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Generación Z, IA, ESG... Las seis palancas que marcan el futuro de los bufetes (quieran o no)
  1. Jurídico
Un estudio de WLW y The Valley

Generación Z, IA, ESG... Las seis palancas que marcan el futuro de los bufetes (quieran o no)

Un informe analiza los grandes vectores que impulsan el cambio en el sector legal. Adoptar los avances tecnológicos y adaptar el trabajo a los jóvenes se presentan como factores clave para sobrevivir

Foto: Seis palancas que marcan el futuro de los bufetes. (Pexels)
Seis palancas que marcan el futuro de los bufetes. (Pexels)
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No hay mayor desincentivo para el cambio que el éxito. Ese, y no otro, es el gran factor que explica el inmovilismo que se atribuye a los despachos de abogados. Pero es absolutamente lógico que un sector que crece a doble dígito cuando la economía carbura, y al 5% en situaciones de crisis, sienta un gran apego por su forma de hacer las cosas. Cambiar implica adoptar riesgos y supone costes. Por ello, las grandes transformaciones suelen adoptarse cuando uno se aproxima al precipicio o, directamente, cuando no queda más remedio. Sin embargo, el contexto social y tecnológico puede estar acercando a los bufetes a un punto en el que, inevitablemente, tendrán que embarcarse en un proceso de profunda transición.

Al menos así lo cree un grupo de expertos que ha elaborado un informe que trata de identificar los grandes vectores de cambio que han surgido en el mundo de la abogacía. Su diagnóstico es tajante: "La disrupción es imparable". El estudio The Future(s) of Legal, elaborado por Woman in a Legal World (WLW) —bajo el liderazgo de Teresa Parada, legal advisor manager de Heineken España, y María Pardo de Vera, letrada experta en privacidad— en colaboración con The Valley, señala seis palancas que están acercando una nueva era en el mercado de los servicios jurídicos. No se trata de un informe de tendencias al uso, explican sus autores, sino una "guía de cambios clave que están afectando al sector". El sistema seguido para su elaboración es una investigación basada en fuentes nacionales e internacionales, complementada con una sesión de expertos siguiendo la metodología Horizon Scanning. Estos son los seis factores "emergentes" que determinan esa transición.

Foto: Imagen: EC Diseño.

1. La montaña rusa regulatoria

La inteligencia artificial (IA) es solo una de las múltiples materias que, por lo novedoso que suponen, tienen su regulación en fase de desarrollo. A ella podríamos sumar las políticas ESG; los coches autónomos; los nuevos modelos organizacionales descentralizados como las DAO; las criptomonedas; la ciberseguridad y los dispositivos conectados; los derechos digitales, o, incluso, los neuroderechos. Estas nuevas realidades plantean a abogados y bufetes dos retos simultáneos. Por un lado, asesorar sobre las mismas con un marco normativo aún plagado de lagunas o silencios, con la fuerte dosis de inseguridad jurídica que ello conlleva. Por otro, estar al tanto de las novedades regulatorias que puedan aparecer, en un contexto en que se han multiplicado de forma exponencial las fuentes del derecho.

"En un contexto global, complejo e incierto, sujeto a cambios acelerados y a nuevas regulaciones que intentan seguir el ritmo de dichos cambios, los profesionales del sector legal se enfrentan a nuevos retos que les impulsan a tener una visión holística y sistémica del presente para poder anticipar, entender y dar mejor respuesta a los crecientes y cambiantes retos de sus clientes", asevera el documento, que ejemplifica el desasosiego que padecen los letrados. Es el caso de las políticas de ESG, respecto de las cuales solo el 35% de los profesionales afirma estar "muy preparado" para gestionar las nuevas demandas y oportunidades que plantean. Una incertidumbre que se extiende también a la IA, en relación con la cual surgen enormes interrogantes sobre la seguridad de la información, la protección de los derechos fundamentales y la propiedad intelectual.

La IA se percibe como un auténtico 'game changer'; de hecho, los abogados creen que un 44% de las tareas legales son automatizables

2. La revolución de la IA generativa

No como materia pendiente de regular, sino como una tecnología cuya irrupción en el sector legal revolucionará el funcionamiento de despachos y asesorías jurídicas, así como la prestación de los servicios legales. La IA generativa es el segundo gran vector de transformación que señala el informe de WLW y The Valley, una "disrupción inesperada" que plantea "crecientes oportunidades", pero también "amenazas". De hecho, son ya muchas las aplicaciones que están surgiendo en el ámbito de la abogacía, "automatizando y haciendo mucho más eficientes procesos como la revisión y redacción de documentos, búsqueda de información o asistencia personalizada". Las capacidades que está demostrando la inteligencia artificial la señalan como un auténtico game changer en el sector; no en vano, un estudio elaborado por Goldman Sachs señala que el 44% de las tareas que actualmente se realizan en el sector jurídico son potencialmente automatizables.

