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El auge del autoconsumo que puede cambiar el mercado eléctrico: estos son los datos
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El auge del autoconsumo que puede cambiar el mercado eléctrico: estos son los datos

El constante aumento de instalaciones fotovoltaicas entre los abonados reduce casi un 5% la compra de electricidad a las distribuidoras, hunde la tarifa diurna e impulsa la acción climática

Foto: El autoconsumo fotovoltaico atrae cada vez a más consumidores. (EFE/Pablo Rojo)
El autoconsumo fotovoltaico atrae cada vez a más consumidores. (EFE/Pablo Rojo)

El fuerte incremento en la instalación de placas solares para autoconsumo está empujando al mercado eléctrico hacia un nuevo escenario. Según los expertos, ante la escalada de precios de la energía y el estímulo de las ayudas europeas, esta respuesta masiva del mercado era previsible, pero la creciente caída de la demanda, tanto en la industria como en los hogares, está dejando a los grandes operadores con la boca abierta. Son muchos los que creen que este cambio de modelo nos conduce hacia una nueva realidad energética.

Las cifras del despegue del autoconsumo eléctrico dan buena cuenta de la velocidad de crucero que está alcanzando en nuestro país. En los últimos cinco años el número de instalaciones se ha multiplicado por 30. El pasado año se instalaron 2.507 megavatios (MW) fotovoltaicos para autoconsumo, lo que supuso un incremento del 108% respecto a 2021 y elevó la potencia instalada en los tejados hasta los 5.249 MW. Las previsiones apuntan a que este año se podrían añadir otros 3.000 MW más ante el alud de solicitudes que están recibiendo las empresas instaladoras, capaces de colocar hasta 10 paneles en un solo día. Veamos un caso práctico.

Foto: El autoconsumo fotovoltaico está cada día más cerca. Foto: Reuters

Jordi vive en una casa pareada de un pueblo de la comarca del Maresme, al norte de la provincia de Barcelona, donde se goza de muchas horas de sol al año. Ante el brusco aumento de la tarifa eléctrica, el año pasado decidió ponerse unas placas en el tejado. Una pequeña instalación de tres kilovatios (kW) de potencia con la que cubre la demanda del hogar en el horario diurno, pues “nunca utilizamos todos los aparatos eléctricos a la vez”.

De media, las placas le permiten atender el 45% del total del consumo, incluida la carga de su vehículo: un híbrido enchufable con 10 kWh de carga. El coste total de la instalación fue de 6.500 € (nueve placas más el inversor). En el capítulo de bonificaciones destaca el 50% de rebaja del IBI durante cinco años (2.500 €) y una ayuda de 600 € por kW instalado a través de los fondos NextGenerationEU.

placeholder Las instalaciones fotovoltaicas para autoconsumo crecen en España. (Cedida)
Las instalaciones fotovoltaicas para autoconsumo crecen en España. (Cedida)

En cuanto a los niveles de ahorro económico, la energía que generan las placas y no aprovecha directamente se vuelca a la red y la compañía lo paga de media a unos 10 céntimos kWh. El importe de la factura se ha reducido a más de la mitad. Amortización: en 3 o 4 años. Vida útil de la instalación: 20 años en el caso de las placas, menos en el del inversor.

Los datos de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) indican que en el año 2022, el ahorro supuso 338 € por cada kilovatio instalado para los hogares y alrededor de 280 € para las empresas. La diferencia obedece a los distintos precios de la electricidad para unos y otros consumidores. Para una instalación tipo de 4,6 kW, que actualmente conlleva una inversión media asociada de 7.855 € (sin restar ayudas), el ahorro sería de 1.553 € al año.

Más allá del suministro eléctrico

Ante esta clara oportunidad de mercado para los consumidores, ¿qué va a pasar con las empresas eléctricas? ¿Cómo se van a ajustar a esta rápida mutación del mercado? Jorge Morales de Labra, ingeniero industrial, director de Próxima Energía, impulsor del nuevo modelo energético y profundo conocedor del sistema eléctrico español, nos da las claves en conversación con El Confidencial.

placeholder Un 'parking' reconvertido en planta fotovoltaica. (Cedida)
Un 'parking' reconvertido en planta fotovoltaica. (Cedida)

En estos momentos la penetración del autoconsumo eléctrico apenas cubre el 2% de la demanda. La previsión es que llegue a alcanzar el 10%. Pero ¿Qué pasaría si subiese hasta el 30% o incluso más? “Pues que el negocio de las eléctricas —comenta el también autor del libro Adiós petróleo— cambiará en modo y en forma, desviando buena parte del mismo hacia la instalación y el mantenimiento: las compañías dejarán de ser meras suministradoras y pasaran a ser proveedoras de servicios y a intercambiar energía con el consumidor”.

