Del revés de Tesla al portazo de China: el bitcoin cierra una semana de montaña rusa

El bitcoin ha vivido una semana loca (o al menos más loca de lo habitual). La criptodivisa más famosa vuelve a teñirse de rojo este viernes, cediendo un 5,5% a las 17:30 de la sesión española, en los 37.519 dólares la unidad. Han sido varios días de fuerte volatilidad, golpeada por un lado por el cambio de parecer de gurús como Elon Musk (fundador de Tesla) y por el otro por regañinas como la de China con los criptoactivos.

Este viernes, la nueva amargura del bitcoin viene del anuncio de China sobre la minería de estas divisas. El Comité de Estabilidad Financiera y Desarrollo de China, un organismo subordinado al Consejo de Estado, ha explicado en un comunicado que las autoridades del país asiático pretenden tomar medidas contra la actividad de minería del bitcoin y contra cierto comportamiento a la hora de negociar este tipo de activos.

El comité ha subrayado varios objetivos, como seguir tomando medidas que beneficien a la economía real, prevenir y controlar los riesgos financieros y continuar el proceso de reformas y apertura de la economía china.

TE PUEDE INTERESAR

Derrumbe del bitcoin y las criptomonedas: qué significa para los mercados

Valor Añadido

El bitcoin empezó la semana con el desplome del 8,59% del domingo, secuela del descalabro del 9,49% del jueves anterior por culpa del directivo sudafricano. Musk anunció entonces que Tesla dejaría de aceptar los bitcoins como medio de pago debido a su preocupación por el "creciente uso de combustibles fósiles para el proceso de minado de las criptomonedas y transacciones".

Irónicamente, había sido el mismo Musk el que había impulsado hacia nuevos máximos a la 'cripto' a principios de año. Cuando el pasado día 8 de febrero Tesla comunicó que había gastado 1.500 millones de dólares en bitcoins y que planeaba aceptar la moneda como medio de pago, el bitcoin se aceleró un 15,8% en un solo día. Ahora, la criptomoneda ya ha borrado todo aquel subidón, con una pérdida del 40% desde los máximos de abril. Lo que Musk te da, Musk te lo quita.

Tras ensayar una tímida recuperación este lunes (+1,63%), el bitcoin volvió a sucumbir al rojo con un retroceso del 3,4% el martes, volviendo finalmente a los desplomes el miércoles, cuando perdió un 11,45%. Este enésimo hundimiento llegó con la negativa de China a las criptomonedas, desatando una llorera transversal entre este tipo de activos. En un comunicado conjunto, la Asociación China de Finanzas de Internet, la Asociación Bancaria de China y la Asociación de Pagos y Liquidación de China anunciaron el miércoles la prohibición de tomar parte en el negocio de las criptomonedas a las entidades financieras y de servicios de pago relevantes.

Opinión

TE PUEDE INTERESAR

Mientras lloras por bitcoin, China ríe con su CBDC

Javier Molina

"No deben usar moneda virtual para fijar precios de productos y servicios, suscribir negocios de seguros relacionados con monedas virtuales o incluir monedas virtuales en el alcance de la responsabilidad del seguro, y no deben proporcionar directa o indirectamente a los clientes otros servicios relacionados", advirtieron las asociaciones en el comunicado. Aunque estos mensajes son habituales en el mundo occidental, que venga de China supone un golpe relevante si se tiene en cuenta el volumen de la población del país asiático, así como la fuerte presencia del minado de criptodivisas allí. Todo, mientras China avanza con el proyecto de la divisa digital.

Tras el vaivén, el bitcoin ha visto a su cotización entrar en otro bucle de volatilidad y, tras subir un 4,55% el jueves, termina con fuertes caídas este viernes. Una volatilidad que no es inocua en este activo, ya que, dominada por los inversores minoritarios, suele sufrir temporadas de fuertes subidas y caídas. De hecho, uno de los argumentos principales a favor del último 'rally' era que, esta vez, venía respaldado por algunos fondos o inversores de renombre que, con su tamaño, podían ofrecer más tranquilidad al precio de la moneda. Sin embargo, el bitcoin sigue siendo una inversión de alto voltaje emocional, rechazada a menudo por asesores y figuras del mundo de la inversión y con nula aceptación dentro de los confines del mundo regulado.