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Más suave, más lejos: la nueva guía de la Fed solo trae más confusión y dolor al mercado
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Más suave, más lejos: la nueva guía de la Fed solo trae más confusión y dolor al mercado

Tras interpretar en primera instancia un cambio en las intenciones de la Fed, los mercados cunden en el desánimo tras comprobar que el banco central sigue centrado en aplacar la inflación

Foto: Foto: EC.
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Los mercados asistieron este miércoles a una sesión de malabarismos por parte de la Fed que solo sirvió para dejarles más confusos que antes.

El banco central estadounidense aprobó su cuarta subida consecutiva de 75 puntos básicos de los tipos de interés, hasta el 4% en su rango superior, un movimiento ampliamente asumido por los inversores, que aguardaban con más interés señales sobre cuáles serán sus próximos pasos.

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En los últimos días, se había extendido la idea de que la institución que preside Jerome Powell podría indicar una próxima moderación en su estrategia de endurecimiento de la política monetaria, tras elevar los 375 puntos desde el inicio de año, en lo que representa el ciclo más intenso de subidas de tipos en cuatro décadas. Y esas esperanzas parecieron quedar satisfechas en un comunicado que, junto a la advertencia de que el precio del dinero seguirá elevándose en los próximos meses, abría la puerta a hacerlo a un ritmo más suave.

El mercado rápidamente se posicionó para una próxima alza de 50 puntos básicos, lo que fue suficiente para hacer caer la rentabilidad de los bonos estadounidenses, debilitar el dólar —con el euro rozando la paridad— y animar las ganancias en las bolsas.

El mercado ahora asume que el pico de las subidas de tipos podría estar por encima del 5%

Resulta hasta cierto punto sorprendente que la Fed se decidiera a anticipar a los inversores su disposición a pisar el freno. Es cierto, como el propio comunicado indica, que las subidas ya aprobadas han sido muy intensas y que sus efectos en la economía aún están por verse, lo que viene alimentando cierto temor a que la institución pueda pasarse de frenada y condenar al país a una recesión severa. Pero, con las tasas de inflación sin dar síntomas de debilidad y el mercado laboral mostrando una fortaleza a prueba de subidas de tipos, muchos expertos sugerían que el banco central no se cerraría puertas con este tipo de “garantías” al mercado. Al fin y al cabo, esta crisis ya ha mostrado en varias ocasiones su capacidad para hacer saltar por los aires los compromisos de los banqueros centrales.

En cualquier caso, lo que el mercado entendió en un primer momento como una señal de que el fin del endurecimiento monetario se acerca adquirió unos visos menos esperanzadores una vez que Powell tomó la palabra. Porque, si el presidente de la Fed pareció confirmar que la institución reducirá ya en diciembre el ritmo de las subidas de tipos, acompañó su mensaje de una serie de señales más severas, como el aviso de que la institución probablemente tendrá que llevar los tipos de interés más lejos de lo que había señalado en sus últimas previsiones, el pasado septiembre, cuando situó el pico previsto del ciclo actual en el 4,5%. Los inversores esperan ahora que el techo se sitúe alrededor del 5% o, incluso, más allá.

Foto: El presidente de la Fed, Jerome Powell. (Reuters/Elizabeth Frantz)

Powell también insistió en despejar la idea de que una reversión de las subidas de tipos puede estar en el horizonte, a pesar de admitir de que el margen para un “aterrizaje suave” de la economía se sigue estrechando, lo que implícitamente supone aceptar un riesgo elevado de que el país acabe entrando en recesión. La Fed “todavía tiene mucho camino por recorrer”, llegó a afirmar el banquero central.

Todo esto no solo acabó por truncar las buenas sensaciones que había despertado en el mercado el mensaje inicial, sino que dio paso a una oleada de decepción que quedó reflejada en Wall Street mejor que en ningún otro lugar, con el Nasdaq cayendo más del un 3% al cierre y el S&P 500 retrocediendo un 2,5%. Si la incertidumbre suele ser vista como el enemigo número uno de los inversores, estos difícilmente pueden extraer lecturas positivas del nuevo mensaje de la Fed.

Sin una mejora clara en los datos, la Fed no dará un respiro a los inversores

No puede perderse de vista que, aunque se haga efectiva la moderación de las subidas de tipos, alzas de 50 puntos básicos en combinación con la millonaria reducción del balance que está ejecutando la Fed, representan aún movimientos de una contundencia considerable, que sin duda seguirán produciendo efectos negativos para el crecimiento económico. La clave, como señaló el propio Powell, no está ya, por tanto, en la magnitud de las próximas subidas de tipos, sino en hasta dónde llegarán y por cuánto tiempo se mantendrán. Y ahí, sin datos económicos que respalden un cambio de rumbo, la Fed no parece dispuesta a otorgar ninguna concesión a los inversores.

A estas alturas parece claro que el objetivo de la Fed no es contentar los deseos de los mercados. Más bien, al contrario, el objetivo de que las condiciones financieras no se suavicen antes de tiempo requiere enfriar cualquier conato de optimismo injustificado.

En ese sentido, Powell y sus compañeros de filas pueden sentirse satisfechos con lo logrado este miércoles, poniendo freno a una remontada de los mercados que había dado lugar a un octubre histórico en Wall Street. El riesgo, sin embargo, es que la confusión generada por la Fed no responda tanto a una estrategia deliberada, sino a la evidencia de que la complejidad del momento actual está dejando al banco central tan desorientado como los propios inversores.

Los mercados asistieron este miércoles a una sesión de malabarismos por parte de la Fed que solo sirvió para dejarles más confusos que antes.

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