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Llega la primera tarifa para pagar siempre lo mismo por la energía, la fibra y el móvil
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Llega la primera tarifa para pagar siempre lo mismo por la energía, la fibra y el móvil

Visalia ofrece un producto con permanencia de 12 meses que combina los diferentes suministros del hogar a un único precio anual, independientemente de cuál sea el consumo

Foto: Una persona enciende un aire acondicionado. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Una persona enciende un aire acondicionado. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Tras los vaivenes de precios de la crisis energética y las medidas que el Gobierno ha ido poniendo y quitando, a más de uno se le habrá pasado por la cabeza lo cómodo que sería pagar siempre lo mismo, sin preocuparse de si de un día para el otro cambia el IVA de la luz, de si la tarifa regulada del gas se actualiza o de cómo fluctúan las horas más baratas y más caras para poner la lavadora. Tampoco de si viene una ola de frío y hay que poner a tope la calefacción. Los más despistados, incluso habrán pensado en el lío que se ahorrarían si pudiesen pagar todos los suministros del hogar de una misma tacada, para no confundirse entre unas facturas y otras, ni tener que andar negociando con cada compañía las mejores condiciones.

Al mismo tiempo que algunos ciudadanos le daban vueltas a ese futuro libre de preocupaciones como las que se acaban de describir, en algún despacho se encendía una bombilla. Si en Netflix no hay que pagar por cada serie o película que se ve, ¿por qué en la tarifa de la luz se paga un poco más cada vez que se pone el secador? Si en Spotify se pueden escuchar un sinfín de discos distintos y hasta pódcasts con un único usuario, ¿por qué no tener la luz, el gas, la fibra o el móvil en la misma cuenta?

En plena era de la suscripción, una empresa española ha aplicado la filosofía de las plataformas a los suministros del hogar. Visalia, que hasta ahora había destacado principalmente para la instalación de placas solares para autoconsumo compartido, lanzó el pasado 29 de febrero la primera tarifa plana que une energía y telecomunicaciones. De momento, la han contratado 350 clientes, que son los early adopters de un sistema pionero en nuestro país y del que, aseguran los promotores, se desconocen precedentes en otras latitudes.

La idea es hacer lo mismo que hicieron las compañías telefónicas a principios de siglo: desarrollar un sistema para que el cliente pagase por la capacidad contratada —los megas que fuesen— y no por su consumo —cada vez que llamaban o usaban internet—. Surgieron entonces los combos que incluían teléfono gratis y acceso ilimitado a la red por una tarifa mensual fija, un modelo que ahora Visalia ha extendido a los suministros energéticos. Todo en uno: se acabó pagar por separado... y también las preocupaciones por cuánto se consume.

Foto: Fotografía: iStock.

Benjamín Abejas, director de Transformación, Ventas Digitales y Desarrollo, explica que el producto está especialmente pensado para un consumidor estable y primeras viviendas —aunque es posible contratar alguno de los suministros en otras residencias—, y se puede dar de alta a golpe de clic. Es tan sencillo como ir al simulador de la web de la compañía, introducir la dirección de la vivienda, el DNI de las facturas energéticas (llamado CUPS) y el tipo de plan que se quiere: luz+fibra+móvil, gas+fibra+móvil o luz+fibra+móvil+gas. Como la idea es combinar los suministros energéticos con los de telecomunicaciones, siempre es imprescindible elegir en el plan luz o gas, pero también se pueden incluir ambos.

A través del CUPS, la aplicación puede estimar el consumo medio del hogar con base en los datos reales de esa misma familia, lo que permite a la compañía hacerle la oferta al cliente. En el caso de la parte de las telecomunicaciones, se pueden añadir uno o más móviles, y así se va puliendo el precio final. El proceso también se puede completar por vía telefónica.

Foto: La producción eólica ha hundido los precios estos días. (EFE/Luis Tejido)

Visalia solo pide una condición: la permanencia de 12 meses, algo lógico si se tiene en cuenta de que el precio de la energía es muy volátil, como estamos comprobando estos días con los registros negativos de la luz en el mercado mayorista. La comercializadora necesita tener la certeza de que el cliente no se aprovecha de estas variaciones estacionales —muy condicionadas por la lluvia, el viento y el sol, que permiten aumentar la generación renovable— y completa un ciclo entero. A los seis meses, hay una revisión de la tarifa plana, que solo se producirá al alza si el hogar consumió al menos un 20% más de lo que estaba previsto, o a la baja, si consumió un 20% menos. En otras palabras: da igual lo que consumas, que mientras estés en ese rango siempre pagarás lo mismo.

