura se remonta a la quiebra en 1993 de Marc Rich & Co, dirigida por el comerciante y fugitivo de la justicia estadounidense Marc Rich. Trafigura —nombre extraído de una selección de empresas holandesas registradas— surgió como una escisión y se expandió bajo la dirección del fundador Claude Dauphin.
La Rusia postsoviética era un premio muy codiciado. El país emergió del colapso de la Unión Soviética como si de una supertienda de productos básicos se tratase. Es el mayor exportador de petróleo del mundo y un enorme productor de gas natural, trigo, níquel, oro y otros productos.
Juntos, Trafigura y sus competidores han enviado miles de millones de dólares procedentes de prestamistas occidentales a Rosneft, invertidos en yacimientos petrolíferos y terminales portuarias en Rusia para acercarse a los productores del país y acceder a su petróleo, según afirman directivos actuales y antiguos del sector.
Trafigura llegó tarde a Rusia, por detrás de Vitol, Glencore y otros. Tuvo su oportunidad en 2013, cuando cerró un acuerdo de 1.500 millones de dólares con Rosneft, que siguió a un acuerdo de 10.000 millones de dólares entre el productor ruso y esos rivales.
Tuvo su oportunidad en 2013, cuando cerró un acuerdo de 1.500 millones de dólares con Rosneft, que siguió a un acuerdo de 10.000 M
El dinero permitió que Rosneft adquiriera TNK-BP, un gran acuerdo que convirtió a la empresa estatal en el mayor productor de petróleo cotizado del mundo. Dauphin contrató a los principales operadores de TNK, obteniendo un acceso a los círculos empresariales rusos del que Trafigura carecía anteriormente. El operador israelí-canadiense Jonathan Kollek, que llevaba más de dos décadas dedicándose al petróleo ruso, con sus inicios ligados a Marc Rich & Co., según sus antiguos colegas, asumió el cargo de director del nuevo equipo de Trafigura en Moscú.
Trafigura no facilitó el acceso a una entrevista con Kollek.
La relación entre Rosneft y Trafigura se fortaleció después de la anexión rusa de Crimea en 2014. Rosneft estaba en apuros. Se enfrentaba a un montón de deuda acumulada y las sanciones impuestas tras la anexión prohibían a los bancos occidentales conceder préstamos de más de 30 días.
Trafigura, armada con un gigantesco balance y con fácil acceso a la financiación de los bancos occidentales y del mercado mundial de bonos, se lanzó a la piscina. Aceptó comprar petróleo en grandes cantidades y pagar 25 días por adelantado, lo que alivió la crisis de liquidez de Rosneft. Trafigura se catapultó por encima de Vitol y Glencore para convertirse en el mayor exportador occidental de crudo ruso en 2015.
"No hay sanciones sobre el comercio de petróleo en Rusia, y por lo tanto seguimos desempeñando nuestras actividades como de costumbre", explicó Weir en ese momento.
Trafigura siguió estrechando sus lazos con Rusia, llegando a cerrar acuerdos más allá del comercio. Compró una refinería de petróleo india con Rosneft. Además, invirtió el equivalente a 8.400 millones de dólares en el vasto yacimiento petrolífero de Rosneft en el Ártico a cambio de más barriles y de una participación del 10% en el proyecto, financiado en gran parte por un banco ruso.
La dirección de Rosneft, cuyo principal accionista es una empresa estatal rusa, recae en su director general, Igor Sechin, un estrecho aliado del presidente Putin. La estrategia de Sechin consistía en conceder barriles de petróleo a cambio de financiación e inversiones, al tiempo que enfrentaba a Trafigura, Vitol y Glencore, explica Lambert, el antiguo banquero. "Si el precio es invertir mil millones aquí y mil millones allá y te lo puedes permitir, lo haces", expuso.
Los mercados del emblemático crudo ruso de los Urales cayeron en picado, con precios de unos 30 dólares por barril por debajo del Brent
Los mercados físicos de materias primas son opacos, pero los datos de seguimiento de los envíos desde los puertos rusos y los cálculos de las empresas rivales sugieren que Trafigura se ha convertido, con diferencia, en el mayor exportador de petróleo de Rosneft. El año pasado, envió unos 519.000 barriles al día, según la empresa de seguimiento de petróleo Petro-Logistics, más del doble que Gunvor, que ocupa la segunda posición. Si se incluye el petróleo de las empresas energéticas privadas rusas, los datos indican que Trafigura fue el segundo mayor exportador de petróleo ruso, por detrás de Litasco, la rama comercial del productor moscovita Lukoil.
