De grandes e inertes 'polígonos de olivos' a olivares llenos de vida

Un extenso campo de olivos, y solo de olivos, requiere el uso continuado de fertilizantes y fitosanitarios para mantener los árboles sin afecciones de plagas y con los nutrientes suficientes para que den sus frutos. Los monocultivos de olivos son asimismo más vulnerables a la erosión del suelo y el avance de la desertización.

Frente a este paisaje monocolor, los proyectos de policultivos que combinan olivares, plantas aromáticas y otras herbáceas están demostrando que los olivares rodeados de biodiversidad ahorran en agroquímicos y proporcionan un valor añadido a sus producciones. Además, con la cobertura vegetal que acompaña al olivo, se duplica el secuestro de carbono. El futuro de la biodiversidad se juega también en la agricultura.

"Sabíamos el potencial de recuperación que tiene el olivar, pero en muy poco tiempo hemos recuperado mucha biodiversidad"

El proyecto Life Olivares Vivos, de SEO/BirdLife, lleva seis años cambiando el modelo de monocultivo de olivos por un nuevo concepto de ‘olivicultura’ en el que se incorporan especies autóctonas de flora y se instalan cajas y postes nido, bebederos, nidales para insectos o refugios para la fauna, con el fin de aumentar la biodiversidad de especies y que contribuyan a la polinización, a la vez que actúan como control de plagas.

TE PUEDE INTERESAR

La crisis climática y la pérdida de biodiversidad deben afrontarse de manera conjunta

Planeta A

José Eugenio Gutiérrez, coordinador del proyecto desde SEO/Birdlife, nos explica que eligieron 40 olivares: en 20 se realizaron actuaciones de mejora de la biodiversidad y en los otros 20 no se actuó, para posteriormente comprobar y comparar resultados. “En los 20 olivares seleccionados, no se han utilizado herbicidas y se ha reforestado con vegetación autóctona, con más de 55 especies leñosas; en total, hemos puesto más de 30.000 individuos”, nos explica.

La vegetación autóctona asociada al olivar es también una fuente de compensación de biodiversidad, ya que atrae a nuevas especies de aves, anfibios y reptiles. Para conseguir que se establecieran y las aves nidificaran, se crearon charcas y se hicieron muretes para reptiles, expone Gutiérrez. Y los resultados han sido sorprendentes.

Los estudios realizados por investigadores de la Universidad de Jaén y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) señalan que en las 20 fincas de olivares situadas en Jaén se han encontrado unas 30 especies nuevas por olivar que no habitaban allí antes. Aparecieron una media de tres especies de aves nuevas por olivar y 25 de abejas, lo que es muy buen indicador de recuperación de biodiversidad. “Los resultados han sido muy buenos y nos han sorprendido, porque sabíamos del potencial de recuperación que tiene el olivar, pero en muy poco tiempo hemos recuperado mucha biodiversidad”, apunta Gutiérrez.

TE PUEDE INTERESAR

Ecologistas exigen "contundencia" al Gobierno contra crisis de biodiversidad

EFE

Con la llegada de nuevas especies, los policultivos de olivo se benefician por el ahorro de fertilizantes y plaguicidas y el valor añadido de sus producciones, por un aumento de la demanda del aceite de oliva virgen extra al ser un producto de conserva la biodiversidad. Gutiérrez destaca que “el uso de fertilizantes y fitosanitarios se ha reducido un 22%, lo que supone un importante ahorro de costes y eso indica que es un modelo rentable, y además se reduce el impacto del uso excesivo de agroquímicos”.

A raíz de los buenos resultados, ya hay 700 solicitudes de agricultores y agricultoras para obtener la certificación de Olivares Vivos que se pondrán en marcha el año que viene. El aceite que salga de estos olivares tendrá un certificado de “producto que recupera biodiversidad”, lo que proporciona un valor añadido. “Olivares Vivos trasciende el sistema agrario y va al sistema agroalimentario, implicando a consumidores”, añade Gutiérrez.

Aceituna, esencias y miel

En el sureste de Madrid, el proyecto Olivares de Miel ha puesto el foco en la combinación de olivos, plantas aromáticas y abejas mieleras, de los que se obtendrán aceituna, esencias y miel. Eva Miquel, apicultora, explica que se plantaron romero, lavandín y lavanda, pero el romero no arraigó porque necesita más humedad en el suelo, y continúan con las dos restantes.

Las fincas en las que se están llevando a cabo este interesante proyecto están situadas en los municipios madrileños de Estremera, Aranjuez, Colmenar de Oreja, Carabaña y Perales de Tajuña. Las aromáticas se plantan en todas las calles, ya que la separación entre olivos es de 10 metros y hay espacio suficiente para recoger la aceituna y arar, explica Miquel. “En verano, tengo que trashumar mis colmenas porque ya no queda nada en la zona, y las abejas necesitan floración en verano”, explica Eva Miquel, por lo que las plantas aromáticas que florecen en verano son óptimas para las abejas.

Con la plantación de aromáticas también se espera conseguir una mejora del suelo por el aumento del contenido de materia orgánica, mejora de la permeabilidad e incremento del secuestro de carbono. “Los polinizadores y las abejas fijan el suelo, porque todas las floraciones que salgan alrededor, las van a polinizar y el monte se va a regenerar mejor”, explica Miquel. Además, añade que “los setos de aromáticas evitan la escorrentía y la erosión de suelo será menor”. Se trata de proyectos que combinan de manera eficaz agricultura y conservación de la biodiversidad.