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España quiere tres grandes superbancos para encarar el Juego de Tronos europeo
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CON LA DUDA DE BBVA Y SABADELL

España quiere tres grandes superbancos para encarar el Juego de Tronos europeo

Desde los tiempos de Luis de Guindos, Economía quiere tres grandes entidades para las futuras fusiones transfronterizas europeas con el desarrollo de la Unión Bancaria

Foto: Montaje de Irene Gamella.
Montaje de Irene Gamella.
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El rescate de Bankia se diseñó a partir de una reunión de Luis de Guindos, ahora vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y entonces ministro de Economía, con Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé. Es decir, con los expresidentes de Santander, BBVA y CaixaBank, que siguen liderando a la banca española, aunque no tanto como gustaría a las instituciones ante la ruptura de BBVA y Banco Sabadell.

"Ya entonces De Guindos escuchaba a tres banqueros. Desde entonces hay una idea en el Ministerio de Economía de que haya tres grandes bancos en España, y con ello tener mejores cartas en las futuras fusiones transfronterizas en Europa. Porque no sabemos cuándo llegarán, puede que tarden, pero acabarán sucediendo, y las bazas para que haya uno o dos superbancos europeos con sedes en España mejoran con tres grandes entidades", arguyen fuentes bancarias.

Es decir, hay dos velocidades que marcan la presión a los banqueros para que se abran a fusiones. Por un lado, fortalecer la situación actual ante los efectos de varios años destruyendo valor y, ahora, el impacto del coronavirus. Y, por otro, la futura Unión Bancaria y las fusiones transfronterizas, sobre las que insisten los supervisores, pero que los ejecutivos bancarios apenas se plantean por falta de sinergias y porque las legislaciones nacionales dificultan estas uniones.

Foto: EC.
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No obstante, los banqueros dan por hecho que llegará el momento de sentarse a crear grandes bancos europeos a partir de entidades nacionales. Las cuentas de las instituciones españolas pasan porque si hay tres grandes bancos, habrá más opciones de que uno o dos se queden con su sede y el grueso de los servicios centrales en España cuando se unan con otras entidades europeas. En este caso, es de esperar que haya presiones políticas cuando llegue el momento. Todo un juego de tronos que se desarrollará en el futuro.

Por ahora, los supervisores vigilan a los bancos más que nunca e incentivan o aplauden procesos de fusión. Aunque no está de más recordar que son entidades privadas, señala un banquero. "El BCE no te dice lo que tienes que hacer, salvo en casos extremos, pero sí te da a entender lo que quiere", explica un ejecutivo. Es evidente que ningún banco quiere tener desavenencias con el supervisor.

Primera gran fusión

Las Juntas de Accionistas de CaixaBank y Bankia ya han dado el visto bueno para que ambos bancos se fusionen en 2021, dando lugar al mayor banco en el mercado español, con una cuota de mercado del 22%. BBVA, que en la última década ha perdido cuota en España, y Sabadell, podrían haber generado otra entidad equiparable en dimensión, pero rompieron negociaciones por diferencias en la ecuación de canje.

placeholder José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortázar. (EFE)
José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortázar. (EFE)

El banco presidido por Carlos Torres se plantó en una oferta de 1:9 y Josep Oliu, su homólogo en la entidad catalana, decidió parar las conversaciones. Fuentes financieras recuerdan que no es descartable que, en función de cómo evolucione la morosidad a partir de primavera, puedan volver a sentarse, como han hecho Unicaja y Liberbank. Pero por ahora, han roto antes de la boda para disgusto de los padrinos, que iban desde Economía al supervisor, el BCE.

De Guindos ocupa ahora un puesto importante en el banco central, aunque en la rama de política monetaria, vigilando de hecho los efectos de esta en el sistema financiero y la transmisión de los estímulos a la economía real a través de la banca. Pero la materia de vigilancia recae en el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) que preside el italiano Andrea Enria.

Junto al supervisor transalpino, la cúpula del Banco de España es la que más está empujando la creación de gigantes nacionales. Tanto el gobernador Pablo Hernández de Cos, como su número dos, Margarita Delgado, están teniendo un rol clave en las fusiones. De hecho, fuentes financieras apuntan que estos dos supervisores españoles se entaron antes de la fusión de CaixaBank y Bankia que el BCE, lo que no gustó en Fráncfort.

