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Camino de ida y vuelta: la desglobalización aumenta el riesgo de inflación
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Camino de ida y vuelta: la desglobalización aumenta el riesgo de inflación

Los aranceles, las políticas 'Buy American' y un menor flujo de inmigración pueden aumentar las presiones de los costes

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Si bien se ha acusado a los trastornos en la cadena de suministro, la falta de personal y el estímulo fiscal del aumento de la inflación a corto plazo, también podría estar interviniendo otra fuerza a largo plazo: la desglobalización.

Los economistas y legisladores llevan mucho tiempo argumentando que la globalización ayudaba a reducir los precios. A medida que caían las barreras comerciales, las empresas se veían forzadas a competir con importaciones más baratas. La liberalización de la tecnología y el comercio alentó a las empresas a externalizar la producción a países de bajos salarios. Las políticas de inmigración liberales permitieron que muchos trabajadores con salarios bajos se trasladaran a países más ricos, aunque el vínculo entre inmigración y salarios no está claro.

Puede que dicho patrón se revierta a medida que la pandemia acelera la retirada de la globalización que lleva en marcha tantos años. Aunque los obstáculos en la cadena de suministro deberían mitigarse con el tiempo, otras tendencias podrían persistir —políticas proteccionistas como los aranceles y las normas sobre adquisiciones 'Buy American', el traslado de la producción a EEUU por parte de las empresas, donde será menos vulnerable a dichas políticas, y unos deprimidos flujos de inmigración—.

Foto: Foto: EFE/Chema Moya.

"La reorganización y el acortamiento de las cadenas de suministro… tendrá un coste que se trasladará a los proveedores y a la larga al consumidor", declara Dana Peterson, economista jefe en Conference Board, grupo de investigación independiente apoyado por importantes empresas estadounidenses.

Los estudios muestran que la globalización ha influido sobre los precios de EEUU. Kristin Forbes, economista en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), ha descubierto que las partes del índice de precios al consumo influenciadas por factores globales, como los precios de las materias primas, las fluctuaciones monetarias y las cadenas de valor globales, impulsaron la mitad de los cambios en el índice entre 2015 y 2017, desde cerca de un 25% a principios de los años noventa. Los economistas Robert Johnson, de la Universidad de Notre Dame, y Diego Comin, de Dartmouth, descubrieron en un estudio de 2020 que el comercio internacional provocó la reducción de los precios al consumo estadounidenses entre 0,1 y 0,4 puntos porcentuales entre 1997 y 2018.

El porcentaje de volumen extranjero en la producción manufacturera global aumentó desde un 17,3% en 1995 hasta un 26,5% en 2011, según datos del Banco Asiático de Desarrollo analizados por Conference Board. Desde entonces, ha caído hasta el 23,5% en 2020. La inversión extranjera directa global, indicador clave de la expansión empresarial transfronteriza, alcanzó su máximo en torno a los 2 billones de dólares en 2015, y cayó hasta 1,5 billones de dólares en 2019, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD por sus siglas en inglés).

Foto: Una frutería, en un mercado de Madrid. (EFE/Juan Carlos Hidalgo) Opinión
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La desglobalización cobró impulso con la crisis financiera global de 2008, el voto de Gran Bretaña para salirse de la Unión Europea en 2016 y los aranceles del expresidente Donald Trump. Puede que esté contribuyendo a la elevada inflación actual, aunque es difícil desligar dichos efectos de la pandemia.

Economistas de Citi indican que los precios del mobiliario y actividades domésticas, que cayeron de forma casi constante tras la crisis financiera de 2008, empezaron a subir en 2017 cuando la Administración Trump se preparaba para atacar a China con aranceles, imponiendo finalmente un arancel del 25% sobre tales productos. Dichos precios aumentaron un 3% entre octubre de 2017 y marzo de 2020 y desde entonces han subido un 8,5%.

Los aranceles de la Administración Trump sobre el acero, el aluminio y las importaciones desde China, junto a aranceles compensatorios a los socios comerciales, aumentaron los costes anuales soportados por los consumidores estadounidenses en 51.000 millones de dólares al año, según el American Action Forum, grupo de investigación de políticas de centro derecha.

