La banca europea, bien posicionada: podría triplicar sus provisiones de crédito y ser rentable
Para soportar un deterioro de la calidad crediticia, en caso de que se produzca en los próximos trimestres, como consecuencia de la guerra en Ucrania
La guerra en Ucrania ha golpeado a la práctica totalidad de las empresas y ha deteriorado las perspectivas económicas, lo que ha añadido cierta incertidumbre en determinados sectores. Uno de ellos ha sido el bancario, que se enfrenta al riesgo de pérdidas relacionadas con ciberataques, multas regulatorias relacionadas con el incumplimiento de las sanciones y pérdidas de clientes asociadas a una mala gestión de la recién descubierta dimensión ESG de hacer negocios en Rusia.
No obstante, según un análisis de la agencia de calificación europea Scope centrado en una muestra de 50 grandes bancos, las entidades europeas "estarían bien posicionadas para soportar un deterioro de la calidad crediticia, en caso de que se produzca en los próximos trimestres", como señala Marco Troiano, responsable del equipo de instituciones financieras de la firma.
A nivel sectorial, los bancos comenzaron 2022 con unos sólidos balances, que incluyen bajos niveles de préstamos morosos, una rentabilidad decente y una situación de capital fuerte. "Calculamos que la mayoría de los bancos de nuestro análisis podrían soportar una triplicación de las provisiones de crédito y seguir siendo rentables. Además, los colchones para los requisitos de capital siguen siendo amplios". Mientras que los bancos se adentraron en la pandemia con colchones, por lo general, inferiores a 300 puntos básicos, ahora esa cifra se eleva a 500 puntos básicos. "Esto está muy por encima de los propios objetivos de las entidades, lo que permite una flexibilidad significativa con respecto al crecimiento orgánico, las fusiones y adquisiciones y las distribuciones de capital", esgrime Marco Troiano.
Entre los principales riesgos destacan el rápido deterioro de las perspectivas de crecimiento económico. Desde Scope son ligeramente optimistas, puesto que esperan que el impulso del crecimiento en 2022 y 2023 se ralentice con respecto a las elevadas tasas de recuperación de 2021, pero que se mantenga en general por encima del potencial. Así, la recuperación se ralentizará, especialmente en Europa, penalizada por el aumento de los precios de la energía y de las materias primas y la ralentización del comercio internacional. Todo ello, pese a que beneficiará a la marcha económica el menor impacto de la pandemia y el grado de acomodación de la política fiscal.
Esperamos que el entorno siga siendo favorable para el crédito bancario, ya que "la mejora de los tipos de interés compensa con creces un leve deterioro de la calidad del crédito a medida que el crecimiento se suaviza".
Ahora bien, el entorno inflacionista tiene muchas ventajas para los bancos, pero no está exento de problemas. Un nuevo aumento de los tipos de interés a corto plazo probablemente impulsará los ingresos de los bancos, en particular de los bancos con gran peso minorista, "ya que los saldos de los depósitos en cuenta corriente no remunerados tienden a ser relativamente rígidos. Una curva de rendimiento más pronunciada en general apoyará los ingresos de las actividades bancarias tradicionales. Los bancos son, en esencia, máquinas de transformación de vencimientos", sostiene el responsable de Scope.
A corto plazo, es probable que la calidad de los activos se deteriore. ¿El motivo? La inflación afectará a los presupuestos de los hogares, y el aumento de los tipos hipotecarios puede presionar a los clientes con hipotecas a tipo variable. "Positivamente, observamos que la proporción de hipotecas originadas con tipos variables ha ido disminuyendo con el tiempo en muchos países europeos y, aunque es probable que esto anule algunos de los beneficios de la subida de los tipos en la cartera de inversión, también limitará el probable descenso de la calidad del crédito.
Como contrapartida, la subida de los tipos de interés podría suponer un obstáculo reto para los bancos con una mayor participación en la gestión de patrimonios, ya que los tipos nulos o negativos de los depósitos de ahorro han aumentado el atractivo de los productos de inversión de mayor rentabilidad, que son lucrativos para los bancos que los venden y han apoyado el crecimiento de los activos gestionados. "En un entorno inflacionista, la gestión de costes de los bancos se pondrá a prueba. Esto ha sido clave para sostener la rentabilidad en los últimos años".
La guerra en Ucrania ha golpeado a la práctica totalidad de las empresas y ha deteriorado las perspectivas económicas, lo que ha añadido cierta incertidumbre en determinados sectores. Uno de ellos ha sido el bancario, que se enfrenta al riesgo de pérdidas relacionadas con ciberataques, multas regulatorias relacionadas con el incumplimiento de las sanciones y pérdidas de clientes asociadas a una mala gestión de la recién descubierta dimensión ESG de hacer negocios en Rusia.