La rentabilidad de los bufetes reflota a costa de recortar bonus y subidas de sueldo

Brotes verdes... aunque con matices. Tras casi dos años bajo mínimos, la rentabilidad de los bufetes recupera el vigor previo del que disfrutaba antes del comienzo de 2022, momento en el que comenzó a sufrir las sacudidas de la inflación y la posterior invasión de Ucrania. El pesimismo que respiraba el sector en la segunda mitad del pasado ejercicio, tras un primer semestre en el que se preveía una reactivación que después no llegó, parece que, al fin, deja lugar a un razonable optimismo. Contribuyen a ello la estabilización de los principales focos de incertidumbre. Aunque, visto el calendario internacional y el recalentamiento de las tensiones geopolíticas, conviene no echar las campanas al vuelo. En todo caso, a falta de nuevos acontecimientos, los beneficios en los grandes despachos arrancan el año tomándose un respiro tras 24 meses en la UVI.

Así lo revela el último Índice Financiero de los Despachos de Abogados —LFFI, por sus siglas en inglés—, que elabora el Instituto Thomson Reuters. El indicador se situó en 57 puntos al cierre del cuarto trimestre de 2023, siete puntos más que en el anterior estudio, empujado por la demanda de servicios jurídicos, la productividad de los bufetes y un relajamiento en el incremento de costes. La rentabilidad, subrayan los autores del índice, vuelve a "un terreno familiar" para los socios de las firmas. La mala noticia para los abogados y el resto de profesionales de los despachos es que la mitigación de los gastos se produjo, en buena medida, a costa de controlar las revisiones salariales y los bonus.

Lo revelado por el LFFI, índice elaborado con las respuestas ofrecidas por los despachos de abogados del mercado norteamericano, concuerda con lo que puso de manifiesto el estudio Análisis comparativo de las retribuciones en los despachos en España 2023, elaborado por la consultora Signium, que cifraba los aumentos en los abogados entre siete y ocho años de experiencia en un 2,64% —frente al 4,52% de 2022— y de un 0,52% de los de entre nueve y diez años de experiencia —frente al 4,53% del año anterior—. De esta moderación en las alzas, sin embargo, se salvan los júniors y asociados más jóvenes, que vieron elevar sus remuneraciones en el entorno del 5%.

"Si bien la demanda de servicios anticíclicos no ha permitido a la industria alcanzar los niveles de actividad de 2021, al menos sí ha ayudado a superar el efecto del estancamiento del mercado transaccional que, en lo relativo a las horas trabajadas, parece haber dejado atrás su punto más bajo", señalan desde Thomson Reuters. Si bien las revisiones salariales y los variables sufrieron un frenazo, el estudio apunta a que las plantillas siguieron creciendo como regla general —tendencia que también se aprecia en España—. El talento sigue siendo cada vez más escaso, lo que permite augurar que la tregua en la batalla salarial puede ser breve, empujando a una revitalización de los costes salariales en los próximos trimestres.

Los autores del informe apuntan a que los 57 puntos de LFFI se han conseguido gracias a que, por primera vez desde el estallido del covid, los bufetes "parecen no verse acosados por la tumultuosa montaña rusa de acontecimientos" desatada en la década de 2020. En este sentido, el sector regresa a las épocas en las que "los puntos de referencia del mercado son más fáciles de interpretar", facilitando la navegación a través de los mismos.

Las señales de optimismo que envía el índice que elabora el Instituto Thomson Reuters se dejan sentir en las últimas declaraciones de los máximos responsables de los grandes despachos en España. Es el caso de José Vicente Morote, socio director de Andersen, que señaló que, tras crecer un 23% en 2023, su previsión para el presente ejercicio es disparar los ingresos del bufete hasta el 30%. "Será el año de mayor crecimiento de nuestra historia", afirmó en entrevista con este diario.

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En la misma línea se manifestó Esteban Ceca, socio director de Ceca Magán. La firma, que ya ha superado la cota de los 20 millones de euros, se ha propuesto conquistar los 30 millones en 2026, una frontera que no sería descartable que superaran antes. "Tenemos la sensación de estar muy ocupados, aunque el M&A y el Inmobiliario haya menos actividad", afirmó, por su parte, Eduardo Peñacoba, socio director de Simmons & Simmons, firma que al cierre del ejercicio fiscal inglés también confía en rebasar de los 20 millones de euros de cifra de negocio en nuestro país.

El análisis del LFFI concluye apuntando un elemento interesante. El informe subraya lo "aparentemente contradictorio" que es que, si bien la evolución productividad, en términos de horas trabajadas por abogado, sufre un sostenido descenso desde hace unos años —en el mercado norteamericano nunca había sido tan baja como en la actualidad: 115 horas por letrado—, los salarios de los abogados y el beneficio de los socios ha seguido aumentando en la última década. ¿Cómo es posible? Desde Thomson Reuters explica que el mayor uso de la tecnología ha permitido a despachos y a profesionales dar más valor a sus horas, "desvinculando" la capacidad de generar ingresos de los abogados del número de horas que factura. Este escenario, pronostican los autores del informe, puede acrecentarse con la llegada de la inteligencia artificial generativa, una tecnología que puede obligar a "repensar" cómo se evalúa el desempeño de abogados y bufetes.