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Ni socio, ni vasallo: el pulso de Florentino y Carceller al dinero de Qatar
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Ni socio, ni vasallo: el pulso de Florentino y Carceller al dinero de Qatar

El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones y movimientos. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas

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España está en deuda con Qatar. Su condición de inversor estratégico, fruto de la ingente capacidad financiera amasada durante décadas gracias a los recursos energéticos del emirato (gas y petróleo), hizo que el Gobierno distinguiera el pasado mes de mayo al emir Tamim Al Thani con el Collar de la Orden de Isabel la Católica, la condecoración a la española más parecida a los caballeros de la Corona británica o la Legión de Honor francesa. El acontecimiento mereció una visita oficial en toda regla, con la pertinente cena de gala con los Reyes y la visita matinal y almuerzo en el Palacio de la Moncloa.

Hasta aquí, nada extraño teniendo en cuenta que el dinero de Qatar forma parte de conglomerados empresariales patrios como Iberdrola, IAG (Iberia y Vueling), Colonial, El Corte Inglés o Prisa. Más aún, para mayor gloria de la relación hispano-catarí, que cumple ya 50 años, el jeque aprovechó su primera visita oficial a nuestro país para anunciar la intención de invertir otros 5.000 millones a lo largo de los próximos años, además de 12 acuerdos de colaboración en materia económica, comercial, militar, judicial, educativa, sanitaria y científica. Vamos, en todo donde se pueda hacer negocio.

Foto: Varios asistentes que estuvieron en el sorteo del Mundial de Qatar. (EFE/Laurent Gillieron)

Uno de los pocos españoles con acceso directo a la familia Al Thani es el financiero Borja Prado. Su capacidad relacional, apalancada históricamente por su buena entrada en la Zarzuela, le ha permitido granjearse la confianza de la familia real catarí. Fruto de esa conexión, el ejecutivo madrileño pudo poner en marcha a comienzos de 2016 un fondo de capital riesgo de 600 millones (nada mal para ser un first fund) respaldado en su mayoría por el brazo inversor del emirato (QIA) para invertir en España e Italia. Y, desde entonces, Peninsula Capital, con sede en Londres, es un actor más del mercado.

Desde su salida de Endesa, donde fue presidente durante una década (2009-19), y de Mediobanca, el gigante financiero italiano donde estuvo como banquero de inversión otros once años (2008-2019), los intereses de Prado se habían concentrado en torno a Mediaset y Peninsula. Ni más, ni menos. Sin embargo, como la cabra tira al monte, Prado tiró de agenda para seguir en la rueda de las fusiones y adquisiciones. Así fue como recaló en Key Capital, convertido desde hace tiempo en el asesor financiero de cabecera de Florentino Pérez, además de otros Ibex, donde le hicieron hueco como socio con un 15%.

Foto: Borja Prado. (Cedida)

Ese prometedor part-time job junto a dos socios más jóvenes y pujantes como Alex Matitia y Anas Laghrari ha terminado abruptamente en menos de dos años, sin que la veteranía (66 años) o la carga de trabajo, asumió la presidencia ejecutiva de Mediaset en primavera, parezcan motivos suficientes. Igual también ha influido el hecho de que el financiero madrileño haya tenido que dar explicaciones a los señoritos de Qatar sobre su rol en Key Capital, significado como ideólogo del proyecto de la Superliga impulsado por Florentino y el Real Madrid en contra de la opinión de la UEFA, organizador de la Champions League.

A la luz de los acontecimientos, parece que a Prado le compensa más centrarse en Mediaset y Peninsula que asumir riesgos sobre cómo puedan interpretar los Al Thani las aclaraciones sobre su papel (ninguno) en el entramado de la Superliga. Sabiendo que Qatar es propietario del club francés Paris Saint-Germain (PSG) y que su presidente Nasser Al-Khelaifi ha tomado partido del lado de la UEFA, no hacía falta desarrollar un análisis DAFO para evaluar las posibles consecuencias, demostrando que con Florentino antes que amistad (y madridismo) lo que había primero eran negocios (y muy buenos).

