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Una fábrica de explosivos junto a las grandes balsas mineras de Riotinto ¿nos hemos vuelto locos?
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Un desastre mayor al de Aznalcóllar

Una fábrica de explosivos junto a las grandes balsas mineras de Riotinto ¿nos hemos vuelto locos?

Ecologistas, agricultores y vecinos de la cuenca minera andaluza temen que la instalación de esta planta sea el detonante final que haga estallar la ‘bomba de relojería’ de las presas de lodos tóxicos

Foto: El desastre ecológico de Aznalcóllar podría repetirse (EFE/M.Gracia)
El desastre ecológico de Aznalcóllar podría repetirse (EFE/M.Gracia)

La empresa Orica Explosivos Industriales, dedicada a la fabricación, almacenaje y comercialización de material explosivo, aguarda el permiso del Ayuntamiento de El Campillo, municipio de la cuenca minera de Riotinto (Huelva), para empezar a construir un equipamiento industrial compuesto por una fábrica y un gran almacén que ocuparían más de 750.000 metros cuadrados, todo ello en las inmediaciones de una gran balsa de lodos de la empresa minera Atalaya Mining ubicada en la misma zona.

Se trata de una de las balsas de residuos tóxicos más grandes de España, cuya rotura generaría una catástrofe medioambiental mucho más grave que la del desastre de Aznalcóllar de 1998. En aquella ocasión la fractura de la balsa que la empresa minera sueca Boliden tenía en la zona, de las mismas características pero mucho más pequeña, provocó el vertido incontrolado de millones de metros cúbicos de metales pesados y lodos contaminados en el entorno. Unos materiales altamente tóxicos que arrasaron más de 4.500 hectáreas de la cuenca del Guadiamar, en el entorno de Doñana, causando la mayor catástrofe ecológica de España.

Foto: La minería submarina amenaza la última frontera del planeta: el océano profundo. (EFE/Mario Guzmán)

Para la organización Ecologistas en Acción resulta más que evidente que el proyecto de Orica no puede ser aprobado, pues “no es la ubicación más adecuada para una fábrica de materiales explosivos, ya que se encuentra demasiado cerca de la presa de recrecimiento de la balsa de lodos tóxicos de Aguzadera”. Y es que esta gigantesca piscina de lodos tóxicos, que lleva años acusando fugas y filtraciones, amenaza con resquebrajarse definitivamente en cualquier momento, tal y como vienen alertando desde esta organización. En cambio, a pesar de ese alto riesgo, no dejan de aumentarla en tamaño a base de recrecidas.

Una amenaza directa

En conversación con El Confidencial, Isidoro Albarreal, responsable del área de minas de Ecologistas en Acción en Andalucía, señala el grave riesgo que supondría la construcción de una fábrica de explosivos junto a lo que muchos expertos consideran ‘una bomba de relojería a punto de explotar’, por lo que su autorización representaría una amenaza directa al entorno y sus habitantes.

“La presa de la balsa de Aguzadera se ha recrecido mediante el método de aguas arriba -señala este experto- que es el método más peligroso de recrecimiento”. Se trata del mismo método que acabó dando lugar a desastres como el de Aznalcóllar en 1998 o las tragedias de Mariana (2015), conocida como 'el Chernobil brasileño' y Brumadinho (2019), en Brasil, que además de constituir la mayor catástrofe ecológica de toda Sudamérica, causaron centenares de víctimas mortales entre la población. “De hecho, ese método ya está prohibido en Chile y en Brasil”.

placeholder Recrecimiento actual de la balsa de Aguzadera (EeA)
Recrecimiento actual de la balsa de Aguzadera (EeA)

Incluso existe un informe científico que desaconseja la construcción de la fábrica de Orica Explosivos Industriales en aplicación del más elemental principio de precaución. “En septiembre de 2019 -añade Albarreal- un técnico especialista en seguridad de presas mineras ya advirtió del riesgo de rotura por licuefacción [el paso de sólido a líquido de los lodos almacenados] de las presas de Riotinto, señalando que uno de los detonantes más peligrosos para esa rotura podrían ser los posibles movimientos sísmicos o las explosiones cercanas. Por tanto, esa fábrica con material explosivo incrementa claramente el riesgo de rotura”.

Nunca una fábrica de explosivos

Albarreal se refiere al estudio que el prestigioso profesor Steven H. Emerman, de la Universidad de Utah (EEUU), uno de los mayores especialistas del mundo en hidrología y geofísica de las presas de lodos mineros, elaboró hace cinco años sobre el estado de conservación de las balsas de la cuenca minera de Riotinto y su grado de amenaza, tanto para el medio ambiente como para las personas.

placeholder Protesta ecologista en Riotinto (EFE/Pedro Armestre)
Protesta ecologista en Riotinto (EFE/Pedro Armestre)

En su informe final, este científico advirtió que el diseño de las presas era defectuoso, que la cantidad de agua que contenían los lodos era demasiado alta, y que se estaba iniciando la erosión interna de las paredes, amenazando con rotura. Por todo ello pronosticó que había “casi un cien por cien de posibilidades” de que la mayoría de las balsas colapsaran “en no más de un par de décadas”, por lo que recomendaba a las autoridades que, en lugar de seguir otorgando permisos para aumentar la actividad minera, procediera a “paralizar el vertido de lodos y proceder a su drenaje”, evitando asimismo actividades de riesgo en la zona, entre las que acaso no exista otra de mayor riesgo que la construcción de una fábrica de explosivos..

En cambio, en lugar de seguir su consejo, y como comenta a El Confidencial el representante de Ecologistas en Acción “las balsas de Riotinto siguen en un proceso continuo de recrecimiento que podría llevarlas a alcanzar una cota de más de cuarenta metros superior a la actual, lo que permitiría incrementar en 161 millones de toneladas los lodos depositados en ella. Eso significaría dotarlas de una capacidad total cercana a los 300 millones de toneladas”. La balsa siniestrada en Aznalcóllar tenía un contenido inferior a los 20 millones de toneladas.

Foto: Debemos recuperar el equilibrio con la naturaleza. (EFE) Opinión

Por todo ello, tanto desde esta organización como desde el resto de plataformas ciudadanas, organizaciones agrarias y otros colectivos de defensa del territorio, esperan que el Ayuntamiento de El Campillo anteponga la seguridad ciudadana y medioambiental y niegue el permiso de construcción de la fábrica de explosivos a Orica. “Según nuestras informaciones –comenta por último Isidoro Albarreal–, la nueva instalación de materiales explosivos ha estado en fase de información pública en el Ayuntamiento y suponemos que estará igualmente en tramitación ante la Subdelegación del Gobierno en Huelva. Esperamos que las administraciones desestimen la autorización de este peligroso proyecto en aras de los principios de seguridad y precaución”.

La empresa Orica Explosivos Industriales, dedicada a la fabricación, almacenaje y comercialización de material explosivo, aguarda el permiso del Ayuntamiento de El Campillo, municipio de la cuenca minera de Riotinto (Huelva), para empezar a construir un equipamiento industrial compuesto por una fábrica y un gran almacén que ocuparían más de 750.000 metros cuadrados, todo ello en las inmediaciones de una gran balsa de lodos de la empresa minera Atalaya Mining ubicada en la misma zona.

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