Maté (Tressis): “Si los beneficios responden, deberíamos ver nuevas subidas en bolsa”
La normativa MiFID II amenaza con un cambio drástico en la industria de inversiones. En Tressis esperan que sea una oportunidad para las firmas independientes
La normativa MiFID II amenaza con un cambio drástico en la industria de inversiones. Aunque aún no se conozca la transposición definitiva de una norma europea que vio la luz el 3 de enero, este cambio obliga a las empresas de la industria a invertir para adaptarse, aunque también genera oportunidades.
Esta es la tesis de José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis, que espera un crecimiento de las firmas independientes. Tressis cuenta con 3.900 millones de euros bajo gestión a través de sus ramas de gestión y asesoramiento, el negocio de fondos propios y la plataforma de productos de terceros.
PREGUNTA. ¿Qué objetivos tiene Tressis para 2018?
RESPUESTA. Los retos genéricos del sector. Las perspectivas de la industria son muy buenas. Hay una gran oportunidad para las empresas de asesoramiento y gestión, gracias al proceso de reestructuración que va a haber en el sector financiero. Nosotros tenemos un plan de crecimiento para crecer orgánica e inorgánicamente, gracias a las posibilidades que va a haber con la consolidación de otros jugadores. Las firmas independientes tenemos aún poca cuota de mercado y trataremos de arañarla a los bancos.
P. ¿Tressis contribuirá a la consolidación del sector con compras?
R. Estamos dispuestos a analizar compras. Hay una presión sobre la estructura, ya que se necesita afrontar costes tecnológicos y regulatorios, y por eso debes tener una masa crítica suficiente.
P. ¿Hay mercado para las firmas independientes?
R. Las independientes tenemos mucho que decir, porque somos especialistas, sin las cargas de las grandes entidades. Ahora se habla mucho de arquitectura abierta, porque lo exige la normativa (MiFID II) para vender fondos, cuando hace años tuvimos que explicar qué era. El mercado se mueve mucho para nosotros.
P. ¿Cambiará la industria MiFID II?
R. Con el servicio de asesoramiento no independiente se ha dejado una puerta abierta para las retrocesiones (parte de la comisión de un fondo que se queda el vendedor). MiFID II influirá en muchas entidades sin masa crítica, con cambios importantes en la comercialización del fondo, renta fija o ejecución en renta variable. Requiere inversión a corto plazo para adaptarse y masa crítica.
P. ¿Qué opinión tiene sobre cómo ha quedado la normativa?
R. Todo lo que sea proteger al inversor y la transparencia nunca están de más. Pero es fácil, si alguien no está contento con sus resultados, cambiarse. Hay cosas que son muy difíciles de entender. No todas las entidades prestan los mismos servicios ni todos los productos tienen las mismas características y riesgos para los inversores. El grado de protección desde UCIT (norma europea) es alto en gastos, operativa, diversificación, etc. Aplicar los mismos criterios de compraventa en fondos para renta variable o renta fija puede ser, cuanto menos, intenso. En asesoramiento, todo lo que es el registro de órdenes y las grabaciones de las conversaciones es un grado de protección exagerado. No responde a una demanda o necesidad del cliente. Entra en conflicto con otras áreas como la protección de datos.
P. ¿Cómo se ha adaptado Tressis?
R. Invirtiendo desde el punto de vista de la regulación. Desde el principio teníamos arquitectura abierta, hemos apostado por la formación en las redes y teníamos trazabilidad en las operaciones, con lo que estábamos en una situación favorable. Aun así, hay que adaptarse. Y siempre nos queda la duda de cuál será la interpretación del supervisor de la norma, porque todavía no está el texto definitivo ni está aprobado.
P. ¿Está preparado el cliente para pagar por el asesoramiento?
R. La duda es si el cliente percibirá el valor añadido del asesoramiento. El inversor podrá elegir entre asesoramiento independiente o no independiente. Tratamos desde hace tiempo de convencer al cliente de que merece la pena pasar a pagar explícitamente por el servicio de asesoramiento o gestión. En nuestro caso es el 40% de los clientes.
P. El escenario parece negativo en renta fija, ¿entiende el inversor conservador que debe esperar rentabilidades más reducidas?
R. Es complicado. Hay que contribuir a educar financieramente al cliente, porque una rentabilidad del 3% puede ser muy buena o pésima, se debe fijar el objetivo de la inversión. Los inversores van aprendiendo que deben renunciar a rentabilidad, aunque la memoria es corta y selectiva. Ha habido años buenos de mercados que se pueden convertir en una trampa. Es difícil obtener rentabilidad sin riesgo. Que haya gente dispuesta a invertir en bitcoin muestra la percepción tan baja que hay del riesgo. Por eso es importante la labor del asesor.
P. ¿Son tan optimistas con la renta variable como el consenso, pese al batacazo reciente?
P. Nos cuesta, pero somos optimistas desde el lado macro y microeconómico. Hay crecimiento económico sincronizado a nivel mundial, el 79% de los países con más de un 2%, inflación moderada, bancos centrales de Europa y Japón en modo expansivo y los beneficios empresariales aumentan. El año 2017 ha sido el ejercicio entre los últimos seis o siete años en que menos se han deteriorado las previsiones de crecimiento empresarial. La duda está en torno a las valoraciones fundamentales, que están por encima de las medias históricas. Nos ponen nerviosos los niveles alcanzados, asustan los máximos, pero los resultados empresariales lo soportan.
P. Con su afición al deporte y la incorporación del exfutbolista Javier Arizmendi en 2016, ¿han conseguido captar deportistas?
R. El deporte ayuda a aliviar el estrés, tener una rutina, organización, planificación y pensar a largo plazo. Hemos captado deportistas, pero menos de los que nos gustaría. Es un colectivo complicado por su edad, porque vive mucho el día a día y es gente joven. Tienen carreras cortas, lo que debería incentivar el ahorro a largo plazo, la planificación fiscal, y un asesor les puede ayudar, pero es difícil, aunque estamos en el buen camino.
La normativa MiFID II amenaza con un cambio drástico en la industria de inversiones. Aunque aún no se conozca la transposición definitiva de una norma europea que vio la luz el 3 de enero, este cambio obliga a las empresas de la industria a invertir para adaptarse, aunque también genera oportunidades.