Los laboratorios ‘roban’ el 15% de la cuota de mercado a las distribuidoras de medicamentos por la venta directa

La industria farmacéutica gana el pulso a las distribuidoras. Los laboratorios han pasado en cuestión de meses de una cuota del mercado de la distribución del 5 al 15% a cierre de 2006 saltándose el eslabón entre la empresa productora del fármaco y la oficina de farmacia, es decir, valiéndose de la venta directa, según datos facilitados por la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar). Así las cosas, los laboratorios se han convertido en la ‘segunda distribuidora’ del país con importantes consecuencias para el tradicional modelo farmacéutico español.

Dicho modelo garantiza el suministro de cualquier medicamento a cualquier hora y en cualquier farmacia del territorio nacional. Los contratos de venta directa entre la empresa farmacéutica y la oficina de farmacia únicamente tienen como objeto los productos de dicha empresa, se sirven en pedidos de 30 a 60 días y las farmacias con las que se realizan convenios suelen ser de gran tamaño y estar en grandes ciudades, dado que servir poca cantidad de fármacos y llevarlos a zonas rurales no resulta rentable, puesto que los márgenes de venta de medicamentos, cuyos precios están intervenidos por el Ministerio de Sanidad, se sitúan entre el 6 y el 7%.

Las múltiples cooperativas de distribución españolas y grupos multinacionales de distribución como Alliance Boots (grupo Safa) realizan de dos a cuatro entregas de pedidos de medicamentos diarios a cualquier oficina de farmacia. En España existe un ratio de una farmacia por cada 2.110 habitantes, es decir, más de 21.000 oficinas repartidas por la geografía nacional.

Antonio Mingorance, presidente de Fedifar, recuerda que por ley a las empresas distribuidoras se les exige llegar a todas las farmacias y con todo tipo de medicamentos “de más o menos rotación”, mientras que la industria tiene contabilizados contratos con tan sólo unas 3.000 oficinas de farmacia: “Estamos en clara desventaja frente al fomento de la venta directa porque, además, tenemos los mismos márgenes de beneficio en los productos, 6,6%”.

El incremento de la venta directa, las reducciones de precios de los fármacos derivada de la nueva Ley del Medicamento y la liberalización del 25% del capital de las oficinas de farmacia con la última Ley de Sociedades apuntan a cambios profundos en el modelo de farmacia español. Antonio Abril, presidente de la Hermandad Farmacéutica del Mediterráneo, admite que la venta directa “siempre ha existido” pero guardaba un equilibrio con la distribución tradicional. “El problema es que ese equilibrio se ha roto y hay que preguntarse qué modelo queremos”, explica Abril, “uno en el que tengamos una farmacia a cinco minutos o a doscientos kilómetros de casa”.

Inmaculada Pons, consejera delegada de Alliance Boots, asegura que “las cifras de la industria son poco transparentes, pero que se sabe que los contratos de venta directa se circunscriben a medicamentos para enfermedades de tipo crónico tales como el colesterol o la diabetes, casos para los que incluso en países como Noruega e Italia los laboratorios se saltan toda la cadena y venden directamente al paciente”.

El melón de la venta directa

La campaña agresiva de la industria para fomentar la venta directa a las farmacias vino de la mano de Emilio Moraleda, presidente de la farmacéutica estadounidense Pfizer en España, durante su mandato bianual al frente de Farmaindustria, patronal española de los laboratorios, mandato que terminó el pasado octubre siendo sustituido por el catalán Antoni Esteve de Laboratorios Esteve.