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La extinción de las palomas de Frankfurt: el BCE apunta hacia una subida de tipos en julio
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La extinción de las palomas de Frankfurt: el BCE apunta hacia una subida de tipos en julio

A lo largo de la última semana muchas voces han señalado la necesidad de una subida de tipos de interés en la reunión del consejo de gobierno del BCE en el mes de julio

Foto: Sede del Banco Central Europeo en Frankfurt. (Reuters)
Sede del Banco Central Europeo en Frankfurt. (Reuters)

Hace meses los analistas y observadores que siguen el día a día del Banco Central Europeo (BCE) lanzaban distintas hipótesis sobre cuándo podría llegar una eventual subida de los tipos de intereses. ¿Finales de 2022? Algunos creían que hasta principios de 2023 no llegaría el momento. Pero el escenario ha cambiado por completo. Las palomas, en política monetaria los miembros que apuestan por posturas más flexibles, están en peligro de extinción en Frankfurt: casi todo el mundo habla de una subida de tipos en julio.

El vicepresidente Luis de Guindos ya lo había deslizado desde hace algunas semanas que era una posibilidad, aunque sin abogar por ello. Pero en los últimos días ha llegado una auténtica cascada de declaraciones de distintos miembros del Consejo de Gobierno del BCE que están pidiendo acción de manera mucho más clara y directa. El martes fue el turno de Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo, una de las voces más respetadas en Frankfurt y considerada un puente entre las distintas posturas dentro del eurobanco, aunque más escorada hacia el lado de los halcones, los que apuestan por posturas más restrictivas. "Desde la perspectiva actual, creo que es posible una subida de tipos en julio", señaló, añadiendo que "ahora no es suficiente con hablar, hay que actuar".

placeholder Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE. (Reuters)
Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE. (Reuters)

El jueves le tocó a Olli Rehn, gobernador del Banco de Finlandia, antiguo comisario de Asuntos Económicos, que también apostó por la necesidad de subidas de tipo en julio. El hombre que llegó a abogar públicamente en 2020 a favor de un poco de 'overshooting', más inflación de la que normalmente toleraría el BCE en condiciones normales, ha abandonado ya el sector de las palomas, que pierde así a uno de sus miembros de cara a las próximas reuniones. Si se busca un termómetro de dónde se sitúa el debate, si simplemente los halcones están siendo más agresivos en sus declaraciones o si de verdad hay un viraje general en el Consejo de Gobierno, las declaraciones de Rehn parecen despejar las dudas.

Esa misma tarde le tocaba hablar a Robert Holzmann. La inflación en la zona euro no es lo único de lo que se habla en Frankfurt estos días: también de otra inflación, la del lenguaje. Y Holzmann, gobernador del Banco de Austria, con Schnabel e incluso una paloma como Rehn ya en su terreno, subió la apuesta, señalando a la reunión del mes de junio, probablemente con el objetivo de atar el debate y que la subida de tipos llegue bastante cocinada al encuentro de julio.

Son pocos los que siguen defendiendo públicamente que por lo pronto hay que esperar hasta después del verano. El único que lo ha hecho en los últimos días ha sido el italiano Fabio Panetta, miembro del Consejo Ejecutivo del eurobanco, que ha advertido en una entrevista que "la economía europea está estancada de facto" y ha pedido tener primero los datos del segundo trimestre antes de tomar una decisión. Pero esos datos no llegarán a manos del BCE hasta el 29 de julio y la reunión del Consejo de Gobierno es el día 21 de ese mes. La estrategia de Panetta ya solamente pasa por intentar retrasar la decisión aferrándose a los datos. "Esto (el estancamiento) hace que las opciones que enfrenta el BCE sean más complejas, ya que un endurecimiento de la política monetaria destinada a contener la inflación terminaría obstaculizando un crecimiento que ya se está debilitando", explicó el italiano.

Foto: Fachada de la Reserva Federal de Estados Unidos en Washington (Reuters)

Y esa delicada situación está en la mente de todos, especialmente de los principales halcones: saben que pueden estar quedándose sin tiempo. Panetta apunta al riesgo de contracción de la economía europea, y los que apuestan por una subida saben que el ambiente en el Consejo de Gobierno, que ahora está cambiando claramente hacia su dirección, podría volverse en su contra: subir los tipos de interés en una recesión será mucho más complicado en términos políticos.

Para las pocas palomas que quedan en el Consejo de Gobierno del BCE la situación es compleja: no solamente la guerra en Ucrania ha empeorado la tensión inflacionista en la Eurozona, sino que los movimientos de la Reserva Federal en Estados Unidos, que acaba de decidir la mayor subida de tipos desde el año 2000, o el Banco de Inglaterra, aumentan la presión sobre el eurobanco.

Hace meses los analistas y observadores que siguen el día a día del Banco Central Europeo (BCE) lanzaban distintas hipótesis sobre cuándo podría llegar una eventual subida de los tipos de intereses. ¿Finales de 2022? Algunos creían que hasta principios de 2023 no llegaría el momento. Pero el escenario ha cambiado por completo. Las palomas, en política monetaria los miembros que apuestan por posturas más flexibles, están en peligro de extinción en Frankfurt: casi todo el mundo habla de una subida de tipos en julio.

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