Una portavoz de Trafigura calificó los datos de "materialmente incompletos e inexactos", pero tampoco proporcionó las cifras de la propia empresa.
Cuando Putin invadió Ucrania el 24 de febrero, Trafigura vio cómo su gran apuesta rusa empezó a volverse en su contra.
Los detalles de los acuerdos entre Trafigura y Rosneft no se revelan, pero personas familiarizadas con su contenido afirman que tanto Trafigura como sus rivales acuerdan contratos a largo plazo para comprar millones de barriles de petróleo ruso con precios fijados según fórmulas basadas en los precios recientes de los puntos de referencia del petróleo.
Así, Rusia se asegura un comprador de petróleo fijo y Trafigura obtiene un beneficio vendiendo el petróleo a un precio ligeramente superior a los refinadores y comerciantes de Europa y Asia.
Este sistema se derrumbó cuando Rusia invadió Ucrania. Los mercados mundiales del emblemático crudo ruso de los Urales cayeron en picado, con precios de unos 30 dólares por barril por debajo del Brent, la referencia internacional. Normalmente se venden a precios similares.
Trafigura y los demás intermediarios se esforzaron por encontrar empresas a las que vender, especialmente en Occidente. "No hay muchos", respondió Weir en una conferencia a finales de marzo cuando se le preguntó por el número de compradores para el petróleo ruso.
Encontraron compradores en otros lugares. Los cargamentos que antes se dirigían a Europa viajaban ahora a mercados como el de la India, que ha evitado denunciar la guerra y se ha hecho con el petróleo ruso a bajo precio.
A diferencia del gigante petrolero BP, que declaró rápidamente su intención de abandonar Rusia en los días posteriores a la invasión, Trafigura y algunos otros comerciantes fueron más cautelosos. Trafigura congeló su inversión en Vostok sin detallar lo que ello implicaba, y los directivos del sector esperan que la empresa absorba una gran pérdida en el proyecto.
Tras dialogar con representantes de gobiernos europeos y abogados externos sobre las sanciones de la UE y Suiza contra Rosneft, Trafigura decidió dejar de vender petróleo de la empresa estatal en todo el mundo después del 15 de mayo, a pesar de que, en teoría, podría haber evitado las sanciones operando a través de unidades en el extranjero.
Incluso las ventas en Europa se convirtieron en un negocio espinoso, ya que numerosas refinerías y funcionarios gubernamentales del continente se mostraron reticentes a la idea de comprar petróleo ruso.
Ante la falta de compradores, Trafigura podría haber quedado atrapada comprando petróleo a Rusia a raíz de su contrato con Rosneft sin tener dónde venderlo.
Francia y otros países están instando a que se imponga una prohibición más amplia sobre el petróleo ruso que detenga también las ventas en la UE. Mientras tanto, el personal de algunos puertos no está dispuesto a descargar los cargamentos.
Francia y otros países están instando a que se imponga una prohibición más amplia sobre el petróleo ruso
Con el aumento de la presión sobre los comerciantes, Moscú tendrá que recurrir a otros lugares si quiere seguir vendiendo su petróleo. Una opción es vender directamente a clientes selectos de Asia. Otra es construir nuevos oleoductos para transportar el petróleo directamente a China. Una tercera es sustituir a Trafigura y sus coetáneos por pequeños comerciantes en Oriente Medio.
Las empresas más pequeñas podrían evitar las sanciones si optan por estrategias como negociar a través de filiales no europeas. Pero tanto abogados como operadores opinan que las grandes empresas no pueden arriesgarse a socavar sus relaciones con los bancos por incumplir el espíritu de las normas.
Rosneft se apresura a vender petróleo mientras puede, y ya tiene dificultades. En los últimos días, el productor estatal no ha conseguido encontrar compradores para decenas de millones de barriles de crudo que puso a la venta después de que los comerciantes empezaran a abandonar Rusia.
— Con la contribución de Alistair MacDonald
*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'
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