La introducción de la IA en los despachos, no obstante, no solo plantea desafíos en relación con su aplicación en las tareas. También tiene una dimensión deontológica (no hay que olvidar que la abogacía es una profesión regulada) que parece preocupar a los profesionales. En este sentido, de acuerdo con una encuesta de Thomson Reuters, ocho de cada 10 letrados consideran que la inteligencia artificial generativa puede aplicarse "fácilmente" al trabajo jurídico; sin embargo, quienes creen que "debe aplicarse" en este ámbito son solo el 51%.

Foto: La brecha generacional divide a los bufetes en plena batalla por la retención de talento.

3. Los abogados, en el centro

Frente a las oportunidades de automatización y eficiencia que brinda la IA en el ámbito de los servicios jurídicos, y aunque pueda resultar contraintuitivo, el informe enfatiza la necesidad de poner a las personas en el centro. Mantener a los humanos "en la ecuación", explican, es la fórmula que muchas soluciones y empresas han encontrado "para garantizar la excelencia y la rigurosidad que el sector requiere"; un valor añadido que, además, en el caso de los bufetes "aporta tranquilidad a los clientes". Las alucinaciones —es decir, la generación de respuestas aparentemente fiables, pero erróneas—, uno de los grandes problemas que plantea esta tecnología, hace que el criterio humano sea, "más que nunca, fundamental y necesario".

4. Equipos diseñados para el futuro

Las nuevas tecnologías tendrán un impacto directo en la composición de los equipos y formas de trabajar. Por un lado, indica The Future(s) of Legal, con el florecimiento de nuevos roles que ganarán peso frente a los abogados. Asimismo, los letrados tendrán que formarse en nuevas competencias y habilidades. No solo el reskilling y el upskilling de los profesionales del Derecho será imprescindible, asevera, sino que también habrá de encontrar la manera de dar respuesta a los nuevos retos que planteen los clientes, incluyendo perfiles tecnológicos y de datos, o introduciendo la contratación on demand de otras figuras. Es importante, en este punto, entender que la IA no es un sustituto del profesional, sino un coworker que le apoyará en su trabajo o le liberará de tareas tediosas y repetitivas.

Asimismo, el documento anticipa que se profundizará en un factor que ya es una realidad en el sector: el desarrollo y consolidación de las firmas alternativas —los denominados ALSP— que, innovando en la forma de prestación del servicio legal o apoyándose de forma intensa en la tecnología, son capaces de realizar una tarea o un servicio de forma mucho más eficiente que los despachos de abogados tradicionales. No son pocos los informes que acreditan el crecimiento de este tipo de entidades en los últimos años en todo el mundo.

Foto: Logo de ChatGPT. (Reuters/Dado Ruvic)

5. La nueva generación de letrados

Muy relacionado con la tecnología, pues se trata de una generación que ha crecido en un entorno ya digital, despachos y asesorías jurídicas tienen que afrontar el reto de acercarse a los nuevos profesionales. Los abogados jóvenes, nativos digitales y con unas características propias, que están influyendo en la transformación de las organizaciones, los espacios de trabajo y el desarrollo de las tareas. No son pocos los elementos que diferencian a esta generación de las anteriores. Entre ellos, su acercamiento al uso de las redes sociales, lo cual determina una forma totalmente distinta de comunicarse y acceder a la formación, así como su percepción del equilibrio entre vida laboral y vida personal, tan alejada de los babyboomers. A este respecto, el informe subraya que la promoción del bienestar y la salud mental en el trabajo gana enteros como una prioridad de empresas y bufetes por la relevancia que para las nuevas generaciones tiene. Asimismo, señala como desafío del sector legal el saber acercarse a la población, tanto para mejorar su comprensión de las cuestiones jurídicas, como para elevar su capacidad de atracción de talento.

6. Integrar la innovación como motor

Los cinco vectores de cambio mencionados anteriormente determinan el sexto, consecuencia de todos ellos. En un contexto de cambios acelerados, indica el documento, el sector legal debe, no solo adaptarse, sino también anticiparse a ellos. En este sentido, la innovación es clave para responder a las nuevas necesidades de los clientes y de las propias firmas. Por ello, "más que nunca", las compañías deben articular equipos o áreas que asuman la función de impulsar la innovación, así como trabajar conjuntamente con emprendedores y startups que les ayuden en esta misión. Sin olvidar, concluye, el impulso que en dicha materia puedan hacer gobiernos locales y nacionales.

No hay mayor desincentivo para el cambio que el éxito. Ese, y no otro, es el gran factor que explica el inmovilismo que se atribuye a los despachos de abogados. Pero es absolutamente lógico que un sector que crece a doble dígito cuando la economía carbura, y al 5% en situaciones de crisis, sienta un gran apego por su forma de hacer las cosas. Cambiar implica adoptar riesgos y supone costes. Por ello, las grandes transformaciones suelen adoptarse cuando uno se aproxima al precipicio o, directamente, cuando no queda más remedio. Sin embargo, el contexto social y tecnológico puede estar acercando a los bufetes a un punto en el que, inevitablemente, tendrán que embarcarse en un proceso de profunda transición.

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