5 claves de este 2022 en el que ha estallado "la burbuja de… todo"
Que se ha acabado. Sin duda, esto ha sido lo mejor de este primer semestre. Casi nada se ha salvado. Tan solo la energía y, por extensión, los fondos que apuesta por ella, y el dólar
Sólo las inversiones en energía y el dólar se salvan en un primer semestre dramático para renta fija, criptodivisas y acciones tecnológicas.
Que se ha acabado. Sin duda, esto ha sido lo mejor de este primer semestre para los inversores. Casi nada se ha salvado. Tan solo la energía y, por extensión, los fondos que apuesta por ella, y el dólar. En el resto de activos, domina el rojo.
Rojo mucho más intenso del que nunca habrían imaginado la enormidad de inversores conservadores con alto peso de la renta fija en sus carteras. Productos de perfil que han caído con fuerza. Dan fe, por ejemplo, los partícipes del Caixabank Soy Así Cauto, uno de los mayores fondos defensivos españoles por patrimonio bajo gestión, que pierde más de un 8% en 2022, o los del Sabadell Prudente, que se dejan un 7,5% en el semestre, entre otros.
Una sangría que se extiende todavía más en los fondos que asumen un poco más de riesgo, como el Santander Gestión Global Equilibrado, el mayor español por patrimonio bajo gestión, que cede más de un 11% en 2022. Y aún en mayor proporción en los que ya invierten en acciones tecnológicas. Aquí entraría el casi 18% que cede en 2022 el Caixabank Selección Tendencias, uno de los mayores fondos español de renta variable. Y ya para qué hablar de las criptomonedas…
Repasamos el semestre en estas 5 claves:
1. Siempre que la Fed sube tipos… Algo se rompe
En uno de sus últimos informes semanales, los estrategas de Bank of America recordaban que siempre que se inicia un ciclo de subidas de tipos se rompe algo en la economía y los mercados. Recordaban el inicio de la crisis subprime en 2007-2008 o la burbuja puntocom en el año 2000.
¿Qué se ha roto esta vez? ¿Se ha pinchado alguna burbuja este año? “La de absolutamente todo”, responde el analista financiero Juan Ignacio Crespo en esta entrevista. “Las inyecciones de liquidez en el sistema los últimos años habían sido tan brutales que se había puesto en modo burbuja todo, desde la renta fija a la renta variable, materias primas… Y, sobre todo, como novedad, la de las criptomonedas”.
El mercado ya esperaba que la Reserva Federal subiera tipos en 2022, pero nadie que lo hicieran tanto y acelerando a tal ritmo. Empezó con una subida de 25 puntos básicos en marzo, para elevar otros 50 puntos en mayo y 75 puntos en junio, el mayor incremento desde 1994. Un movimiento provocado por otro dato histórico: la inflación, que se disparó allí al 8,6% en junio, la mayor subida en 40 años. En Europa, empezarán a hacerlo en julio. Y en la mayoría de regiones, excepto China, lo llevan haciendo desde hace meses.
Ha desaparecido el dinero gratis, vuelven el coste de oportunidad y el inversor se vuelve mucho más selectivo.
2. Holocausto caníbal en renta fija
El mercado donde se ha visto una mayor capitulación ha sido la renta fija, donde por fin ha vuelto la lógica. Ese extraño mundo de los tipos negativos, en el que tenías que pagar por prestar dinero en vez de recibir intereses, ya pertenece al pasado. La anomalía histórica ha terminado y lo ha hecho con contundencia.
A pesar de que desde hacía tiempo, muchos agentes del mercado venían alertando de este sinsentido y esta burbuja, el batacazo ha sido mucho más repentino de lo que se podía esperar. Muchos fondos de bonos registran caídas de entre el 10% y el 20%; los índices han registrado una de sus peores caídas históricas…
Muchos productos tenidos por conservadores registran caídas incluso superiores a los de renta variable, a pesar de tener una volatilidad teórica mucho más reducida.
En los corrillos en eventos de inversión, el comentario es unánime: el mayor problema es para el inversor conservador. Ha sufrido unas caídas que no esperaba ni en el peor de los mundos y tendrá complicado recuperar a corto y medio plazo con este activo.
