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La mayor subida de tipos del siglo en la Fed y las bolsas se disparan: la nueva normalidad
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La mayor subida de tipos del siglo en la Fed y las bolsas se disparan: la nueva normalidad

El banco central ha tomado con decisión la palanca de freno de la economía de EEUU para contener los precios, pero se enfrenta al riesgo de provocar una recesión

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Precisamente, para la Fed el reto principal que trae la actual situación es el de evitar un episodio como el que se vivió en los 70, en el que los agudos crecimientos de los precios se acabaron enquistando, conduciendo a una contracción de la economía, dando pie a la temida estanflación.

La Reserva Federal de Estados Unidos ha tomado con decisión la palanca de freno. Tras el movimiento tentativo que supuso la subida de tipos del pasado marzo, la reunión de este miércoles marca el inicio de una serie de acciones contundentes por parte del banco central estadounidense con las que pretende poner freno a las presiones inflacionarias que afectan a la economía del país.

Un alza del precio de 50 puntos básicos, como la que se ha aprobado este miércoles, constituye una medida tan inusual —no ocurre algo parecido desde hace 22 años— que habla a las claras de la magnitud del desafío que enfrenta la institución que dirige Jerome Powell, en un momento en que la persistencia de unas cifras de inflación históricamente elevadas presentan ecos de la fuerte crisis de los años setenta. Sin embargo, las bolsas cerraron la sesión con fuertes subidas: del 3% en el caso del S&P 500, del 2,8% en el Dow Jones y del 3,2% en el Nasdaq.

¿Pero por qué esta reacción alcista de los mercados si el escenario que dibujó Powell es el de una etapa de elevada inflación y subidas continuadas de tipos de interés? Bienvenidos a la nueva normalidad. A los inversores les bastó con escuchar al presidente de la Fed decir que no estaban considerando de forma activa subidas de tipos de 0,75 puntos para descartar el peor de los escenarios posibles. Es decir, las subidas serán de 0,25 o, más probablemente, de 0,50 puntos. Con la subida de medio punto de ayer ya descontada plenamente por los mercados, ese gesto de Powell bastó para el cierre de posiciones cortas y para la apertura de posiciones largas. Y todo ello a pesar de que no está realmente en manos del presidente de la Fed prometer eso: si la inflación vuelve a sorprender al alza y requiere de una subida de tipos más agresiva, ¿no va a ejecutarla?

El mercado parece confiado en que la Fed controlará la inflación a largo plazo

El fantasma de la estanflación

Precisamente, para la Fed el reto principal que trae la actual situación es el de evitar un episodio como el que se vivió en los 70, en el que los agudos crecimientos de los precios se acabaron enquistando, conduciendo a una contracción de la economía, dando pie a la temida estanflación.

Para ello, Powell y sus compañeros han tratado de convencer al mercado de que están dispuestos a actuar con una resolución como pocas veces ha ocurrido antes, lo que permite suponer que en las próximas reuniones seguirán movimientos tan osados como el de este miércoles. De este modo, las tasas de interés se elevarían al entorno del 2% antes de finales de este año, mientras se pone en marcha un rápido adelgazamiento del balance del banco central (que actualmente ronda los nueve billones de dólares), que se iniciará el próximo 1 de junio a un ritmo de 47.500 millones de euros al mes y que se acelerará hasta los 95.000 millones a partir de agosto.

La evolución más reciente de las expectativas de inflación a largo plazo transmite una imagen de confianza en que la Fed será capaz de domar la inflación que bien podría resultar tranquilizadora. Pero entre los expertos se impone la preocupación de que este logro solo sea posible forzando un frenazo de la mayor economía del mundo que acabe haciendo inevitable la recesión.

En sus más recientes proyecciones, publicadas en marzo, los miembros de la Fed consideraron que sería posible mantener vivo un crecimiento de al menos el 2% del PIB hasta 2024, mientras se llevaban los tipos a lo que consideran una tasa neutral, en el entorno del 2,5%, que debería permitir llevar el ritmo de crecimiento de los precios al entorno del 2% en los próximos dos ejercicios.

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Pero algunas voces alertan de que la prolongación y agudización de algunos problemas coyunturales (como el impacto de la guerra de Ucrania en los precios energéticos o las restricciones sanitarias en China a causa del covid), junto a cuestiones más estructurales, como las tendencias desglobalizadoras o la transición verde, mantendrán una presión insistente sobre los precios que obligará a la Fed a llevar las subidas de los tipos de interés mucho más allá —Deutsche Bank ha llegado a plantear niveles por encima del 5%— o a asumir que la inflación se mantenga de forma persistente por encima de sus niveles objetivo.

Esa última fue, como recuerdan los analistas de Commerzbank, la opción por la que optó la institución a mediados de los sesenta, permitiendo que se siguiera cebando un problema que estalló con toda su crudeza en la década posterior.

Hasta ahora, los mensajes de Powell y sus compañeros apuntan, no obstante, a hacer de la lucha contra la inflación su principal objetivo, cueste lo que cueste. Una actitud que, sin embargo, será mucho más difícil de sostener cuando las condiciones económicas empiecen a flojear, azuzando el fantasma de la recesión.

La última vez que la Fed subió los tipos 50 puntos básicos, lo revirtió siete meses después

Si una subida de tipos de 50 puntos básicos como la planteada para este miércoles obliga a retrotraerse a mayo de 2000 (la última vez que se produjo un endurecimiento del precio del dinero de esta magnitud), también conviene recordar que entonces, frente a la idea de que la institución seguiría elevando los tipos para contener la inflación (que rondaba el 3,5%, cinco puntos menos que en la actualidad), el banco central, que entonces presidía Alan Greenspan, no volvería a tocar los tipos hasta el siguiente enero, cuando tuvo que iniciar (con una rebaja también de 50 puntos) un ciclo de bajadas para hacer frente a la debilidad económica.

Con aquella actuación, la Fed evitó la recesión —pese a que en el primer y el tercer trimestre de 2001 la economía de EEUU se contrajo—, pero hoy en día abundan las visiones que la consideran un error que acabó allanando el camino al desastre financiero del año 2008.

Si la historia sirve de lección para el camino que acaba de emprender la Fed, existen pocas razones para el optimismo, ya que el deseado aterrizaje suave de la economía es un ejercicio que muy pocas veces ha sido puesto en práctica con éxito. Pero los responsables del banco central estadounidense no deberían perder de vista que, con frecuencia, protagonizar un ‘aterriza como puedas’ acaba resultando mejor opción que prolongar el vuelo sin solventar los fallos de seguridad.

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