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La banca destruye un 55% de su valor en cinco años pese al repunte con las fusiones
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BME CREÓ EL IBEX 35 BANCOS EN 2015

La banca destruye un 55% de su valor en cinco años pese al repunte con las fusiones

El Ibex 35 Bancos, índice que creó BME en 2015, cumple esta semana cinco años. En este periodo, de siete bancos se pasará a, probablemente, cinco entidades en el Ibex

Foto: De izquierda a derecha, Josep Oliu (Sabadell), Carlos Torres (BBVA), Ana Botín (Santander), José Ignacio Goirigolzarri (Bankia) y Gonzalo Gortazar (CaixaBank). (EC-EFE)
De izquierda a derecha, Josep Oliu (Sabadell), Carlos Torres (BBVA), Ana Botín (Santander), José Ignacio Goirigolzarri (Bankia) y Gonzalo Gortazar (CaixaBank). (EC-EFE)

La banca ha sido una máquina de destrucción de valor para los accionistas desde la gran crisis financiera. Tras la caída de Lehman Brothers, las entidades han pasado por varios ciclos, todos ellos negativos para sus dueños. Esto es, la base accionarial, que ha sufrido recortes de dividendos y caída del precio de las acciones que no han estado acompasados en la misma intensidad por los sueldos y bonus de los ejecutivos.

Este jueves, se cumplen cinco años desde el lanzamiento del Ibex 35 Bancos, uno de los índices sectoriales que creó Bolsas y Mercados Españoles (BME) en 2015. Desde su funcionamiento, los principales bancos del país han caído un 55% en conjunto, pese a que rebotan un 36% desde el 2 de septiembre con el baile de fusiones.

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Esta nueva oleada de concentración se basa en la falta de rentabilidad y sostenibilidad a futuro de los bancos. En esencia, están castigados en bolsa porque no han conseguido tener el retorno sobre fondos propios (ROE) que piden los inversores teniendo en cuenta el perfil de riesgo (coste del capital). En el mejor de los casos, la banca ha llegado a un 7% de ROE en el último ciclo de crecimiento, antes del covid, mientras que el coste del capital se ha movido entre el 8% y el 10%.

Los tipos negativos han reducido la capacidad de ganar dinero con la actividad tradicional de captar y prestar dinero, al mermar el margen de intermediación. Esto ha sido una coartada para los banqueros, cuyas remuneraciones no se han visto tan afectadas como el precio de las acciones. El covid ha agravado este escenario por dos vías.

Por una parte, prolonga las expectativas de que el euríbor esté bajo cero al menos hasta 2031 y, por otra, se espera un nuevo ‘boom’ de morosidad. A esto se suma que, según los banqueros, el veto a los dividendos ha sido contraproducente y ha ampliado el coste del capital.

De esta forma, los ejecutivos de la banca están dejando de lado sus reticencias a las fusiones por canjes de acciones y repartos de sillas ante esta crisis. CaixaBank y Bankia ya han acordado su fusión, Unicaja y Liberbank están cerca y BBVA y Sabadell han acelerado sus conversaciones. Cuando arrancó el Ibex 35 Bancos, había siete bancos (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankia, Bankinter y Popular). Ahora hay seis, pero el año que viene quedarían cuatro si se concretan las fusiones, aunque se podría añadir Unicaja-Liberbank por tamaño —ahora están fuera del Ibex—.

En aquel momento, los siete bancos del Ibex valían en bolsa más de 180.600 millones, que iban desde los 6.160 millones de Bankinter hasta los 74.000 millones de Banco Santander. Entre medias, estaban Popular (aún con más de 7.000 millones de capitalización), Sabadell (9.300 millones), Bankia (13.600 millones), CaixaBank (20.300 millones) y BBVA (50.000 millones).

Pero desde entonces, la banca ha experimentado una sangría que se resume en el desplome del 55% en el índice que aglutinaba las entonces siete entidades más grandes del país. Las seis que quedan en el Ibex valen, ahora, 92.500 millones. Popular pasó a valer cero con su resolución en junio de 2017, y en los extremos están Santander, con 48.200 millones, y Sabadell, con 2.400 millones. BBVA está en 25.000 millones, CaixaBank en 13.600 millones, Bankia en 4.700 millones... La fotografía ha mejorado desde la primera semana de septiembre por el repunte en bolsa que han experimentado con las fusiones.

Pero no sirve más que para maquillar el resultado de pérdidas generalizadas. Estos retrocesos son del 100% en Popular, del 70% en Sabadell, del 58% en Bankia, del 38% en Santander y BBVA, del 22% en Bankinter y del 19% en CaixaBank. Ningún banco se libra del desastre que ha sido ser accionista en los últimos años de la banca. En las cúpulas de la gran banca no ha cambiado nada, salvo por la jubilación de Francisco González en BBVA, que llevó a Carlos Torres a pasar de consejero delegado a presidente ejecutivo, o el paso a un lado de Isidre Fainé en 2016 para quedarse en la Fundación la Caixa, siendo relevado como presidente por Jordi Gual.

Este desastre bursátil se produce por las citadas pérdidas, pero también por el coste de oportunidad. El Ibex 35 cae un 21% en el mismo periodo. El selectivo está muy influenciado por el peso de la banca, que ha ido a menos, pero sigue siendo relevante, con una quinta parte del índice. BME lanzó al mercado hace cinco años otros dos índices, de empresas cotizadas del Ibex en energía y en construcción.

El Ibex 35 Energía sube en el periodo un 15%, resultado que está limitado por el impacto del covid, ya que llegó rozar el 30% cuando varias eléctricas estaban en máximos históricos a principios de 2020. Por su parte, el Ibex 35 Construcción se revaloriza en cinco años un 7%. Es decir, 1.000 euros invertidos en banca serían hoy 450 euros, mientras que en energía serían 1.150 euros y en construcción, 1.070 euros.

La banca ha sido una máquina de destrucción de valor para los accionistas desde la gran crisis financiera. Tras la caída de Lehman Brothers, las entidades han pasado por varios ciclos, todos ellos negativos para sus dueños. Esto es, la base accionarial, que ha sufrido recortes de dividendos y caída del precio de las acciones que no han estado acompasados en la misma intensidad por los sueldos y bonus de los ejecutivos.

Banca Ibex 35 Bolsas y Mercados Españoles (BME)
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