Abejas explica que la revisión supone una garantía tanto para el cliente como para la compañía. Para el primero, porque evita que esté un año entero pagando de más si durante ese tiempo han cambiado sus condiciones familiares o sus hábitos de consumo (por ejemplo, si acabó su baja de paternidad o maternidad y pasa menos horas en el hogar que el período que se utilizó como referencia para hacer el cálculo). Para el segundo, porque se asegura de que el cliente no se aproveche para disparar artificialmente su consumo, lo que llevaría a la empresa a una situación complicada, además de suponer un desincincentivo para el ahorro de energía que propugnan las autoridades.

No hay, por tanto, barra libre, pero tampoco hay que estar pendiente de cada copa que se toma. Al final, es un sistema que se basa en el sentido común del cliente: que utilice la tarifa plana para tener la certeza de cuánto pagará cada mes, no para disparar su consumo hasta límites poco saludables. Cuando acaba el contrato a los 12 meses, tiene dos opciones: renovar o no. En el caso de que opte por hacerlo, la empresa le hará una nueva oferta para el año siguiente, en este caso no solo teniendo en cuenta si ha variado su consumo, sino también el precio de la energía, lo que supone una garantía para Visalia en momentos convulsos como los que se han vivido en los últimos años. Abejas recuerda que la compañía ya tiene contratada toda la energía que vende, y eso le permite ofrecer ese precio cerrado durante todo el año.

Dependiendo de cómo evolucione el precio de la energía, se puede ahorrar o gastar más

¿Y qué ocurre con la factura? El sistema es igual que si se contratasen los suministros por separado. En su área de clientes, los consumidores podrán acceder a cada uno de los documentos para los diferentes suministros, de tal manera que sabrán, de lo que pagan, qué parte va a gas, a luz o a telecomunicaciones. Además, dado que se trata de sectores regulados, el recibo es exactamente igual que el que puede ofrecer cualquier compañía. En la luz, por ejemplo, se muestra el desglose de los diferentes conceptos (energía, cargos, impuestos...), lo que permite al cliente saber cuánto se ha ahorrado por tener la tarifa plana. La única diferencia es que en vez de varias facturaciones distintas, el cliente recibirá en su cuenta un único cargo mensual por el mismo valor durante todo el año.

Abejas asegura que ya han hecho consultas voluntarias a la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC) y que no les han puesto ningún problema regulatorio para realizar su actividad. Al final, se trata de una forma distinta de vender, pero no de actuar en el mercado: Visalia tiene proveedores de primer nivel tanto en el ámbito de la energía como en el de las comunicaciones, y se limita a comprar los suministros y contratar los accesos a la red, para después comercializar conjuntamente esos servicios al cliente.

"Es un producto que no ha existido nunca en la historia, convergente entre energía y comunicaciones, con facturación plana y asegurada todos los meses", resume el ejecutivo. De momento, la mayoría de los clientes son jóvenes, pero el sistema está especialmente pensado para hogares grandes que quieran aprovechar las economías de escala —igual que el que tiene varios móviles con el combo de la tele e internet— y, en general, para quienes están hartos de sorpresas. Dependiendo de cómo evolucione el precio de la energía, se puede ahorrar o gastar un poco más —en el simulador se pueden hacer las cábalas—, pero la tranquilidad de pagar siempre lo mismo no tiene precio.

Tras los vaivenes de precios de la crisis energética y las medidas que el Gobierno ha ido poniendo y quitando, a más de uno se le habrá pasado por la cabeza lo cómodo que sería pagar siempre lo mismo, sin preocuparse de si de un día para el otro cambia el IVA de la luz, de si la tarifa regulada del gas se actualiza o de cómo fluctúan las horas más baratas y más caras para poner la lavadora. Tampoco de si viene una ola de frío y hay que poner a tope la calefacción. Los más despistados, incluso habrán pensado en el lío que se ahorrarían si pudiesen pagar todos los suministros del hogar de una misma tacada, para no confundirse entre unas facturas y otras, ni tener que andar negociando con cada compañía las mejores condiciones.

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