El dinero suele poner a prueba las lealtades. En la guerra abierta por el negocio del fútbol, el presidente del Real Madrid está asumiendo el coste de ir solo, por arriba contra UEFA y Qatar y por abajo contra LaLiga (39 clubes) y el fondo CVC, inversor en la competición doméstica. Sin embargo, el frente judicial abierto puede determinar el sentido de la batalla (la Justicia europea debe pronunciarse sobre si los estamentos del fútbol atentan contra la Competencia), razón por la que PSOE y PP han coincidido para que la nueva Ley del Deporte no vete a clubes que participen en competiciones como la Superliga.

Foto: Felipe VI y la jequesa Jawaher Bint Hamad Bin Suhaim Al Thani (d). (EFE/Ballesteros)

A otra escala, pero con el negocio del deporte como trasfondo, otro empresario español con posibles ha visto cómo de la noche a la mañana el dinero de Qatar se ha cruzado, para mal, en su camino. Demetrio Carceller (Grupo Damm, Disa, Sacyr, Ebro Puleva) convirtió su pasión por el pádel, deporte de raqueta al que se enganchó hace años y que practica con frecuencia (junto al tenis) en un club de La Moraleja, en un potencial negocio tras consolidar un nuevo circuito profesional bajo la marca World Padel Tour (WPT). Tras casi una década y cerca de 40 millones invertidos, el proyecto está a las puertas de ser un negocio rentable.

La pandemia terminó de convertir a este deporte en una práctica de masas. Las buenas perspectivas hicieron que Carceller abriera el capital de WPT para financiar su consolidación internacional, aunque todavía con magnitudes modestas. De hecho, la venta del 20% por solo cinco millones de euros hizo que el fondo CVC descartara la operación, aunque la asumió a título personal uno de sus socios. En julio de 2021, el financiero español Ignacio Aguilló se incorporó como consejero en representación de Rucio Investmnets, el vehículo usado por el partner de la mayor gestora paneuropea de private equity.

Sin embargo, la alegría por la alianza duró poco. Menos de un año después (abril de 2022), Carceller recompró la participación y volvió a estar solo en Setpoint Events, la empresa matriz de WPT. Entre medias (en marzo) tuvo lugar un terremoto con epicentro en Qatar. El emirato, tras organizar el mundial de pádel a finales de 2021 por voluntad de Al-Khelaifi, también presidente de su federación de tenis y exjugador profesional, decidió asociarse con la Federación Internacional de Pádel (FIP) para montar un circuito profesional alternativo, subiéndose a la ola de este deporte de raqueta que apunta maneras de gran bisnes.

El empresario español también está solo, una vez que su socio inicial se bajó del proyecto a la vista de la potencial división en dos del negocio

Si retener al futbolista parisino Kylian Mbappé en las filas del PSG se resolvió con dinero (mucho), contar con los padelistas estrella del circuito para montar una competición alternativa en torno a Premir Padel fue algo relativamente fácil para el proyecto catarí. Carceller ha visto cómo su criatura puede quedar vacía a partir de 2023, fecha límite del contrato de exclusividad que tiene el top 20 de jugadores, si no consigue plantar cara desde WPT. Y, para esa batalla, el empresario español también está solo, una vez que su socio inicial se bajó del proyecto a la vista de la potencial división en dos del negocio con la entrada de Qatar.

Igual que Florentino, Carceller tampoco ha tirado la toalla. Aunque su cruzada ha despertado interés en algunos inversores españoles vinculados al mundo del pádel (Atitlán/Roig), sus esfuerzos pasan por dar más cariño al gremio de jugadores, con los que la relación era tensa, porque en dinero es difícil competir. Para ese cometido, el empresario catalán ha confiado en el extenista Alex Corretja, fichado para reconstruir puentes y, por extensión, para salvar el pujante negocio que representa la principal competición profesional de pádel. Pudo haber atendido el interés inicial del dinero catarí, pero hizo caso omiso. Ni socio, ni vasallo.

España está en deuda con Qatar. Su condición de inversor estratégico, fruto de la ingente capacidad financiera amasada durante décadas gracias a los recursos energéticos del emirato (gas y petróleo), hizo que el Gobierno distinguiera el pasado mes de mayo al emir Tamim Al Thani con el Collar de la Orden de Isabel la Católica, la condecoración a la española más parecida a los caballeros de la Corona británica o la Legión de Honor francesa. El acontecimiento mereció una visita oficial en toda regla, con la pertinente cena de gala con los Reyes y la visita matinal y almuerzo en el Palacio de la Moncloa.

Florentino Pérez
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