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La nueva cara de Tubacex: una historia de crecimiento más allá del petróleo y el gas
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La nueva cara de Tubacex: una historia de crecimiento más allá del petróleo y el gas

Tras celebrar su primer CMD, en el que exhibió el potencial de su viraje hacia las tendencias de la transición energética, las acciones del grupo han repuntado un 16% en ocho sesiones

Foto: Tubos de acero. (Alamy/Peter Alvey)
Tubos de acero. (Alamy/Peter Alvey)
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En el que va camino de ser el mejor año de la bolsa española en la última década, Tubacex puede presumir de ser una de las cotizadas nacionales que más alegrías ha deparado a sus accionistas. Con un retorno total del 73,36%, el grupo con sede en Llodio (Álava) se cuela entre los cuatro miembros del Mercado Continuo con mejores números en el ejercicio.

Estos números, sin embargo, están lejos de satisfacer las ambiciones de su dirección. En un reciente encuentro con analistas, el director financiero del grupo, Guillermo Ruiz Longarte, planteaba que la valoración del grupo debería situarse entre los 7,9 y los 9,5 euros, lo que resultaría de aplicar un múltiplo de unas siete veces (un múltiplo más aproximado, aunque por debajo, de su media histórica) sobre el ebitda de al menos 200 millones de euros que la compañía proyecta alcanzar en 2027.

Alcanzar esos niveles implicaría revalorizaciones de la acción de Tubacex de entre el 134 y el 181%. Pero lo cierto es que a día de hoy el mercado se muestra mucho menos dispuesto a asumir valoraciones tan elevadas para negocios tan ligados a los combustibles fósiles. Ya sea por el impacto de los criterios sostenibles en las decisiones de inversión o por las incertidumbres en torno al futuro a largo plazo de este negocio, tanto firmas energéticas como sus proveedores de infraestructuras y servicios acumulan un largo periodo en que su evolución bursátil no se ajusta a lo que dicen sus cuentas.

Pero cuando la dirección de Tubacex plantea que la compañía es merecedora de valoraciones más elevadas en bolsa no lo hacen, únicamente, desde la perspectiva de un negocio tradicionalmente enfocado en la fabricación de tubos de acero inoxidable sin soldadura para las industrias del petróleo y el gas, sino que se apoyan en el potencial que, afirman, encierra el viraje efectuado por el grupo en los últimos años hasta convertirse en un proveedor de soluciones múltiples para una gama más diversa de sectores, entre los que se incluyen el energético y el industrial y, más recientemente, el de la movilidad.

Foto: Planta de extracción de gas. (EFE/Paolo Aguilar)

Precisamente, reforzar esa idea era el principal objetivo del primer Capital Markets Day celebrado por la compañía, que tuvo lugar el pasado 21 de noviembre en Madrid, justificado por la necesidad de renovar unos objetivos estratégicos que habían sido alcanzados antes de tiempo.

En este encuentro, el grupo dirigido por Jesús Esmorís planteó sus expectativas de alcanzar 2027 con un volumen de ingresos de entre 1.200 y 1.400 millones de euros, un ebitda por encima de los 200 millones de euros y un ratio de deuda neta inferior a una vez el ebitda (en ausencia de operaciones de crecimiento inorgánico), mientras mantiene un pay out de entre el 30 y el 40%.

El grupo apunta a generar 100 millones en ventas 'low carbon' en 2027

Para hacer posibles estos números, Tubacex plantea dar continuidad a las líneas estratégicas que le han permitido la recuperación del negocio tras el shock que representó la pandemia (con huelga incluida), con la aspiración de rebajar a medio plazo el peso del petróleo y el gas a un tercio de sus ventas, mientras eleva su cuota en actividades alternativas (aeroespacial, nuclear, actividades industriales…), con el fin último de convertirse en referente en sostenibilidad, con la meta de alcanzar en 2027 los 100 millones de euros en ventas low carbon.

"Tubacex se centró en su potencial actual y a más largo plazo para ofrecer soluciones técnicas sofisticadas a partir de una cartera tangible de productos, lo que en nuestra opinión sitúa a la compañía en una sólida posición para crecer en el contexto de la transición hacia una energía y una movilidad con bajas emisiones de carbono, así como para aprovechar su variada cartera de clientes", señalaban los analistas de Banco Santander tras la presentación.

El analista del banco que cubre Tubacex, Robert Jackson, mantiene desde hace tiempo una visión positiva sobre las perspectivas de la compañía, a la que otorga un consejo de compra y un precio objetivo de cinco euros por acción, que, sin acercarse al objetivo marcado por la propia Tubacex, representa un potencial de más del 48%. Y esta opinión está lejos de ser una excepción, ya que, según los registros de Bloomberg, las ocho firmas que cubren el valor aconsejan comprar sus acciones, otorgándole un margen de revalorización del 37,3% de media.

En máximos desde 2018

Pese a presentar unas proyecciones superiores a las estimaciones de los analistas, entre estos parece imperar la idea de que los números planteados por la dirección del grupo vasco resultan factibles. "No consideramos los objetivos financieros como agresivos y estimamos que son perfectamente alcanzables por la compañía, incluso sin M&A. Adicionalmente, estimamos que Tubacex parte con una posición de partida más sólida que en 2021 y que, gracias al trabajo ya realizado en los últimos años, permitirá al grupo dar un salto tanto cualitativo como cuantitativo y convertirse en uno de los jugadores claves en la transición energética en los próximos años", apuntaba al respecto César Sánchez-Grande, de Renta 4.

Esta confianza que vienen manifestando los analistas desde hace varios meses parece ir calando poco a poco entre los inversores. De hecho, desde la presentación, los títulos de Tubacex han encadenado una revalorización del 16,18% en solo ocho sesiones, alcanzando máximos desde mayo de 2018 (en registros ajustados por dividendo).

El mercado no se ha mostrado muy dispuesto, en los últimos tiempos, a conceder el beneficio de la duda a las historias de crecimiento futuro basadas en el supuesto potencial de una transición energética aún en ciernes.

Foto: Panel de sostenibilidad de McKinsey. (Cedida por McKinsey)

Pero mientras estas proyecciones van tomando forma, Tubacex puede exhibir realidades presentes igualmente alentadoras. Con una cartera de proyectos en niveles históricamente elevados, de hasta 1.630 millones de euros (incluido el millonario acuerdo con Adnoc) y un creciente peso en sus resultados de los acuerdos marco —con unos 30 firmados actualmente—, que espera que lleguen a representar entre el 50 y 60% de sus ingresos en 2027 (frente al 30% actual). "Damos la bienvenida a esta estrategia que ofrecerá mayor visibilidad de cash flow y menor volatilidad al perfil de beneficios de la compañía", señalan en este sentido los expertos de Bestinver Securities.

A Tubacex le queda un amplio camino por delante para hacer posibles valoraciones como las que lucía en los años previos a la pandemia. Pero el objetivo de convencer al mercado de que su negocio va mucho más allá de los tubos para la industria del petróleo y el gas parece que empieza a rendir resultados.

En el que va camino de ser el mejor año de la bolsa española en la última década, Tubacex puede presumir de ser una de las cotizadas nacionales que más alegrías ha deparado a sus accionistas. Con un retorno total del 73,36%, el grupo con sede en Llodio (Álava) se cuela entre los cuatro miembros del Mercado Continuo con mejores números en el ejercicio.

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