El presidente Biden ha negociado eliminar algunos de los aranceles de Trump, como uno a las importaciones de acero y aluminio desde Europa, pero ha mantenido la mayoría de aranceles sobre los bienes procedentes de China.

Foto: Imagen de Pete Linforth en Pixabay. Opinión

El mes pasado, el Departamento de Comercio duplicó los impuestos aprobados en 2017 sobre madera blanda canadiense hasta el 18%. Proceden de quejas durante décadas por parte de los productores estadounidenses que dicen que las exportaciones canadienses están subvencionadas. El presidente de la National Association of Home Builders, Chuck Fowke, declara que el aumento de aranceles "ejercería una presión creciente sobre los precios de la madera y encarecería la vivienda", indicando que algunas constructoras ya están enfrentándose a unos crecientes costes de construcción y a unos precios considerablemente por encima de los niveles prepandemia.

En junio, la Administración Biden prohibió las importaciones de ciertos materiales utilizados en paneles solares desde la región china de Sinkiang, principal productora, debido al presunto uso de trabajo forzoso en ella. Como resultado, el precio del polisilicio, ingrediente clave en los paneles solares, aumentó hasta más de 20 dólares el kg en el segundo trimestre de 2021, frente a 6,20 dólares el año anterior, según Wood Mackenzie, firma de investigación.

"La incertidumbre [política] está afectando en gran medida a la disponibilidad y el precio de los productos", declara Abigail Hopper, directora ejecutiva de la Asociación de Industrias de Energía Solar, que representa a instaladores de paneles solares.

Foto: Cartel de coronavirus en el estadio del Dortmund. (Reuters/Wolfgang Rattay)

La Administración Biden también busca restablecer las cadenas de suministro de algunos productos críticos como semiconductores, productos farmacéuticos y minerales de tierras raras, a la vez que propone acelerar un requisito para que las agencias federales adquieran más productos fabricados en EEUU.

"Biden no solo ha continuado las políticas comerciales de Trump, sino que las ha intensificado con normas 'Buy American' más estrictas, exigencias de contenido local y propuestas pro sindicales sobre vehículos y baterías eléctricas en los nuevos presupuestos", explica Gary Clyde Hufbauer, economista en el Peterson Institute for International Economics. Calcula que las medidas implementadas por las administraciones de Trump y Biden podrían añadir medio punto porcentual a la inflación estadounidense durante el periodo afectado por dichas políticas.

Por otra parte, economistas de JP Morgan Chase & Co. calculan que la población inmigrante actual en EEUU es tres millones inferior a la que habría si se hubieran mantenido las tendencias migratorias anteriores a 2017. El CEO de Domino’s Pizza Richard Allison declaró en una reunión de resultados de octubre que una menor inmigración en los últimos años ha contribuido a la escasez de personal impulsada por la pandemia, especialmente de conductores, lo que ha aumentado los costes y los gastos de envío. "En un país cuya población no está creciendo como solía hacerlo, nosotros, en nuestro sector y en muchos otros, necesitaremos más inmigración… para seguir teniendo una plantilla sólida", declara.

Foto: EC.
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Muchas empresas de EEUU han presionado a la Administración para que reduzca aranceles para disminuir sus costes, como los impuestos a los zapatos de niños, al acero y al aluminio. La Cámara de Comercio de EEUU le ha pedido que aumente el límite de visados de inmigración.

Pero los economistas dicen que el giro de las cadenas de suministro de vuelta a EEUU podría tener un impacto a más largo plazo que los cambios en los aranceles, que llega en un momento en que unas normas de inmigración restrictivas y la jubilación de los 'baby boomers' mantienen el mercado laboral estadounidense ajustado. "Eso podría implicar un cambio a más largo plazo en la dinámica de la inflación porque simplemente has trasladado más poder a los trabajadores nacionales", dice Forbes, del MIT.

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.

Si bien se ha acusado a los trastornos en la cadena de suministro, la falta de personal y el estímulo fiscal del aumento de la inflación a corto plazo, también podría estar interviniendo otra fuerza a largo plazo: la desglobalización.

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