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El tropiezo bursátil de Naturgy y los riesgos de invertir rodeado de gigantes
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El tropiezo bursátil de Naturgy y los riesgos de invertir rodeado de gigantes

La decisión de Morgan Stanley de excluir la compañía de los índices MSCI es solo un aviso de los peligros a los que se enfrentan los minoristas en un grupo con un 'free float' tan escaso

Foto: Sede de Naturgy. (Europa Press/ Eduardo Parra)
Sede de Naturgy. (Europa Press/ Eduardo Parra)
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Criteria Caixa, con un 26,7%; Rioja Acquisition (CVC + la familia March), con un 20,7%; GIP, con un 20,6%; IFM, con un 15%; Sonatrach, con un 4,1%... Hoy en día, adentrarse en el capital de Naturgy significa moverse entre gigantes.

No es ninguna novedad. Desde que IFM lanzó su opa para adquirir un porcentaje relevante de las acciones del grupo gasista, la posición preponderante de unos pocos fondos y sociedades y el bajo ‘free-float’ –actualmente, de apenas el 13%-- han sido factores determinantes en la historia de inversión de la compañía.

Unas cuestiones que explican, en gran medida, que Naturgy no haya recibido ni un solo consejo de compra por parte de las firmas de análisis en los dos últimos años. Pero que también han supuesto, por momentos, un factor de impulso (con compras por parte de unos y otros fondos para defender su posición de fuerza en el accionariado) que ha regalado importantes ganancias al conjunto de sus accionistas.

Este martes, sin embargo, los minoritarios de Naturgy han topado con una noticia que revela uno de los múltiples riesgos a los que están expuestos por su presencia en el capital de una compañía de estas características. La decisión de Morgan Stanley de excluir a la compañía de una gama de índices de la serie MSCI (referente para múltiples fondos de inversión y ETF) fue acogida con recortes de que llegaron a alcanzar el 1,86%, aunque al cierre se limitaron al 0,76%.

Foto: Francisco Reynés, presidente de Naturgy. (EFE/Sergio Pérez)

El paso dado por Morgan Stanley responde a la caída del valor negociable de una compañía que, aunque valorada en más de 22.700 millones de euros, apenas intercambia al día títulos por valor de 12 millones.

“La decisión de Morgan Stanley ha llegado ahora, pero podría haberse producido mucho antes, porque el bajo ‘free-float’ de Naturgy es algo que está ahí desde hace mucho tiempo”, apunta Virginia Romero, analista de Banco Sabadell. Esta es una de las muchas firmas que mantiene un consejo de venta sobre Naturgy desde hace varios años, aduciendo, precisamente, el bajo nivel de capital que se negocia libremente en el mercado. “Una compañía con tan bajo ‘free-float’ te deja muy expuesto a movimientos incontrolables”, observa.

Aunque valorada en 22.700 millones de euros, Naturgy solo negocia 12 millones diarios

Y en la misma línea se pronuncia Ángel Pérez, analista de Renta 4, cuando afirma que “la cotización de Naturgy hace tiempo que no responde a sus fundamentales”. De hecho, en los dos últimos años, ha sido frecuente que las acciones de Naturgy se movieran muy por encima del precio objetivo fijado por la media de los analistas. Pero la situación ha cambiado notablemente en las últimas semanas.

Desde el pasado 14 de diciembre, las acciones del grupo que dirige Francisco Reynés acumulan un retroceso superior al 16%, motivado, entre otras cuestiones, por el retroceso de los precios del gas y la incertidumbre sobre los tipos de interés, pero también por las dudas generadas en torno a su statu quo accionarial, tras la reciente adquisición de GIP por parte de Blackrock y con las persistentes informaciones sobre los planes de CVC para salirse del capital de Naturgy.

Estas pérdidas han llevado, precisamente, a Renta 4, a elevar la recomendación que mantiene sobre la compañía a niveles de mantener por primera vez en los últimos dos años. Una decisión justificada por el potencial cercano al 20% que presenta actualmente la acción de Naturgy respecto al precio objetivo de 28 euros que le otorga la firma de inversión.

El reclamo del dividendo

No puede perderse de vista que Naturgy es hoy una compañía inmersa en una tendencia de resultados positivos (favorecidos por los altos precios de la energía en los últimos años, la subida de las tarifas de su negocio de redes en Latinoamérica y el incremento de su capacidad en renovables), que deberían llevarle a superar en 2023 los 5.000 millones de ebitda, casi un 20% por encima de los niveles precovid. Todo esto aderezado con el compromiso de abonar un mínimo anual de 1,40 euros por acción en dividendos, que representan una rentabilidad a los precios actuales próxima al 6%.

Pero tampoco pueden ignorarse los desafíos que sigue enfrentando un grupo que, probablemente, ya ha visto pasar la parte más favorable de los elevados precios del gas registrados en los últimos años, se enfrenta a unos costes financieros más elevados a causa de las subidas de tipos de interés y ha tenido que rebajar sus objetivos de crecimiento en un mercado de renovables en el que sigue representando un papel limitado. Y todo esto mientras se mantiene atascado el proyecto Géminis con el que la dirección del grupo pretendía dividir el negocio en dos compañías diferenciadas para una mejor alineación de las respectivas estrategias, así como para desbloquear valor oculto.

En cualquier caso, para bien o para mal, parece obvio que el futuro próximo de Naturgy en bolsa puede estar marcado por factores que vayan más allá de la propia marcha de su negocio. Esto no tiene por qué resultar negativo para sus accionistas, como ya se ha comprobado en los últimos años y como podría volver a suceder si, por ejemplo, IFM aprovechara las recientes caídas para seguir incrementando una posición en el grupo que ha ido elevando progresivamente desde su irrupción en el capital. Si entonces se marcó un objetivo mínimo del 17%, aún podría querer adquirir un 2% adicional para alcanzar aquella meta.

Foto: Pedro Sánchez y el director global de infraestructura de IFM, Kyle Mangini.

Pero a día de hoy en el mercado se ven como más probables escenarios menos propicios para la evolución de la acción, como queda reflejado en el mix de recomendaciones de las casas de análisis (ningún consejo de compra, cinco de mantener y 16 de vender, según los registros de Bloomberg).

Como observa Sonia Ruiz de Garibay, analista de Mirabaud Securities, los problemas pueden venir por el lado de la baja liquidez de la acción, ya que esta "normalmente conduce a un mayor riesgo de inversión para el accionista minoritario, que podría tener más dificultades de realizar una desinversión que en el caso de valores más líquidos". Pero también puede dar pie a un desacople entre los intereses de los accionistas mayoritarios y el resto. "Al tener poca presencia de minoritarios en el accionariado, podría resultar una gestión empresarial menos favorable a los mismos y más enfocada en los intereses de los cuatro accionistas de control", añade la experta.

Así, puede considerarse que la reciente decisión de Morgan Stanley, con lo que supone de pérdida de flujos de inversión, no es el mayor de los riesgos a los que se arriesgan los pequeños accionistas que permanecen en el capital de la compañía. Aunque sí puede leerse como un buen recordatorio de estos.

Criteria Caixa, con un 26,7%; Rioja Acquisition (CVC + la familia March), con un 20,7%; GIP, con un 20,6%; IFM, con un 15%; Sonatrach, con un 4,1%... Hoy en día, adentrarse en el capital de Naturgy significa moverse entre gigantes.

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