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Puig cierra plano en una modesta salida a bolsa, pero sigue como firme candidato al Ibex
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Es la 15ª cotizada más grande

Puig cierra plano en una modesta salida a bolsa, pero sigue como firme candidato al Ibex

Las acciones de la compañía llegaron a repuntar hasta un 7% nada más tocar la campana en la bolsa de Barcelona, pero ahora han perdido fuerza y cierran prácticamente planas

Foto: El presidente y consejero delegado de Puig, Marc Puig, realiza el tradicional toque de campana en la salida a bolsa. (Reuters/Albert Gea)
El presidente y consejero delegado de Puig, Marc Puig, realiza el tradicional toque de campana en la salida a bolsa. (Reuters/Albert Gea)
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Puig ya es una empresa cotizada. La multinacional de moda y cosmética ha debutado este viernes en bolsa y sus acciones han llegado a repuntar hasta un 7% justo después del tradicional toque de campana efectuado sobre el parqué de Barcelona. Sin embargo, poco después se han ido desinflando y cierran finalmente planas, en los 24,50 euros, que era su precio de partida.

El movimiento anodino de estos momentos contrasta con el interés que había despertado en el mercado previamente. Antes de salir a bolsa, se había detectado un apetito inversor que quedó demostrado con la sobresuscripción de la oferta que se observó en todos los rangos de precios. De hecho, algunas casas de análisis, como Bankinter, consideraban razonable "tomar posiciones por debajo del rango entre 30 euros y 31 euros", con lo que le otorgaban un potencial alcista de hasta el 26%.

Pero lo más importante para la familia Puig, que hasta ahora ostentaba el control absoluto de la compañía, es que han cumplido con éxito su objetivo de captar hasta 3.000 millones. Son unos ingresos que destinará para refinanciar las adquisiciones de participaciones adicionales en dos empresas: Byredo y Charlotte Tilbury. Además, financiará el apoyo a la estrategia de crecimiento del porfolio y las marcas de la sociedad.

"Respaldados por la confianza de los inversores en nuestra estrategia, continuaremos construyendo nuestro portfolio de marcas propias focalizándonos en ampliar nuestro liderazgo en productos de prestigio y fragancias de nicho, mientras invertimos en nuestros mercados principales y apoyamos nuestra expansión en geografías de alto potencial", ha señalado su presidente y consejero delegado, Marc Puig, en el discurso previo al toque de campana.

Se había detectado un apetito inversor tras la sobresuscripción de la oferta que se observó en todos los rangos de precios

Con su salto al parqué, la multinacional cosmética ha puesto fin a casi dos años sin ver un debut en el mercado español — la última fue Opdenergy en julio de 2022—. Se convierte, además, en la compañía más grande en dar el salto al parqué desde que lo hiciese Aena en 2015, hace ya nueve años.

Candidato al Ibex

Por el momento, su capitalización bursátil se sitúa en el entorno de los 13.900 millones de euros. Se consolida así como la decimoquinta empresa más grande de toda la bolsa española, una credencial que le servirá para llegar próximamente en el Ibex 35. Aun sin formar parte del principal selectivo español, tiene mayor tamaño que más de la mitad de las empresas que ya están dentro. Concretamente, se ubica entre Repsol e IAG, que tienen un tamaño de 17.500 y 10.300 millones, respectivamente.

Aunque para cotizar en el Ibex también se tiene en cuenta la liquidez. Aun así, tampoco parece que llegue a suponer un escollo para que a Puig se le abran las puertas del mayor escaparate de la bolsa española, aunque es cierto que la familia retendrá en sus manos una amplia mayoría del capital. Mantiene el 71,7% de las acciones, que sumado a la participación del 3,05% que CriteriaCaixa ya ha anunciado que ha adquirido, deja un free float (acciones en circulación) del 25,25%.

De esta forma, la familia Puig también tiene más que asegurado el control político, aglutinando el 92,5% de los derechos de voto. Esa diferencia se explica por los dos tipos de acciones en los que se divide la compañía tras la salida a bolsa. Por un lado están las de clase A, que tienen cinco derechos de voto y se mantienen en manos de la familia. Por otro, las de clase B, que cuentan con solo un derecho de voto y son las que han salido a cotizar. Eso sí, ambas tienen el mismo precio.

Evitan así sustos en las juntas de accionistas, ya que ni los inversores institucionales ni los minoristas podrán tumbar aspectos esenciales como la aprobación de las cuentas o la remuneración de los consejeros. Pero cotizar en bolsa, aunque se mantenga el control político de la compañía, supone exponerse al escrutinio de los inversores y los reguladores. Si el mercado aprueba o no la gestión de la familia, se verá en la evolución de la cotización. Además, ahora deben cumplir con las exigencias de la CNMV y su Código de Buen Gobierno.

La familia Puig también tiene más que asegurado el control político, aglutinando el 92,5% de los derechos de voto

Precisamente, para satisfacer los requerimientos de la CNMV antes de salir a bolsa, reordenó su Consejo de Administración. Nombró como consejeras independientes a María Dolores Dancausa, presidenta de Bankinter, y Tina Müller, consejera delegada de Weleda. Al mismo tiempo, sacó a tres miembros de la familia: Marian Puig Guasch, Jordi Puig Alsina y Xavier Puig Alsina. Cumple así con la exigencia de que la mitad de los miembros sean independientes

Puig ya es una empresa cotizada. La multinacional de moda y cosmética ha debutado este viernes en bolsa y sus acciones han llegado a repuntar hasta un 7% justo después del tradicional toque de campana efectuado sobre el parqué de Barcelona. Sin embargo, poco después se han ido desinflando y cierran finalmente planas, en los 24,50 euros, que era su precio de partida.

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