En Europa, además, por si fuera poco, hemos visto caídas adicionales en los bonos de los países llamados periféricos, como Italia o España, por el temor a una crisis de deuda por la subida de los tipos.
3. Pesadilla en las tecnológicas sin beneficios
Habían sido las grandes protagonistas de las bolsas en los últimos años. El Nasdaq llevaba años marcando máximos históricos casi cada día Parecía que habíamos entrado en una nueva era digital que hacía estos negocios invulnerables. Pero, de nuevo, la subida de tipos y la retirada de estímulos provocada por la inflación cambió por completo la foto.
El Nasdaq ha cerrado el semestre con una caída cercana al 30%, con la mayoría de los fondos tecnológicos con fuertes caídas. Y en realidad, dentro de la tecnología ha habido un tipo de compañías que han caído todavía más, mucho más: aquellas que aún no tenían beneficios, aquellas necesitadas de nuevas rondas de financiación para desarrollar sus negocios…
Se suele tomar como paradigma el batacazo del ARK Innovation Fund de Cathie Woods, la gestora cuya popularidad se había disparado en los últimos años. Desde inicio de año, este producto se ha desplomado más de un 50% y desde máximos del año pasado aún más: llegó a 150 dólares en febrero de 2021 y ahora cotiza a 40 dólares.
4. La gran decepción cripto
Una parte importante de la tesis para invertir en bitcoin giraba en torno a su valor para protegernos frente a la inflación. Argumentaban sus defensores que como tiene escasez, como no podrán imprimirse más bitcoins cuando estén todos minados, al contrario de lo que sucede con el dinero fiduciario que emiten los bancos centrales, protegerían el valor de los ahorros ante una subida de la inflación. Pero no.
Con la inflación en máximos, la criptomoneda madre ha caído esta semana por debajo de los 20.000 dólares, cuando estuvo a punto de tocar los 70.000 a finales de 2021. Tampoco ha aportado descorrelación frente a otros activos, como la bolsa, sino que su comportamiento ha guardado una muy alta relación con las acciones tecnológicas.
Y, por si fuera poco, hemos visto el hundimiento de una de las mayores criptomonedas Terra Luna, que pretendía ser además una moneda “estable”, y corralitos en distintas plataformas de intercambio de criptomonedas y que ofrecían apalancamiento, como Celsius.
¿Qué queda? La confianza en el valor que puede aportar para muchos negocios y para el desarollo de la web 3 el ecosistema blockchain. ¿Pero eso cuánto vale? Nadie lo sabe. Ni lo sabe estimar. Es la gran pregunta pendiente de resolver. La comparativa que antes se hacía con el valor de oro, por considerarlo una especie de oro digital, ha perdido sentido ya.
5. Energía disparada… Aún con recesión a la vista
No podemos acabar un balance de 2022 sin hacer mención a la invasión de Ucrania, la amenaza militar rusa que el mercado no llegó a creerse antes de suceder, y que se tradujo en una fuerte subida de las materias primas, especialmente el petróleo y el gas.
El barril de petróleo Brent, la referencia en Europa, llegó a irse por encima de los 130 dólares. Y aunque desde entonces ha corregido, según el mercado ha ido asimilando la situación enquistada en el conflicto, todavía se mantiene en niveles muy elevados comparado con los 80 dólares por barril de hace un año.
Y eso, a pesar de lo que está descontando el mercado ahora mismo en renta fija, bonos y otras materias primas no energéticas, que es un riesgo cada vez más alto de recesión.
En este mar revuelto, algunos pescadores sí han ganado. En concreto, los fondos de energía y los pescadores-gestores de estilo value que tenían una parte muy importante de su cartera en acciones de empresas energéticas, como algunos de los fondos value españoles, como Azvalor Internacional ha cerrado el semestre con avances por encima del 30%, Hamco Global Value, Sigma Internacional o Cobas Internacional, con avances entre el 14% y el 7%.
¿Qué hacer ante este escenario? Los asesores aconsejan diversificación, por la poca visibilidad y la enorme incertidumbre que podemos ver en mercado.
Sólo las inversiones en energía y el dólar se salvan en un primer semestre dramático para renta fija, criptodivisas y acciones tecnológicas.