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Amaneciendo junto al zorro en Monfragüe
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Amaneciendo junto al zorro en Monfragüe

Omnipresentes en la península Ibérica, tienen una gran capacidad de adaptación. En la península ibérica se encuentra en todo tipo de hábitats: a nivel de mar, en desiertos y hasta las cumbres más altas de las montañas

Foto: Un zorro que ha capturado una presa en el pirineo. (Andoni Canela)
Un zorro que ha capturado una presa en el pirineo. (Andoni Canela)

Aún no ha salido el sol. Una pareja de ciervos corre bajo las encinas. De repente, observo también un zorro (Vulpes vulpes). Hay muy poca luz, y faltan los tonos cálidos del sol, pero se crea una atmósfera mágica. La luz misteriosa se refleja en los ojos del raposo. En un instante se percata de que estoy allí y nuestras miradas se cruzan. Nos quedamos atentos el uno al otro. Ambos sorprendidos, compartiendo el íntimo momento del amanecer. Me encuentro en el Parque Nacional de Monfragüe, un auténtico refugio de la fauna mediterránea. Allí viven muchas de las especies más emblemáticas de estos hábitats. Incluso el lince, que desapareció de esta zona, pero que ha vuelto. El que nunca se fue es el zorro. Es durante la noche y en las primeras y últimas horas del día es cuando este carnívoro está más activo.

placeholder Ejemplares jóvenes de zorro. (Andoni Canela)
Ejemplares jóvenes de zorro. (Andoni Canela)

El pelaje del zorro suele ser rojizo, aunque hay ejemplares más grises. Tienen una cola larga y muy peluda que acaba con una punta de pelo blanco que los hace muy reconocibles.

Zorros, auténticos todoterreno

A muchos kilómetros de Monfragüe me encuentro con otro zorro. Es un entorno muy diferente, un paisaje nevado del Valle de Arán a casi 2.000 metros de altura. El zorro camina con tranquilidad en busca de algún topo o ratón que pueda detectar.

placeholder Un zorro en la nieve del Pirineo. (Andoni Canela)
Un zorro en la nieve del Pirineo. (Andoni Canela)

Los zorros, omnipresentes en la península Ibérica, tienen una gran capacidad de adaptación. En la península ibérica se encuentra en todo tipo de hábitats: a nivel de mar, en desiertos y hasta las cumbres más altas de las montañas, cerca de los 3.000 metros de altura. Esta habilidad para adaptarse a cualquier paisaje y comer casi cualquier cosa son las claves de su éxito.

Entre prados alpinos

En primavera, en un prado florido de alta montaña, sorprendo a otro zorro. Él mismo acaba de sorprender a una rata topera. La ha cazado mientras lo seguía con los prismáticos. Tomo unas fotografías y a través de la cámara le veo marchar con la rata en sus fauces en dirección a su madriguera.

placeholder Zorro en Monfragüe. (Andoni Canela)
Zorro en Monfragüe. (Andoni Canela)

La alimentación del zorro es muy variada. Los micromamíferos, los conejos y las liebres componen gran parte de su dieta del zorro en la península, pero no desaprovechan ninguna oportunidad y prácticamente comen de todo: desde carroña a reptiles, peces, cangrejos, insectos y gran cantidad de frutos. Su menú varía según el lugar donde se encuentre y la época del año.

El zorro es, en general, abundante en todo el territorio peninsular. Está clasificado como especie cinegética, y la caza directa es la principal muerte no natural del zorro junto a los atropellos. Aparte, el peligro principal son las trampas y el envenenamiento (que puede afectar gravemente a otras especies más amenazadas). En algunas zonas de caza se efectúan controles de depredadores que buscan eliminar a los zorros y otros carnívoros al ser considerados como alimañas.

Aún no ha salido el sol. Una pareja de ciervos corre bajo las encinas. De repente, observo también un zorro (Vulpes vulpes). Hay muy poca luz, y faltan los tonos cálidos del sol, pero se crea una atmósfera mágica. La luz misteriosa se refleja en los ojos del raposo. En un instante se percata de que estoy allí y nuestras miradas se cruzan. Nos quedamos atentos el uno al otro. Ambos sorprendidos, compartiendo el íntimo momento del amanecer. Me encuentro en el Parque Nacional de Monfragüe, un auténtico refugio de la fauna mediterránea. Allí viven muchas de las especies más emblemáticas de estos hábitats. Incluso el lince, que desapareció de esta zona, pero que ha vuelto. El que nunca se fue es el zorro. Es durante la noche y en las primeras y últimas horas del día es cuando este carnívoro está más activo.

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