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¿Quién comprará la deuda española? Los dos principales inversores se retiran del mercado
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CAMBIO DE CICLO

¿Quién comprará la deuda española? Los dos principales inversores se retiran del mercado

El BCE ya está recortando la adquisición de bonos, y la banca, el otro gran comprador, da señales de que no cubrirá su ausencia. El Tesoro deberá seducir a los fondos

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El Tesoro español se enfrenta a un cambio de 'mix' de inversores en plena subida de tipos de interés. España tendrá que volver a seducir a los fondos de inversión locales y a los grandes inversores internacionales para colocar su deuda, que está en máximos históricos al alcanzar los 1,45 billones (millones de millones) de euros en marzo.

Los dos principales compradores de deuda española en la última década se están echando a un lado. El más importante es el Banco Central Europeo (BCE) que, según datos del Tesoro hasta febrero, acumula el 33,7% de la deuda pública española emitida, lo que corresponde a 394.116 millones.

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Sin embargo, la política monetaria está experimentando un giro importante para atacar el repunte histórico de la inflación, que se situó en el 8,4% en abril en España. Esta nueva ruta ('forward guidance') apunta a subida de tipos en el tercer trimestre. De hecho, los miembros del Consejo de Gobierno han adelantado las expectativas del mercado hasta julio.

Pero, antes de tocar el 'precio del dinero' por primera vez en una década, el BCE dejará de comprar bonos. Ya ha reducido drásticamente la compra de deuda. En el caso de los emisores españoles, públicos y privados, el recorte de compras alcanzó en abril el 50% respecto al promedio durante la pandemia.

Según está previsto, el banco central solo comprará bonos españoles por vencimientos, ya que seguirá reinvirtiendo sin reducir el balance, al menos, hasta finales de 2024 en el caso del programa especial contra la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés), con el que ha desplegado en dos años 1,7 billones (millones de millones). Con el resto de programas, el mensaje del BCE es que reinvertirá los vencimientos durante "un periodo prolongado" tras el inicio de subida de tipos.

El otro gran tenedor de deuda pública española es el sector bancario. Aunque menos que nunca. En el tramo final de 2021 y en el inicio de 2022, rebajó el peso hasta el 12%, frente al 15% alcanzado en 2020, o el 30% que tenía durante la crisis del euro en 2012. Los bancos usan parte de la liquidez para comprar bonos que generan ingresos vía cupones, en el margen de intereses, o beneficios o pérdidas por precio en el resultado de operaciones financieras (ROF).

Los bancos cuentan con 145.354 millones en bonos del Tesoro, pero la tendencia es descendente. Banco Santander ha recortado en los últimos años el peso de la deuda española en su cartera de renta fija (ALCO, en la jerga). La entidad siempre explica que utiliza la deuda como cobertura a la evolución de tipos de interés en las geografías en las que opera. Solo en 2021 redujo la tenencia de deuda pública española desde 30.397 millones hasta 20.638 millones.

BBVA, por su parte, se deshizo el año pasado de casi la mitad de la deuda española que tenía, al reducir la cartera en un 46% respecto al inicio de 2021, un descenso equivalente a 13.500 millones. Al terminar el primer trimestre de 2022, el banco presidido por Carlos Torres tenía 11.200 millones en deuda española a coste amortizado, lo que quiere decir que sus variaciones no afectan al ROF porque está contabilizada a vencimiento, y otros 5.700 millones en valor de mercado.

Foto: Una persona saca dinero de un cajero. (EFE/Emilio Naranjo)

Esta tendencia descendente se ha producido con el bono español cotizando con tipos de interés cercanos al 0%, pero este año ha repuntado hasta el 2% por primera vez desde 2014. Está por ver si las entidades españolas vuelven a lanzarse a por la deuda española o prefieren otras alternativas. A futuro, se espera que la regulación europea busque romper el vínculo entre bancos y estados que tanto daño hizo en la crisis de deuda hace una década.

El banco con mayor vínculo con el Estado es CaixaBank, tanto en financiación directa a través de préstamos a las administraciones públicas como en adquisición de bonos. El banco, que tiene al Estado a través del FROB en el capital con un 16% por la integración de Bankia, tiene una cartera ALCO de 62.000 millones, de los que 22.000 millones vencerán entre 2022 y 2024.

Esta semana, de la mano de José Ignacio Goirigolzarri, presidente, y Gonzalo Gortázar, consejero delegado, presentó el plan estratégico para 2022 a 2024. En esta guía señaló que el nuevo entorno de tipos genera oportunidades a través de la cartera ALCO y que hay potencial para incrementarla hasta los 90.000 millones, que equivaldrían al 15% del activo.

Esta tendencia descendente se ha producido con el bono español cotizando con tipos de interés cercanos al 0%

De hecho, la exposición al riesgo soberano es mayor que la cartera ALCO, con 74.973 millones al terminar 2021 a coste amortizado y 11.817 millones a valor de mercado en el caso de la deuda española. A esto hay que sumar la exposición del grupo asegurador con VidaCaixa y SegurCaixa Adeslas, sumando otros 52.943 millones.

Sin embargo, en la presentación del plan estratégico, los ejecutivos de CaixaBank descartaron que el incremento de la cartera ALCO vaya a deuda española en su mayoría para diversificar el portafolio que, de hecho, tiene un sesgo importante a las emisiones del Tesoro y de otras administraciones públicas.

Así, España necesitará diversificar su base de inversores y volver a seducir a fondos de inversión de pensiones locales, y a los grandes inversores internacionales, que han ido perdiendo peso en el 'mix' de tenedores. El peso en la deuda emitida por el Tesoro de los inversores extranjeros aumentó desde la crisis de deuda hasta un máximo desde el 49% en 2019, pero desde entonces ha ido reduciéndose hasta caer por debajo del 43%.

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El Tesoro tiene grado de inversión, con un 'rating' de Baa1 para Moody’s, A para S&P Global Ratings, A- para Fitch y A para DRBS. Con tipos al 2%, es de esperar que el Tesoro vuelva a seducir a los grandes fondos de inversión, soberanos, de pensiones y otros institucionales internacionales.

Con los fondos españoles ya está siendo así. De hecho, en cuanto han subido un poco los tipos en el mercado secundario y se han encarecido las emisiones, los bancos ya han empezado a lanzar fondos que se nutrirán de bonos españoles en gran parte. Es decir, los bancos no están siendo el gran inversor del pasado para la deuda española de forma directa con sus carteras ALCO, pero los fondos de sus gestoras, vendidas en la red, sí se apuntan a la lista de inversores con productos garantizados, de retorno absoluto o de renta fija.

Con datos de febrero, las aseguradoras suponen el 7,31% de la deuda emitida, los fondos de pensiones un 0,95% y los fondos de inversión un 1,36%. No obstante, se espera que con la mencionada subida de tipos estos porcentajes tiendan a aumentar en los próximos meses.

El Tesoro español se enfrenta a un cambio de 'mix' de inversores en plena subida de tipos de interés. España tendrá que volver a seducir a los fondos de inversión locales y a los grandes inversores internacionales para colocar su deuda, que está en máximos históricos al alcanzar los 1,45 billones (millones de millones) de euros en marzo.

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