Foto: Gonzalo Gortázar (i), CEO de CaixaBank, y Jordi Gual, presidente. (EFE)

Así, CaixaBank y Bankia formarán uno de los tres superbancos añorados por Economía y el Banco de España. Otro es Banco Santander, que aún digiere al Popular y negocia con los sindicatos un expediente de regulación de empleo (ERE) de 3.800 personas. El tercero tendrá que esperar, con BBVA analizando alternativas para usar un exceso de capital de más de 10.000 millones tras la venta de su negocio en Estados Unidos y con Sabadell diseñando una hoja de ruta para sortear esta crisis en solitario.

El supervisor también quiere que se reduzca el número de bancos, aunque no está claro que haya una correlación entre solvencia y tamaño. De hecho, se pueden generar problemas en futuras crisis, vistos en 2008 en varios países, en torno a entidades demasiado grandes para caer ('too big to fail'). Es decir, bancos sistémicos cuyos problemas arrastran a todo el sistema.

Necesidad de sinergias

Pero lo que preocupan a los supervisores son los múltiplos que exhiben los bancos. Las entidades sufren desafíos coyunturales y estructurales que amenazan su sostenibilidad, porque han agotado un ciclo de crecimiento económico sin ser rentables, destruyendo valor para los accionistas, y la crisis desatada por el coronavirus ha agravado este hecho.

Los inversores exigen una rentabilidad (coste del capital) que ha oscilado en la última década entre el 8% y el 10%, pero en el mejor de los casos el retorno sobre fondos propios de la banca española (ROE) ha alcanzado el 7%, un déficit generalizado en Europa. La rentabilidad de la banca, como siempre recuerda José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia y futuro presidente de la nueva CaixaBank, es la que asegura su sostenibilidad al facilitar la generación de capital.

Foto: Sede del BCE en Fráncfort. (Reuters)

Los tipos de interés negativos que ha aplicado en los últimos años el BCE han hundido la rentabilidad del negocio tradicional de captar y prestar dinero, en un contexto de mayor competencia de entidades no bancarias, como firmas financieras independientes en fondos o gestión del ahorro, y las 'fintech'. Pero el escenario se ha agravado con el covid por la amenaza de una nueva ola de impagos tras las moratorias o las carencias de los créditos avalados por el Estado, menos ingresos por el daño a la economía real y el alargamiento de las expectativas del euríbor en negativo hasta, al menos, 2031.

Hay dos vías para sobrellevar este escenario. Tener especialización que facilite la sostenibilidad, ya sea por productos, segmentos de clientes o áreas geográficas, o mejorar la eficiencia vía costes. Y este camino es el que quieren los supervisores que sigan los bancos. Básicamente, que se fusionen para aprovechar sinergias y realizar severos ajustes de capacidad, tanto en plantilla como en red de sucursales, para reducir la ratio de eficiencia (costes sobre ingresos, cuanto más baja mejor).

CaixaBank y Bankia, por ejemplo, tienen un solapamiento de la red en el 23% de la suma de ambas entidades. Las entidades calcularon sinergias en ahorros de costes de 770 millones para 2023. El solapamiento de las sucursales es incluso mayor con BBVA y Banco Sabadell, del 29%.

La realidad es que los bancos siguen destruyendo valor y que, desde que empezó la crisis del covid, el coste del capital ha subido. Es decir, la prima de riesgo que los inversores imputan a las entidades financieras. A las peores perspectivas se suma, según los banqueros, el veto a los dividendos, que ha reducido más aún el atractivo de invertir en bancos.

En España, el índice Ibex 35 Bancos cumplió en noviembre cinco años. Este selectivo aglutina a las entidades del Ibex, que en 2015 eran siete, ahora son seis —se cayó Banco Popular—, y el que viene serán cinco. Aunque si las negociaciones de fusión de Unicaja y Liberbank llegan a buen puerto, la entidad resultante podría tener tamaño para llamar a las puertas del Ibex. En cualquier caso, los mayores bancos del país han reducido su capitalización en cinco años en un 55%, desde 180.000 millones hasta 92.000 millones.

El rescate de Bankia se diseñó a partir de una reunión de Luis de Guindos, ahora vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y entonces ministro de Economía, con Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé. Es decir, con los expresidentes de Santander, BBVA y CaixaBank, que siguen liderando a la banca española, aunque no tanto como gustaría a las instituciones ante la ruptura de BBVA y Banco Sabadell.

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