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Cómo elegir entre fondos, letras y depósitos según la declaración de la renta
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RENTABILIDAD, FISCALIDAD Y LIQUIDEZ

Cómo elegir entre fondos, letras y depósitos según la declaración de la renta

La elección entre estos productos se basa en rentabilidad, pero la fiscalidad también es un asunto clave a la hora de decidir cómo invertir los ahorros de forma conservadora

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Los ahorradores conservadores empiezan a tener un abanico de opciones para invertir con bajo riesgo, ante la subida de los tipos de interés. Algunos bancos, especialmente pequeñas entidades que quieren captar clientes, ya ofrecen depósitos o cuentas remuneradas, mientras que también está la opción de comprar letras del Tesoro o de invertir en un fondo. La rentabilidad es una variable clave para elegir, pero no la única.

Ya hay depósitos que alcanzan el 3% a un año, aunque para ello hay que salir de la gran banca, mientras que ha habido emisiones de letras también superando esta cota, y que se pueden comprar en el mercado secundario a través de algún bróker con un cupón similar. Los grandes bancos están optando por ofrecer activamente fondos de renta fija, dado que no necesitan liquidez y así, en vez de elevar el coste de los depósitos contra sus márgenes, generan ingresos por comisiones.

Foto: Montones de monedas junto a una calculadora. (iStock)

Suelen ser fondos de renta fija a vencimiento, con carteras de bonos que dejan durante el periodo del producto sin tocar, de forma pasiva, a cambio de una comisión que va desde el 0,2% al 0,6%. En esta ofensiva comercial, también hay fondos de rentabilidad objetivo y fondos garantizados. Normalmente, tienen menos rentabilidad que las letras, ya que la comisión se come parte del retorno.

No obstante, igual que hay depósitos fuera de la gran banca que se acercan al nivel del euríbor, también hay fondos que lo consiguen en periodos similares. Vehículos de boutiques especializadas que incluyen deuda pública y corporativa para empatar o superar la rentabilidad de las letras del Tesoro. Eso sí, en determinados momentos pueden sufrir pérdidas, como ocurrió en 2022, si hay una caída del precio por subidas abruptas de los tipos de interés, aunque el riesgo es más limitado cuanto menor es el plazo.

Es decir, un ahorrador conservador puede encontrar fondos, letras y depósitos que superen el 3%. Son rentabilidades insuficientes para compensar la inflación, con lo que seguirán con pérdidas en términos reales (descontando la inflación). Los expertos aconsejan asumir más riesgo, con la propia renta fija o incluyendo renta variable. Pero hay inversores que no están preparados para la volatilidad, por plazo o por aversión al riesgo.

Por lo tanto, si se abre el abanico más allá de la gran banca, y se miran letras, depósitos y fondos de distintos emisores o gestoras, hay opciones para alcanzar el 3%. La rentabilidad es una variable para decidirse, ya que no siempre es la misma. Pero también hay que ver la liquidez, asumiendo mismos plazos, y la fiscalidad.

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La liquidez hace referencia a la facilidad para deshacer la inversión si es necesario. En este sentido, los depósitos a plazo son el producto menos aconsejable, aunque sea el menos conocido. Normalmente, para recuperar el dinero, hay que asumir una penalización. Mientras que las letras se pueden vender en el mercado secundario a través de un bróker, pagando una comisión por la operación que suele oscilar entre el 0,1% y el 0,3%, los fondos se pueden vender o traspasar sin ningún coste, salvo que haya comisión de reembolso. Esta última comisión, que puede alcanzar el 3% o el 5%, se da en fondos que están diseñados para mantener hasta el vencimiento, como los que ofrece ahora activamente la gran banca. Pero los fondos monetarios o de renta fija a corto plazo no suelen tener.

En este caso, el cliente puede recuperar el dinero en un plazo de dos a siete días, que es mayor que vendiendo una letra en el mercado secundario. Pero, si se trata de cambiar la inversión y no tener el dinero líquido, entonces los fondos permiten el traspaso, sin tener que tributar por las ganancias acumuladas. Los cupones o dividendos de una inversión llevan aparejada una retención en el momento de la Agencia Tributaria del 19%, y después se ajusta en la declaración de la renta según los tramos de rentas del capital, que son del 19% hasta los 6.000 euros, del 21% entre esta cifra y los 50.000 euros, del 23% hasta los 200.000 euros y del 27% en adelante. Las ganancias patrimoniales también tributan así.

Foto: Logo de WiZink en su sede. (Cedida)

Por lo tanto, si un inversor compra una letra, tributará por el cupón. Y, si vende en algún momento, podría tener ganancias patrimoniales si ha subido de precio y también tributar por esta rentabilidad. En el caso del depósito, se trata de tributar por la rentabilidad que ofrece. Mientras que en los fondos, si no son de reparto —que pagan dividendos—, se tributa por ganancias patrimoniales en caso de reembolso.

No obstante, los fondos permiten el traspaso. La ventaja de este producto frente a una letra o a un depósito es que el inversor puede evitar tributar. Si es un fondo con vencimiento determinado, puede traspasar el dinero. O, simplemente, invertir en un fondo que se ajusta en plazo a las necesidades, pero en el que el gestor gestiona activamente la cartera y el partícipe puede seguir en todo momento invertido acumulando ganancias patrimoniales sin declarar, difiriendo la tributación, si la rentabilidad es positiva. Así, más allá de la rentabilidad, los ahorradores deben mirar la liquidez y la fiscalidad para decidir qué producto conservador escoger.

Los ahorradores conservadores empiezan a tener un abanico de opciones para invertir con bajo riesgo, ante la subida de los tipos de interés. Algunos bancos, especialmente pequeñas entidades que quieren captar clientes, ya ofrecen depósitos o cuentas remuneradas, mientras que también está la opción de comprar letras del Tesoro o de invertir en un fondo. La rentabilidad es una variable clave para elegir, pero no la única.

Declaración de la Renta Rentabilidad Renta fija Depósitos Fondos de Inversión
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