Infraestructuras verdes y soluciones basadas en la naturaleza para proteger el medioambiente

Hace 51 años que las Naciones Unidas introdujeron el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente para llamar la atención sobre el descuido de nuestro planeta y, de esta forma, ponerle freno y plantar la semilla de la conciencia ambiental, el reciclaje y la ecología.

El lema de este 5J es #SinContaminaciónPorPlásticos. ¿Un dato que ilustra este desafío? Cada año se producen 400 millones de toneladas de plástico en todo el mundo, de acuerdo a los datos de Naciones Unidas. Menos del 10% se recicla y entre 19 y 23 millones terminan en vertederos y océanos. Es doblemente pernicioso: para la salud y para el medio (degradación de los ecosistemas terrestres y marinos, pérdida de biodiversidad…).

Más allá del plástico, urge sumar esfuerzos y acelerar la reducción de la huella de carbono. Es aquí donde entran en juego las llamadas ‘infraestructuras verdes’. ¿En qué consisten? Se trata de replicar lo que ya existe en la naturaleza para regenerar nuevos ecosistemas. Crean espacios naturales de forma artificial donde se abre paso la biodiversidad a través de medidas ambientales que aplican la innovación tecnológica e implican a todos los actores (administraciones públicas, sector privado y ciudadanía) para transformar el paisaje.

Humedales de agua regenerada

Veámos ahora qué se está haciendo en España en esta apuesta por las infraestructuras verdes. Aquí entra en juego el grupo Veolia, comprometido contra el cambio climático y la protección del medio. Nuestra primera parada nos lleva al Pirineo Oriental, a la provincia de Girona.

Parque Natural de la zona volcánica de La Garrotxa (Girona). Espacio singular de la geografía ibérica con más de 40 conos volcánicos y más de 20 coladas de lava en el corazón de la cordillera pirenaica, con una biodiversidad tan delicada como peculiar donde se ha logrado restaurar los humedales de depuración de la estación de Begudá.

Para ello se retiraron los sedimentos de tres balsas, lo que mejoró visiblemente el ecosistema del río Turonell; se limpiaron los márgenes para eliminar plantas invasoras y se incorporó vegetación de ribera y fauna autóctona. Además, se transformó una zona yerma y seca en un prado de flores silvestres típico de La Garrotxa para darle la bienvenida a las especies polinizadoras con refugios para murciélagos y anfibios, que son los guardianes del equilibrio natural.

Ejecutarlo conllevó un acuerdo a tres bandas entre Agbar -integrado en Veolia-, el ayuntamiento de Sant Joan y el consejo comarcal de La Garrotxa.

Parque de El Recorral, en Rojales (Alicante). En este espacio se creó una zona húmeda artificial con agua regenerada que evita vertidos al medio en episodios de lluvias torrenciales y que preserva el agua en un contexto de sequía.

El resultado es un parque de lagunas artificiales equipado con cajas nido para aves y murciélagos que se encargan de regular los insectos (evitando plagas de procesionaria y mosquitos) y evitan el uso de pesticidas favoreciendo la biodiversidad.

Economía circular y residuo cero

Además de estas infraestructuras verdes que replican los ecosistemas que ya existen en la naturaleza, están en marcha otras soluciones con una filosofía común: aplicar la economía circular y procurar que el residuo que generan sea cero. En este camino, la innovación tecnológica y la digitalización son un aliado para construir nuevas soluciones ambientales como reciclar los plásticos para envases reutilizables sin necesidad de producir más o hacer de los lodos un abono natural libre de químicos.

Las antiguas depuradoras tradicionales se han transformado en ecofactorías; capaces de regenerar el agua con nuevos usos como riego agrícola, limpieza de calles… Al mismo tiempo, valorizan residuos para producir nuevos recursos aplicando la descarbonización. Un ejemplo, aprovechan los lodos como abono agrícola y como materia prima para los nuevos biocombustibles.

¿Dónde? Ya se aplica en distintas comunidades autónomas pero nos fijamos en BioSur en Granada, o Baix Llobregat, en Barcelona, que se toman como modelo europeo por su gestión integral del ciclo del agua y su contribución a la transformación ecológica de las ciudades.

Revalorización de los residuos. Prácticamente todos los residuos, incluso los más complejos, se pueden revalorizar como materiales o energía fomentando la economía circular mediante la recolección y el reciclaje para casar el progreso con la protección ambiental.

En Rojales (Alicante), se ha creado una zona húmeda artificial que preserva el agua en un contexto de sequía

Atendiendo al lema de la ONU para este 5J, este 2023 prestamos especial atención al reaprovechamiento de los plásticos y a estas dos plantas de reciclaje que trabajan para darles nuevos usos.

Red by Veolia, en Alcalá de Guadaira (Sevilla). En esta planta reciclan plásticos industriales, posconsumo -envases de alimentos,...- y agrícolas. Tiene capacidad para tratar 120.000 toneladas de residuos plásticos cada año que proceden del mercado nacional e internacional.

TorrePET by Veolia, en Torremejía (Badajoz). Aquí le dan una segunda vida al plástico al transformarlo de nuevo en materia prima secundaria para nuevos envases, especialmente para la industria alimentaria (y evitar su proliferación). Cuenta con un departamento propio de I+D a la vanguardia del reciclaje PET y procesan más de 60.000 toneladas anuales de estos residuos tan comunes en nuestros hogares.

En definitiva, una mayor conciencia ambiental demanda soluciones ecosostenibles, respetuosas con nuestro medio que pongan en valor y protejan los recursos naturales al tiempo que aplican la tecnología para revalorizar productos y darles una segunda vida que ayude a nuestro planeta.