La crisis climática y la pérdida de biodiversidad deben afrontarse de manera conjunta
Los principales investigadores que estudian la evolución de ambos dilemas en todo el mundo, demuestran su relación directa y piden que se afronten a la vez para evitar su agravamiento
La Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por su sigla en inglés) y el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climátoico de la ONU (IPCC) han elaborado un informe conjunto sobre biodiversidad y cambio climático en el que ambos organismos intergubernamentales hacen un llamamiento a los líderes políticos para que aborden de manera urgente y a la vez ambas crisis.
El estudio, en el que han participado medio centenar de los principales expertos mundiales en biodiversidad y clima, concluye que las políticas anteriores han abordado en gran medida la pérdida de biodiversidad y el cambio climático de forma independiente, pero que la demostrada interrelación entre ambos problemas obliga a afrontarlos de manera complementaria.
"La tierra y los océanos ya están haciendo mucho -absorbiendo casi el 50% del CO₂ antropogénico-, pero la naturaleza no puede hacerlo todo"
La naturaleza ofrece medios eficaces para ayudar a mitigar el cambio climático, pero estas soluciones solo pueden ser efectivas si se basan en reducciones ambiciosas de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) causadas por el hombre.
Entre otras recomendaciones el informe señala la necesidad de detener la pérdida y la degradación de los ecosistemas ricos en carbono y especies en la tierra y en el océano, así como la obligación de restaurarlos.
Para ello proponen que se impulsen en todo el mundo las prácticas agrícolas y forestales sostenibles, eliminar las subvenciones que apoyan actividades locales y nacionales perjudiciales para la biodiversidad y aumentar y orientar mejor los proyectos de conservación integrándolos con los de acción climática. Asimismo proponen que cuando las soluciones basadas en la naturaleza se utilizan como compensaciones de carbono no supongan un retraso de las acciones de mitigación en otros sectores.
Los autores también alertan sobre la necesidad de detener las medidas de mitigación y adaptación a la crisis climática que puedan ser perjudiciales para la biodiversidad, como los grandes proyectos de monocultivos bioenergéticos, las grandes plantaciones monovarietales de árboles alóctonos en ecosistemas que históricamente no han sido bosques o el aumento de los regadíos para afrontar las situaciones de sequía
El informe recuerda que el 77% de la tierra (excluyendo la Antártida) y el 87% de la superficie del océano han sido modificados por las actividades humanas y que para garantizar un clima habitable y una biodiversidad sostenible se deberían proteger entre el 30% y el 50% de las superficies oceánicas y terrestres y mantener o restaurar el 20% de los hábitats autóctonos del planeta.
Uno de los apartados hace especial hincapié en el impacto de la alimentación en las crisis climática, señalando que, a nivel mundial, se calcula que el sistema alimentario es responsable de entre el 21 y el 37% del total de las emisiones netas de GEI, si se incluyen las actividades previas y posteriores a la producción.
Para Ana María Hernández Salgar, Presidenta de IPBES "La tierra y los océanos ya están haciendo mucho -absorbiendo casi el 50% del CO₂ procedente de las emisiones humanas-, pero la naturaleza no puede hacerlo todo. Es necesario un cambio transformador en todas las partes de la sociedad y de nuestra economía para estabilizar nuestro clima, detener la pérdida de biodiversidad y trazar el camino hacia el futuro sostenible que queremos. Esto también requerirá que abordemos ambas crisis juntas, de forma complementaria".
La Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por su sigla en inglés) y el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climátoico de la ONU (IPCC) han elaborado un informe conjunto sobre biodiversidad y cambio climático en el que ambos organismos intergubernamentales hacen un llamamiento a los líderes políticos para que aborden de manera urgente y a la vez ambas crisis.