Morales pone como ejemplo lo que está pasando en Dinamarca para explicar esa nueva relación entre compañía eléctrica y abonado. “Allí la gente que tiene coche eléctrico pone la carga de la batería a disposición de la compañía y recibe un importante abono por ello. Luego, la empresa utiliza esa batería para especular con el precio de la luz: durante la noche, cuando es más cara, la coloca en el mercado, y de día, cuando es más barata, se la suministra al abonado”. Otra cosa es lo que pasa cuando el mercado del autoconsumo se satura y las rentabilidades empiezan a caer a ambos lados, como ya está ocurriendo en California o Australia.

Foto: El impuesto a la autosuficiencia energética en EEU se está extendiendo. Reuters

Un apartado que también está experimentando notables cambios es el de la pauta de consumo, que incide de pleno en el coste de la energía. El precio de la luz antes de la subida del año pasado venía oscilando entre los 45 y 50 euros el MWh. “En otoño de 2021 llegó a superar los 200, ahora estamos en los 100, pero ese precio presenta una curva muy marcada entre las horas centrales del día, cuando llega a los cero euros (o incluso llega a ser negativo), y después del ocaso, cuando de nuevo se dispara a los 200”. Es lo que se conoce en el sector como curva de pato. Como señala Morales de Labra, “técnicamente hablando hay un apuntamiento de esa curva de precio. Las compañías ganan lo mismo, pero disponen de menos horas de operación para facturar a buen precio”

Solidaridad energética

Respecto a los beneficios del autoconsumo, también están cambiando, especialmente en las instalaciones domésticas. Se da la paradoja de que a más placas en los tejados de las casas, las industrias o los comercios, más baja el precio de la electricidad, pero también se reduce el margen de beneficio. De manera que, como indica este experto, más allá de sus propios intereses, y además de contribuir de manera destacada a mitigar el cambio climático “quien apuesta por colocarse unos paneles solares en casa no solo baja su recibo, sino que, de manera solidaria, al reducir la demanda energética, contribuye también a abaratar la tarifa eléctrica para todos”.

placeholder Las instalaciones fotovoltaicas son cada vez más comunes en los hogares. (EFE/Pablo Rojo)
Las instalaciones fotovoltaicas son cada vez más comunes en los hogares. (EFE/Pablo Rojo)

En todo caso, según Morales de Labra, “la clave del precio de la energía va a estar en el almacenamiento: el que controle el almacenamiento ganará la partida”. En España la normativa actual no lo permite. El almacenamiento está subdesarrollado, pero desde el Ministerio de Transición Ecológica tienen la firme intención de impulsarlo. “La verdadera oportunidad y el gran reto va a estar en desarrollar esa tecnología, que determinará los precios de la electricidad a futuro, definiendo los márgenes de coste beneficio”.

Ante esta situación, con 400.000 abonados (creciendo a un ritmo de 70.000 al trimestre) que ya se han instalado placas solares en sus hogares o empresas, que están restando demanda (de momento ha bajado en torno a un 5%), y volcando energía limpia y barata a la red (generan desde sus tejados el equivalente al 2% de la demanda eléctrica nacional), lo que parece claro es que el modelo eléctrico español no es que esté cambiando, es que ha mutado definitivamente.

Foto: Las energías limpias avanzan de manera imparable. Foto: EFE

Algo que, además de contribuir a una rebaja de los costes de la energía, está permitiendo a España cumplir los planes de descarbonización impuestos por la UE a un ritmo muy superior al previsto, convirtiendo la hoja de ruta del gobierno de llegar a los 9 GW de autoconsumo fotovoltaico instalado en 2030 en un propósito muy modesto.

Como destacaba Jon Macías, presidente de APPA Autoconsumo, en la presentación del último informe anual, correspondiente a 2022, “Estamos viviendo una revolución energética sin precedentes. Que se hayan instalado 2.649 MW de generación limpia y distribuida en el último año es bueno para todos, pero lo importante son los más de 217.000 hogares que en un solo año se han incorporado al autoconsumo fotovoltaico, convertidos en apóstoles de una nueva forma de generar y consumir energía”. Una forma que está acelerando, a marchas forzadas, el tránsito del mercado eléctrico español hacia otro modelo más participativo y sostenible.

El fuerte incremento en la instalación de placas solares para autoconsumo está empujando al mercado eléctrico hacia un nuevo escenario. Según los expertos, ante la escalada de precios de la energía y el estímulo de las ayudas europeas, esta respuesta masiva del mercado era previsible, pero la creciente caída de la demanda, tanto en la industria como en los hogares, está dejando a los grandes operadores con la boca abierta. Son muchos los que creen que este cambio de modelo nos conduce hacia una nueva realidad energética.

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